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Drogas

Lee esta guía vintage para tomar LSD por primera vez

Desconecta tu teléfono y no te claves con las religiones orientales.

Este artículo forma parte de Cuando las drogan te pegan, un viaje de Motherboard hacia la ciencia, la política y la cultura del renacimiento psicodélico de hoy en día. Síguelo aquí.

Tomar ácido en Nueva York es una mala idea.

Eso es, según Juegos de sesión que la gente juega, un manual serio y no-sin sentido de 1967 sobre qué esperar cuando la dietilamida de ácido lisérgico te hace efecto. El manual fue escrito por Lisa Bieberman, una mujer a la cual Timothy Leary describió una vez como la "monja deambulante guerrillera del underground psicodélico" y "una auténtica anarquista americana, no conformista y… una paranoica excéntrica en su más pura esencia".

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Cincuenta años después, volver a leer el manual de Bieberman es una dicha por su resuelto uso de la jerga hippie y, de alguna manera, de hecho funciona como un buen manual de usuario para tomar LSD. Aunque las prácticas de reducción de daños se han vuelto un poco más sofisticadas en la última mitad de siglo, aún hay algunas cosas que aprender de la guía de Bieberman.

Para los principiantes:

El LSD no es mágico.
Como escribe Bieberman, el LSD "no te hará más inteligente ni te dará poderes especiales". Aunque nuevos estudios sugieren que las microdosis de ácido bien podrían contribuir a la resolución de problemas, Beiberman tiene razón: la experiencia del LSD está solo en tu cabeza.

Además, ya que estamos hablando del tema, tampoco vas a "tener una súper experiencia sexual" en LSD. Solo para que sepas.

"No se puede medir en unidades lo drogado que estás"
Como muestra este gráfico del manual de usuario, no hay forma de cuantificar lo drogado que estás con LSD. Si tuviera que adivinar, diría que estás cerca de un 8. Aun así, como Bieberman le recuerda al lector: "no puedes comparar lo drogado que estás tú con lo drogado que está Joe".

Fotografía: Tomada de la guía Session Games People Play

Las guías profesionales de psicodélicos son chingaderas
Aunque, en defensa de Bieberman, ella sí espera que en "años venideros… haya centros de psicodélicos con personal guía experimentado" que darán uso a manuales de LSD como el de ella. La literatura de Bieberman no está circulando del todo en los cursos de reducción de daño de hoy. Pero sí hay un número de centros surgiendo de todos lados y que se dedican a ayudar a las personas a entender sus experiencias, como el programa de psicodélicos del Centro para una vida óptima, en Nueva York, o el Proyecto Zendo, de la Asociación Multidisciplinaria para los Estudios Psicodélicos.

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No te claves con las religiones orientales
¿Alguna vez has ido a un festival? Entonces probablemente lo has visto: el aficionado del yoga con un collar de Buda en el cuello, tatuajes de la geometría sagrada, huaraches, y una fuerte convicción de que Siddhartha es un pueblo al norte de Nueva York. "No te sumerjas en la filosofía oriental, a menos de que ya seas un amante de ella", previene Bieberman. "El estado psicodélico es tan oriental como occidental".

Nada de música "fuerte o rara"
¿Alguna vez has escuchado Frances the Mute en ácido? Probablemente no, y créeme, es algo bueno.

Fotografía: Erowind

Desconecta tu teléfono
Si este era un buen consejo en 1967, tal vez sea mucho mejor en la actualidad. Y Bieberman ni siquiera tenía que lidiar con pantallas de cristal líquido en ácido, que son, bueno, raras. Además, nadie quiere hablar con su abuelita estando drogado, así que hazte un favor a ti y a tus compañeros de viaje y por favor, apaga tu celular.

No tengas una orgía
Bieberman recuerda cómo en una de sus primeras "sesiones de gloria mañanera" había un chico que no dejaba de mover el pie nerviosamente mientras insistía "pongamos unos discos y hagamos una puta fiesta". Ehm, mejor no.

No tengas una sesión en la playa
Mirar una sucesión interminable de olas romper desde una oscuridad infinita en la noche puede ser una experiencia profunda, pero muy perturbadora cuando estás en ácido. La playa es genial, pero en lo que se refiere a drogas, mejor es dejárselo a los expertos, advierte Bieberman. Además de todas las personas que probablemente estarán a tu alrededor, también hay verdaderos peligros físicos en juego, como ahogarse. Pero si sí vas a la playa, probablemente deberías hacerlo de día.

Deja de clavar los ojos
Solo porque la cara de tu compañero esté "mutando en un multitud de formas diferentes" no hay razón para ser grosero. Además, Joe también está drogado hasta la médula y no tiene idea de por qué le estás clavando los ojos como un raro.

Ahí lo tienes. Buena suerte

Una última cosa: Si sigues todos los consejos descritos por Bieberman en tu primer viaje de ácido, y en algún punto decides fundar tu propio culto religioso, no estarías solo. Con el tiempo, Bierberman, una exmaestra de escuela, llegó a verse a sí misma como mesías y se mudó a Maine para comenzar su propia religión.

Al igual que estar drogado en la playa, probablemente sea mejor dejarle eso de comenzar tu propia religión a los usuarios más experimentados de LSD.