La historia del "We Magnify His Name" de Robert Hood

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Música

La historia del "We Magnify His Name" de Robert Hood

Hablamos con la leyenda de Detroit sobre Dios, techno y su celestial proyecto Floorplan.

La triste verdad es esta: la mayoría de la música, la mayoría del arte, incluso, es completamente, putamente mediocre. Un buen 99.9999% de la producción creativa colectiva del momento en el que nos arrastramos fuera del fango no merece ni siquiera ser comentada. Es por eso que lo mediocre es peor que lo malo, al menos los objetos culturales terribles provocan algún tipo de respuesta.

Es discutible que la música dance sea un medio un poco más infectado por lo mundano que los demás. Cada semana miles de discos inmemorables, sin cara, sosos, ejecutados pobremente y en últimas inútiles, llegan a los estantes virtuales de Beatport. Nos encontramos saturados y sumergidos por esta montaña de escoria digital, de este vertedero de tech-house. Y es por esto que un buen disco, un gran disco, un disco asombroso se siente que cambia la vida. El diamante en bruto brilla mucho más por estar rodeado de gachas y mierda de gallina.

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"We Magnify His Name" de Floorplan, AKA Robert Hood, es el que más brilla en este lote. Hay momentos, horas, días, semanas, meses en los que si me preguntabas por el nombre del mejor disco de todos los tiempos, yo te contestaba en un nanosegundo que sin duda es "We Magnify His Name" de Floorplan. Tengo a Dios de mi lado, por cierto. En un segundo vuelvo a eso.

Si has estado atrapado bajo una roca en las últimas décadas, acá hay un breve resumen sobre quién es Robert Hood y lo que hace. Hood, nacido en Detroit pero ahora residiendo en Alabama, es una pieza esencial de la historia del techno. Como uno de los miembros fundadores de la legendariamente confrontadora e intelectualmente rigurosa crew Underground Resistence -junto con Jeff Mills y "Mad" Mike Banks-, el lugar de Hood en la historia del techno ya estaba confirmado incluso antes de que inventara el minimal tal y como lo conocemos, con su épico Minimal Nation en 1994, y fundara su sello M-Plant ese mismo año. Su dedicación a la estricta rigidez del techno es su estado más puro -el punto medio perfecto entre el estridente clash y clang del industrial, el chapoteo inhumano del acid y el latido mecánico del house- lo han visto pasar los últimos dos años creando y curando un trabajo que no tiene paralelos. Desde las emisiones nocturnas de Motor: Nighttime World 3 a la tierra quemada y magullada de Omega en el techno. Hood, en sus mejores momentos es tan bueno como nunca nadie haya sido.

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Habiendo sacado discos con una variedad de alias, incluyendo Inner Sanctum, Monobox y The Vision, Hood parece haberse acomodado, en años recientes, a dividir su atención entre proyectos. Como Robert Hood toca y saca techno fuerte, rápido y aterradoramente preciso. Como Floorplan canaliza la palabra del Señor.

"Dios literalmente me levantó del sueño y dijo, "quiero que pongas el mensaje del evangelio en tu música"", me cuenta Hood -que es un ministro licenciado y ordenado- por teléfono desde su casa en el profundo sur de EEUU. "Básicamente quiero comunicar ese espíritu, y mi relación con Cristo a través de mi sonido. He estado concibiendo la idea desde hace algún tiempo, pero esta vez Dios lo hizo claro: quiero que lo saques. Comencé a cuestionarme y preguntarle a Dios y decía, "bueno, ¿cómo lo va a percibir la gente?" y Él me dijo, "no te preocupes por eso"".

El resultado inicial de esta conversación fue el EP Sanctified, lanzado en el 2011 en el sello M-Plant del mismo Hood. Sus tres abrazantes tracks eran un tipo de revelación. "Basic Principle" es Hood clásico, un track grande con acordes techy que ondulan y se agitan incesantemente sobre ese tipo de kick que le exige a quien escucha a sumirse instantáneamente y transformarse en bailarín. Es crudo, desnudo, simple pero sensacionalmente efectivo. Está a la par en el lado B con "Baby, Baby", de James Brown, un track que sigue siendo sampleado por DJs hasta este día. Ambos son sólidos 8 de 10. Fácil. La verdadera magia, sin embargo, está en el lado A.

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"We Magnify His Name" es un track de house gospel que dura nueve minutos y libremente samplea el coro de la versión del Shekinah Glory Ministry de "We Magnify Your Name". El cambio lingüístico que hace Hood -la alteración del pronombre- es un indicativo de la relación que el productor y DJ tiene con el Señor. Es un creyente desvergonzado y su música es su manera de comunicar y canalizar la palabra de Dios. Ahora, bajo esta coyuntura vale la pena agregar que yo soy ateo, pero escuchar a Hood hablar con tal convicción, tanta pasión y amor fue, bueno, impactante. Esa pasión no es aparente en ningún lado más que en "We Magnify His Name", un track que genuinamente hace que quiera creer. "Cuando "We Magnify His Name" salió de mí, los bajos, los vocales, todo parecía estar en su lugar. Escuchándolo lloré. Simplemente me salieron lágrimas. Fue muy emocional, tan espiritual que sentí que debía hacer más de esto", me cuenta. ""We Magnify His Name" fue básicamente mi espíritu en la iglesia, alabar a Dios, su espíritu y verdad, y gritar su nombre. Eso es lo que hago los domingos en la mañana en la casa y el carro. Alabo a Dios por quien es él. Eso es lo que esta canción es". La canción también es, en mis ojos, el mejor record de house de todos los tiempos. En serio. No puedo pensar en un mejor ejemplo del poder innato que la música de club puede tener sobre una audiencia. Nos convierte en creyentes de algo. Incluso si es solo por una noche nos reunimos en una suerte de comunión. Somos uno con algo, en algún lado.

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Para intentar entender qué es lo que tiene este disco que me hace sentir de esta manera, decidí que debía hablar con el hombre que lo hizo posible.

**THUMP: *Cuando mezclas no puedes saber el nivel de persuasión espiritual de tu audiencia. Te hablo como un ateo y ese disco me conmueve hasta a mí. ¿Es algo en lo que estás interesado, en que puedas tocar discos profundamente espirituales y con significados profundos sobre ti y tu relación con Dios a completos desconocidos?***
*Robert Hood:* La cosa es esta. Tú y yo somos espíritus. Dios es un espíritu. Entonces así es como nos comunicamos con Él. La Biblia dice, en Romanos 8:16 "el espíritu mismo, que es Dios, da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios". Nuestros espíritus entonces no pueden evitar sentir la presencia de Dios. Nos demos cuenta o no, ese espíritu llama y quiere conectarse a Dios, pero nuestro cuerpo y mente quieren hacer algo diferente, negar su existencia. Pero ese espíritu que de verdad somos, porque esa es la respuesta verdadera a quienes somos -no es esta concha exterior, no nuestra piel ni huesos del cuerpo en el que vivimos, sino el espíritu- y este espíritu se quiere conectar con Dios.

¿Crees entonces que, como DJ, como alguien con la habilidad de actuar frente a miles de personas, tienes la oportunidad de ayudar a formar esa relación con Dios? ¿Es algo que tu puedes hacer como DJ y es algo que quieres hacer como DJ?

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Lo que soy es un portador de luz. Y es mi trabajo llevar esa luz, portarla y esparcirla por el mundo. Dios me dejó ser una reflexión de su amor y me dejó reflejar su luz en el mundo para permitirle a la gente recibir su mensaje, para ayudar a que la gente reciba todas las cosas buenas que la misericordia de Dios ofrece. Mucha gente no va a leer la Biblia, no irá a la iglesia, entonces depende de mi ser un tipo de biblia que puedan leer, sin la necesidad de decir ni una palabra. Pueden sentir mi presencia, o mejor, la presencia de Dios a través de mí y reflejar eso. Por ejemplo, en Berghain tocar "We Magnify His Name" un domingo en la mañana es simplemente… las palabras no pueden describir cómo se siente, hacer esto en este club industrial alemán que es conocido por cierto tipo de sonido, y tocas una canción como esta y es como tener un renacimiento de la iglesia una domingo en la mañana. Corta con la oscuridad que la gente puede estar experimentando en sus vidas. No tienen la oportunidad de hablar y congregarse en un sitio, entonces un sábado en la noche o domingo en la mañana en un club es un lugar para escapar pero muchos no nos damos cuenta que tenemos misa a esa hora. Es sorprendente.

¿Es ese el motivo por el que vamos a clubes nocturnos entonces, para escapar de la tristeza y rudeza de la realidad? ¿El club nos ofrece salvación?

Hay un tipo de liberación allí. Quieres soltar un poco de humo porque has trabajado duro toda la semana o has estado estudiando, y es sábado por la noche y todos quieren salir y rumbear y tomar, pasar un buen rato y vivir sus vidas, por así decirlo. Lo que a mí me preocupa es que hay esta cosa acá en Estados Unidos que la gente llama "consíguete una vida" y yo me pregunto, ¿de verdad sabemos qué es la vida? Cuando yo salía de juerga y a tomar y a drogarme yo pensaba "hey, ya tengo 21, ya soy un hombre, puedo vivir mi vida". Pero no sabía lo que era la vida, lo que yo realmente era. No sabía qué era la verdadera vida, o qué era la muerte. Mucha gente cae en el fin de semana. Vivimos por el fin de semana, como la vieja canción de O'Jays. Luego está la mañana del domingo, el día del Señor, y mucha gente se concentra en rumbear y el domingo es un tiempo para reflexionar y dormir el día. La vida es más que eso.

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Cuéntame, ¿qué más hay?

La vida eterna. Esta vida aquí es solo una breve interrupción en la eternidad. Esta conversación en este instante es solo un momento en el tiempo. Vamos a tener esta conversación y el resto del día va a seguir. Esto es breve. Para ponerlo en perspectiva, el resto de la vida, que es eterna, esa es la verdadera vida. Eso es lo que hay. Jesús dijo "yo soy el camino, la verdad y la vida". Sin Jesús no vas a encontrar ninguna vida verdadera. Lo que nos separa de Cristo es la muerte. Dios pretende que la muerte sea una transición para ir de esta vida a la vida eterna. De esta existencia natural en la tierra a la vida eterna. El diablo pretendía tergiversar el significado y separarnos de Dios. Tenemos que entender lo que es la vida. El amor, la gracia, la misericordia, esa es la verdadera vida.

Para volver con "We Magnify His Name" como una canción… Yo fui lo suficientemente suertudo de verte en vivo a principio de año en París, y estuve en el escenario contigo y Lyric, y tuve un tipo de experiencia extracorporal cuando la tocaste. ¿Eso es lo que tú como productor quieres generar en la gente?

Esa es mi plegaria. La cosa es, nunca había escuchado a nadie decir eso sobre mí y mi música. He escuchado distintas cosas positivas sobre ella, pero nunca nadie me había dicho eso. Esa es exactamente la paz y sentido de bienestar y la conexión con el Espíritu Santo que buscaba lograr con ese disco, y simplemente estoy contento de que Dios me haya usado como recipiente para transmitir desde el corazón de Dios al tuyo. Honestamente pensé que la gente iba a decir, "oh, está intentando tocar un disco de gospel", pero eso es lo que estaba esperando y orando para que pasara. No quería hacer un himno que agrandara el nombre de Robert Hood sino magnificar el nombre de Dios. Todo se trata de Él, no sobre Robert Hood. Es sobre Jesús, eso es lo que me apasiona. Esa es mi esperanza, mi visión y mi sueño: magnificar su nombre. Vivamos todos durante mucho tiempo. Vamos a nuestra vida.

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