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Música

¿Cómo se cura un guayabo químico?

Hablamos con la gente de Échele Cabeza, especialistas y con personas del común, para entender por qué las drogas dan guayabo y si alguien descubrió una cura.

Estás ahí, en ese momento de duda con el dulce en la mano. Quizá te dejaste presionar, o por el contrario, tomaste la decisión totalmente consciente y de una manera responsable. De repente, también te dejaste llevar por la emoción, por la música que estaba una chimba, por esa sensación de bienestar que uno mismo se induce en algunas fiestas: ¿Qué es lo malo que puede pasar si me como esto me tomo esto y luego me huelo esto, si todo se siente tan bien en este momento? Te dejaste ganar de esa sed que a veces produce el exceso, por más exceso.

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La sensación de bienestar ya terminó, es domingo, y no te has podido parar de la cama. Probablemente tengas un dolor de cabeza el hijueputa que no te deja ni incorporarte ni enfocar la mirada, y el sol te acecha, asesino, a través de las cortinas de tu cuarto. Pensar en comer es un imposible en este momento, sientes que devolverías todo inmediatamente, tu garganta está reseca por todo lo que fumaste, y un escalofrío te recorre de punta a punta. No solo te atraviesan los escalofríos, un abatimiento moral se mete debajo de tus cobijas para increparte todo el domingo, haciéndote sentir triste, débil, desganado… alicaído, como dirían tantas mamás. En síntesis: sientes que la cagaste.

Es la "post farra", "post drogas", "la secuela", "el guayabo químico" o como quieras llamarlo. al final es lo mismo, y lo que menos te va a importar es el nombre mientras lo sientes invadir todos los poros de tu piel, haciéndote arrepentir de tus pecados de fin de semana. La semana empezó, pero este guayabo no te dejó prepararte bien, y probablemente llevas todos estos días con más sueño de lo normal, más irritable, con menos hambre, con el horario de sueño descuadrado y con una tristeza que no se te quita. En medio de la algarabía, de los estalles de la música y otras cosas, se te olvidó que la semana, siguiendo su curso normal, iba a empezar y no iba a esperarte.

A algunos les da con los ácidos: "eso es muy fuertesito para mi cuerpesito y mi cabeza", dicen. "Si meto pérez amanezco sin hallarme, sigo alterado pero me piloteo", responden otros, cuando pregunto cuál es la droga qué más duro les da al otro día. Algunos hasta los disfrutan: "los guayabos me dan dos días después y me da un poquito de depresión, pero también me da un poquito de tranquilidad espiritual, me siento purgado". O hay quienes ni lo sienten, pero sí les da el guayabo moral por haber botado plata, energía y tiempo en tanta fiesta. Sin embargo, todos lo combaten de manera diferente: desde un pote de helado, hasta arrunchis con el novio, incluyendo un paseo con el perro y quedarse dormido en la ducha, algunos tienen una fórmula para sentirse un poco mejor.

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La triste verdad es que la fórmula verdadera no existe. Para Juan Daniel Gómez, profesor de Neurofisiología Cognitiva de la Universidad Javeriana, está mal dicho decirle guayabo. "Este es un concepto muy genérico, que se trasladó de la resaca que conocemos del alcohol a este tipo de moléculas, pero no es posible hablar de un guayabo o resaca química", afirma Juan Daniel, quien explica que todas las sustancias que ingieren las personas tienen efectos psicoactivantes, comportamentales y efectos adversos muy diversos. Este especialista incluso dice que es imposible categorizar los guayabos entre los distintos tipos de drogas: "te voy a poner un ejemplo, el chocolate es un estimulante y la ketamina también, y la sensación después de los efectos psicoactivantes entre ambas sustancias son totalmente diferentes".

Pero si está mal dicho decirle guayabo, ¿cómo se le debe decir entonces? ¿Qué es? Para la gente el término varía o no dependiendo de la sustancia: si es con éxtasis es más anímico, si es con ácidos es más agotador o si es con alcohol es mucho más físico, y muchas veces, preferible. Sin embargo, para Juan Daniel antes de entrar a discutir estos matices, toca ponerse de acuerdo en a qué le llamamos guayabo en general, y exactamente en qué momento después del consumo empezamos a considerar el término, sin confundirnos con una etapa en la que todavía sigamos drogados. "Digamos, la persona que fuma creepy habitualmente, después de unas horas va a empezar a sentir ciertos síntomas como pérdida del apetito, pérdida del sueño, etc. Esto no es guayabo químico, es un síndrome de abstinencia característico de esa molécula". En otras palabras, el tal guayabo que sentimos con cualquier sustancia es nuestro cuerpo pidiéndonos más, una sensación que si le hacemos caso, puede llevarnos a la adicción, ¿o sino por qué cuando nos tomamos una cerveza estando enguayabados en un paseo se nos pasa casi que inmediatamente?

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Ahora, Gómez tampoco desconoce que existen otro tipo de efectos a corto plazo, efectos que, si el consumo es prolongado, no se eliminan a tiempo a través de mecanismos como la orina o se abusa de la sustancia durante el consumo, pueden empeorar, terminando en intoxicaciones. Estas, según la gente de Échele Cabeza Cuando se dé en La Cabeza, también varían dependiendo de la sustancia, y empeoran cuando uno mezcla, lo cual denominan policonsumo, una práctica muy común en las fiestas: "Sea cual sea la sustancia que consuma simultáneamente con otra(s) aumentará la toxicidad, ansiedad y ritmo cardíaco. También puede producir estados profundos de sedación, pérdida de conciencia, deshidratación y una crecida violenta de temperatura corporal, facilitando la delicada reacción orgánica llamada 'golpe de calor' que puede inducir la muerte". Y si los efectos son adversos, y el abuso es mayor, el síndrome de abstinencia, o conocido "guayabo químico", de seguro va a ser peor.

Échele Cabeza también tiene su dieta psicoactiva, que no solo ayuda a amortiguar las sensaciones que uno percibe después del consumo, sino durante él. Por ejemplo, para la marihuana no recomiendan la "monchis" o "melona" brutal con comida chatarra que todo el mundo se pega, sino avena, hígado, espinaca, huevos y lácteos, para evitar las taquicardias que a algunos le dan pegándola, y subir las defensas que a veces disminuyen con el consumo habitual de marihuana. Si la situación se pone pesada durante la traba, recomiendan aislarse y comer cítricos, o cosas dulces: un bocadillo veleño puede salvarle la noche. O si se trata de éxtasis, lo que más recomienda este grupo dedicado a mitigar riesgos por consumo, es subir inmediatamente las defensas, consumiendo alimentos con vitamina A, C y E: guayabas, kiwis, fresas, vegetales de hoja verde, cereales, huevos y lácteos. Eso sí, no olvidar hidratarse durante la fiestica, muy importante.

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Al preguntarle a Juan Daniel cuál es el peor "guayabo", o síndrome de abstinencia, explica que lo primero que debemos entender es que un síndrome es un gran cuadro de signos y síntomas, que no solo varían de acuerdo a la sustancia, sino de acuerdo a un grupo específico de neuroreceptores, y de sistemas orgánicos diferentes; es decir, varía de acuerdo a la droga que se vaya a consumir, y a la persona que vaya a consumirla. Sin embargo, hay guayabos de guayabos.

En realidad, desde la heroína hasta el alcohol o incluso el café, los síntomas que producen los síndromes de abstinencia son muy displacenteros. Muchos luchamos contra ellos a punta de cariñitos, calditos, lloradas y álbumes de Radiohead. Sin embargo, hay gente que no puede contra ellos, y termina dejando de consumir, que también es una muy buena opción. Pero si su opción fue consumir alguna droga (esperamos que de forma consciente, precavida y responsable), acá les dejamos un pequeño manual, no sin antes advertir que las curas para este tipo de síndromes son muy relativas y no están formalizadas: dependen de la droga, el sistema de la persona y el ambiente, como se menciona anteriormente en el texto.

Marihuana: sí, se debe comer, pero nutritivamente. La comida chatarra es deli, pero en exceso ayuda al déficit de Zinc y facilita las taquicardias cuando vaya a volver a fumar. Evite ese malviaje comiendo avena, hígado, semillas de calabaza, espinaca, lechuga, pescados, huevos y lácteos, que de paso ayudan al sistema inmunológico.

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Pepas: después de empeparse es natural sentir muchísima y estar achantado. Lo primero que uno debe hacer al despertar es hidratarse, sin exagerar. Mucho mejor si en vez de agua son juguitos de fruta, y se acompañan de alimentos ricos en vitamina A, C y E que ayudan a subir las defensas, para no comenzar la semana enfermo. La baja de ánimo se da porque la noche anterior su cabeza produjo una carga descomunal de serotonina y dopamina, que es lo que nos hace sentir tan rico durante la fiesta. Ahora la noche nos cobra factura y por eso es el bajón. Para activar de nuevo los niveles de estos neurotransmisores, lo ideal es comer alimentos ricos en tirosina, o alimentos antioxidantes: pimientos, naranjas, frutos secos, aguacates, bananos, habas, carne y pollo y hasta tofu pueden ayudar con el post. A lo largo de la semana hacer algo de ejercicio no estaría de más, y traten de dormir bien, para volver a regular el horario de sueño.

Cocaína: al día después de haber olido la sensación no va a ser de euforia y energía, sino todo lo contrario. Si abusaron (espero que no), lo mejor es darse un baño en las ñatas con agua o suero, y eliminar los residuos de lo consumido durante el fiestón. Es muy común no sentir hambre, pero de verdad insistiría en el consumo de cereales, verduras como lechuga, espinaca, pepino, zanahorias y frutas ácidas, para evitar el riesgo de hipertensión o arritmias en un futuro. Si sienten irritabilidad, se puede hacer lo mismo que se recomendó para el éxtasis: comida, ejercicio y sueño.

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Ácidos: lo más probable es que no hayan podido dormir nada. Así que a lo largo del día lo ideal es descansar aunque sea un poco, para que el cerebro vuelva a prenderse de manera correcta. A largo plazo se pueden sufrir arritmias como con el perico, por lo tanto recomiendo la misma dieta. Otra recomendación especial: no comprar ácidos "anfetos" o de mala calidad, no vale la pena por ningún motivo.

Julián Quintero, de Échele Cabeza, nos recuerda que el guayabo, en parte, es una sensación causada por el trasnocho, entonces es muy importante dormir. "El guayabo también tiene que ver muchas veces con el consumo simultáneo de alcohol, entonces hidrátese", recomienda. "Coma calorías, grasas, pero sin abusar; para recuperarse, los excesos tampoco son buenos", concluye Quintero.

Y en mi caso personal, yo recomiendo sumar a todo esto horas interminables de música esperanzadora.

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¿Cuál es su cura para el guayabo químico? Comenten abajo.