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Cuatro formas que usa tu dealer de cocaína para engañarte

El consumo clandestino de cocaína ha hecho que existan diversas formas de engañar a los consumidores.

*Este artículo se publicó originalmente en VICE.

Los cocainómanos ––como muchos otros usuarios de drogas–– son los sobrevivientes a la falta de información y la doble moral del consumo. El costo para ellos y para la sociedad son altos, pero son muchas las decisiones de alto poder que se han tomado aprovechando la lucidez y fluidez que da la cocaína y el Whisky.

Cada vez, con más valor y menos pena, hay gente que está asumiendo su consumo y hablando de la cocaína más allá de los cultivos, el narcotráfico o la guerra contra las drogas. Encontrarse entre iguales que han tenido los mismos placeres y muchas veces los mismos displaceres, les ha permitido darse cuenta de que el asunto no es "color de rosa" o, mejor dicho, "escama de pescado". Son muchas las consecuencias que sienten los cocainómanos en el silencio de sus cuerpos y la intimidad de sus hogares por culpa del abuso de cocaína, pero también por culpa de la mala calidad y adulteración de la misma.

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Es por eso que no fue complicado darse cuenta, revisando los resultados de estudios internacionales, el Ministerio de Justicia y las alertas tempranas de Échele Cabeza, que la mayoría de las veces han timado a los cocainómanos y que siguen convencidos de que están consumiendo lo mejor que el mundo puede ofrecer. Tal y como pasa con el café, el mejor se va, y lo peorcito del producto se queda. Muchas veces una cocaína entre Caquetá y Bogotá está más cortada que una cocaína entre el Catatumbo y Londres. Por simple olfato y experiencia me he arriesgado a recoger los cuatro timos más recurrentes que le hacen creer que está consumiendo buena cocaína, cuando, en realidad, se está metiendo pora harina por la nariz.

¡Qué buena cocaína, no me deja dormir! … es cafeína

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La cocaína es un estimulante del sistema nervioso central que aumenta la atención y el estado de alerta, cosa que se transforma en falta de sueño cuando se abusa de esta. Sin embargo, muchas veces, y con pocas dosis, los consumidores dicen padecer de insomnio sin tener una mejor opción que dar vueltas en la cama, tener paciencia, masturbarse, tomar tecito, tragar calmantes o emborrachar el embale.

Revisando por encima los estudios del Ministerio de Justicia, universidades y redes de reducción de daño en el mundo, uno de los principales adulterantes de la cocaína es la cafeína (también es el principal adulterante del basuco en Colombia, junto a la fenacetina). Si bien el efecto estimulante de la cafeína es menos intenso que el de la cocaína, puede ser más prolongado, y, por lo tanto, no es la cocaína pura (cuyo efecto es más intenso pero mucho más corto) lo que lo tiene despierto, sino el efecto potenciado de la combinación de dos estimulantes del sistema nervioso central.

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Qué buena cocaína, me anestesió la lengua… ¡Mentira! Es un anestésico local…

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Es bastante común ver en las películas y series gringas cómo, después de echarse una línea de cocaína, pegan en la punta de los dedos los residuos que quedan sobre la mesa para luego esparcirlo por las encías y sentir su fuerza anestésica. Muchas veces esta anestesia no llega de los alcaloides de la cocaína sino de la presencia de anestésicos locales tales como benzocaína, procaína, tetracaína y lidocaína, que se escapan y cuelan tanto de aquellos envíos que van hacia las salas de odontología, como a la fabricación de otras composiciones farmacéuticas.

Todos estos anestésicos locales fueron diseñados inicialmente a partir de la estructura química de la cocaína, modificándose hasta obtener una mayor potencia anestésica y menos efectos psicotrópicos. Sin embargo, los efectos cardiotóxicos de estas sustancias permanecen y pueden potenciarse con los efectos inherentes a la cocaína pura. Entonces, no es que la cocaína encalambre muy rico, sino la presencia de anestésicos que te dejan listo para arrancarte una muela. También podrían estar relacionadas estas sustancias a la taquicardia, especialmente la lidocaína, que suele ser el anestésico más utilizado como corte en Colombia.

Que buena cocaína, me mandó a cagar… es Levamisol

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Sé de primera mano casos donde, antes de que el dealer llegue a varios consumidores, la ansiedad los manda a cagar al baño. Pero la mayoría de ocasiones esto ocurre después de la primera línea. ¿La razón?

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Sabemos que el Levamisol le disputa el primer puesto a la cafeína como principal adulterante en el clorhidrato de cocaína: tiene sentido, ya que, al igual que el perico, también puede olerse. Se presume que es un corte que se aplica "a la salida de la cocina". Es la sustancia más utilizada para cortar los "ladrillos" de clorhidrato de cocaína que se exportan a los países altamente consumidores, básicamente porque su apariencia cristalina le da un aspecto brillante, da falso positivo en las pruebas fisicoquímicas que aplican tanto las autoridades como los mismos narcos para medir la "pureza in situ", y porque la reacción de sus componentes en el cuerpo produce un incremento del metabolismo, que puede simular la estimulación central de la cocaína.

El Levamisol fue alguna vez usado en humanos pero salió del mercado por sus daños hematológicos (altera el sistema inmunológico, aun no se sabe si expone a una persona de forma permanente a una mayor predisposición a infecciones de todo tipo y a otras potenciales alteraciones) y hoy en día se usa solo en animales, como desparasitante. Entonces, la frase "qué rico perico, me mandó a cagar"… No. Puede ser el un efecto secundario asociado a este tipo de corte.

Qué buena cocaína, pura escama de "pescao"… es, otra vez, levamisol.

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Es el mismo purgante del que acabamos de hablar. Muchas veces, cuando se recibe la cocaína, la primera evaluación es el tacto y la vista. Por un lado, existe la creencia de que si viene en una pequeña piedra está cortada directamente de la "panela" (como se le dice al prensado por kilos que vemos incautar en la televisión). En otro gesto de inocua experticia elevan la bolsa de cocaína para verla a contraluz al bombillo y decir "mire como brilla, es pura escama de pescao", pensando, ingenuamente, que en el proceso quedó tan pura que se cristalizó.

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Mentiras, en el mejor de los casos son lactosas y almidones, en muchos otros es Leamisol, por su aspecto cristalino (googléelo y vea fotos para que compare) pero nunca azucares, porque ponen el perico chicloso y pegajoso ante la humedad.

Una ñapa:

Para terminar, prácticas comunes y naturalizadas para el consumo de cocaína, tales como la combinación con alcohol, resultan ser mucho más riesgosas que el consumo "a secas", en especial porque la cocaína, al metabolizarse en el organismo junto al alcohol, genera otra sustancia denominada cocaetileno, que tiene una mayor toxicidad cardiaca. Por la presencia de fenacetina, otro adulterante común en la cocaína, resulta ser una sustancia asociada a toxicidad hepática (en el hígado).

Así las cosas, las opciones no son muchas y mientras los consumidores de cocaína sigan negándose y guardándose para sí las evidentes consecuencias para su cuerpo, poco podremos hacer para controlar los daños. Es muy importante hablar con el médico con toda verdad y exigir su secreto profesional, hacerse exámenes regulares como, por ejemplo electrocardiograma, hígado, sangre y sistema renal.

A falta de un mercado legal regulado de cocaína que nos permita acceder a cosas menos adulteradas, y el poco apoyo del Estado a las organizaciones sociales que se preocupan por analizar las drogas que consume la gente, a los consumidores de cocaína, como a los demás consumidores de drogas ilegales, les ha tocado conocer no la mejor droga, si no la que menos daño les hace a través del ensayo y el error. Muchas veces no es lo más puro lo que se puede consumir: a veces es lo que mejor equilibre la balanza entre el riesgo y el placer.

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En este artículo, le ayudamos a saber si se le está yendo la mano con la drogas.