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Música

Estéreo Picnic día dos: Caribou tu papá

La presentación de anoche fue la demostración de que la música es magia y, ante todo, una energía muy poderosa.
Fotos por Julián Gallo.

Apenas queda un día de festival y ya sentimos los efectos de tanta fiesta en el cuerpo. Los ojos más pesados, los talones más adoloridos, la ropa cada vez más embarrada. Pero el espíritu aún continúa firme, vivo, listo para disfrutar el último día, y satisfecho por lo que hasta ahora hemos visto.

El segundo día estuvo lleno de sonidos que abarcaron gran parte del espectro musical. Fue la primera vez de muchas bandas míticas como The Strokes, que finalmente se presentaron en nuestro país, o Silversun Pickups, que cerraron con su famosa canción "Lazy Eye". Pero hubo otras como Two Door Cinema Club o el proyecto de Dan Snaith, más conocido como Caribou, que venía por segunda vez a Bogotá.

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Varios años después pudimos volver a ver en nuestra ciudad uno de los lives más emotivos y llenos de color del circuito electrónico global. El productor canadiense, acompañado por su banda en vivo, supo mantener durante toda su presentación una atmósfera vibrante e intensa que se prestó para el baile movido, pero también para los momentos con uno mismo, para los abrazos con los amigos, los besos con las parejas y para los gritos eufóricos al final de cada canción, cuando le celebrábamos a este sublime proyecto cada viaje sonoro que nos estaban regalando.

Los sonidos de canciones como "Your Love Will Set You Free" al inicio, "Odessa", "Can't do Without You", "All I Ever Need" y "Jamelia" viajaron a través del aire, como la luz cuando impregna todo el espacio, rodeándonos a todos los presentes. Finalmente, la versión en vivo de "Sun" fue como una ventana iluminada en la noche, un derroche lisérgico y sinestésico que nos cayó encima a todos cual corrientazo, un corrientazo de energía bonita, contagiosa, la única que puede producir una banda como Caribou. En ese punto uno ya no podía distinguir si lo que se sentía adentro era producto de las sustancias vibrando en el interior con las ondas sonoras, o era la magia de la música de Snaith calándonos en los huesos y calentándonos el alma.

Grupos de amigos abrazándose, parejas besándose, mirándose a los ojos y prometiéndose un amor incondicional, personas de todas las edades solas, elevando los brazos y un baile en todo el recinto que no era unificado, sino la expresión heterogénea de un público que le estaba dando rienda suelta a su cuerpo con una de las presentaciones más esperadas del festival. Todo eso vimos anoche: la demostración de que la música es magia, y sobre todo una energía muy poderosa. Gracias a Caribou por ser la mejor presentación del viernes, y regalarnos un poco de ese hechizo que emana su música.

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