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Música

Estuve sobrio en un festival de música y esto fue lo que aprendí

Abstenerme del alcohol y las drogas durante festivales de música nunca fue lo mío, pero estoy mucho mejor después de haberlo hecho.

Estar sobrio en un festival de música no es una noción innovadora. Muchas personas consideran que esta es la norma. Pero la verdad nunca he sido una de esas personas. Considerándolo todo, la experiencia no fue enteramente desagradable, pero ciertamente tuvo sus momentos de incomodidad y frustración. Hubo un número de valiosas lecciones que me quedaron después de abstenerme de tomar alguna droga o consumir alcohol el fin de semana, y la mayoría de estas fueron para bien. Esto es lo que aprendí:

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La buena música no necesita ayuda

Puede parecer tonto, pero yo estaba genuinamente preocupado por no ser capaz de disfrutar la música sin ninguna substancia recorriendo mi flujo sanguíneo. Me sorprendí gratamente al darme cuenta que estaba equivocado. Fue lindo saber que si me movía al ritmo de la música era gracias a un disfrute genuino, sin adulterar. Lo malo del asunto, no tuve ningún aditivo que sopesara cuando los sets no eran muy buenos.

La gente generalmente te apoya

Mi declaración de sobriedad fue mayormente recibida con ánimo y a menudo con una gaseosa o una botella de agua. Mis amigos hicieron todo lo posible por mantener sus actividades extracurriculares fuera de mi vida y estuvieron muy pendientes de mí durante el fin de semana. Hubo unos pocos desgraciados que actuaban como si me estuviera perdiendo de algo al no trabarme con ellos, pero obviamente no eran buenos amigos ni merecen mi tiempo.

Van a asumir que estás drogado

A pesar de que el festival terminó el lunes por la noche, yo aún no había terminado de bailar. Entonces, en la mañana del martes salí con un amigo a buscar un último remate. Entonces, mucha gente quiso insinuar que seguramente estaba trippeado para aguantar tanto tiempo. Aparentemente, para algunos, es difícil pensar que alguien se mantenga auténticamente entusiasmado todo el tiempo. Ah, y restregar tu nariz durante una fiesta se ve sospechoso, siempre.

La noche no es el momento adecuado

Mantenerme bien durante el día era fácil, con los rayos de sol calentando mi piel y el cemento, el baile se hacía sin esfuerzo. Pero el bailar entre la multitud de una terraza de un club a las 3 a.m., me volvía cada vez más consciente de mi sobriedad. Fue el obstáculo más duro con el que me encontré en todo el fin de semana.

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Vas a estar a la altura de la ocasión

Muy pocas veces había mostrado tanta determinación como cuando me negué a aceptar el montón de polvos y pastillas que tenía a mi disposición. Hubiera sido fácil dejarme tentar, pero decir que no era mucho más gratificante. La mayoría del tiempo, mientras más avanzaba el festival, más me sentía en paz y tranquilo con mis restricciones.

La adrenalina y la cafeína pueden hacer maravillas. Como sabía que la cafeína era lo único que podría ingerir para ayudarme químicamente a través del maratón de fin de semana, me abastecí de Yerba Mate. Acompañado de mis ya excesivos niveles de adrenalina y emoción, fui capaz de mantenerme con lo mejor de los dos. Bonus: no hay depresión inducida por el bajón de dopamina.

Vas a estar mejor

Claro, puede ser divertido mejorar la experiencia y tener un fin de semana patrocinado por las letras C, E, K y LSD, pero si un festival sobrio no te parece que valga la pena, tal vez es momento de dar un paso atrás. Todas las relaciones necesitan que se les afine de vez en cuando. Estar sobrio en un festival fue una oportunidad para sanar mi vínculo con la música y principalmente, conmigo mismo.