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Música

La guía de dub techno para habladores

Te llevamos a lo profundo de un reino donde la calidez y la humanidad del dub se encuentra con los precisos y fríos impulsos mecanicistas del techno.

A pesar de ser relativamente inusuales compañeros de cama por los últimos veinte años, el dub y el techno han entrado en una relación amorosa de larga data. Es una relación recíproca donde juegan las convergencias y diferencias entre la calidez y humanidad del dub, y la precisa frialdad mecanicista del techno. Se han fundido ambas en algo más.

El techno se arraiga una narrativa de la migración. Techno fue el resultado de la experimentación alemana que los estadounidenses importaron. Luego los estadounidenses exportaron el techno a Alemania, y casi que vendieron hielo a los esquimales antes de que Alemania comenzara a vender techno de vuelta a los americanos. Este proceso se ha repetido aproximadamente 123.877 veces desde 1990. El Dub Techno toma ese patrón migratorio y lo baña con los procesos de estudio heredados de Jamaica. Podría decirse que es poco probable que productores como King Tubby y Lee Scratch Perry jamás pensaron que su booming, bajos pesados e imponentes torres de experimentación llegarían a ser tan queridos por estos tipos alemanes austeros, pero esa es la alegría de la música y el arte en general, tan pronto como sueltas algo al mundo, toda propiedad de autoría se desintegra y se disipa en las desconocidas e impredecibles aguas turbias de la respuesta del público y su interpretación subjetiva.

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Moritz Von Oswald y Mark Ernestus

La historia básica del techno dub es así: Moritz Von Oswald y su ex socio de producción Mark Ernestus decidieron, en algún momento a principios de los noventa, que lo que el techno -un género todavía en pantalones cortos, si no en infancia total- necesitaba era una dosis de engaño echoplex de estudio para explotar las diferencias entre el martillo neumático staccato del siempre presente kickdrum. Juntos, como Basic Channel, dieron al mundo el don del techno dub. Con su sello Chain Reaction, lo llevaron a nuevos niveles. Nos pondremos en contacto con ellos en breve.

Ahora, por desgracia, una gran cantidad de techno dub por ahí suelto es increíblemente aburrido, en escala de grises, poco audaz, absoluto y literalmente genérico. Debe parecer fácil de hacer porque después de todo, todo lo que necesitas es un kickdrum sumergido, algunos acordes estirados inútilmente, una insensatez de la nada, y tal vez el arranque impar de una melodía cansada, que serpentea alrededor como una cobra que necesita desesperadamente ser puesta fuera de su miseria. La cosa es que, incluso esta monótona, aburrida, visión del dub techno es total y completamente audible. Como se trata de música que intencionalmente está a la deriva -algo fría, pero aún a la deriva- es casi imposible encontrar verdaderamente algo terrible en él. De esa manera, es un poco como ambient.

De hecho, el pensar el dub techno como un primo, o medio hermano del ambient es una forma útil de enmarcar las cosas. Música ambiental, famosamente inventada por el favorito de todos, Brian Eno, durante la estancia en un hospital a mediados de los años 70, es intencionalmente discreta, actuando intencionalmente como música de fondo. Es un fondo auditivo. Es plácida, incuestionable y profundamente relajante. El ambient es la recreación del sonambulismo del útero, básicamente. Y también lo es el techno dub.

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Lo mejor del dub techno es claramente el no mostrarse, nunca extralimitándose, ni tratando de lograr un wow o la sorpresa. El que pueda tanto sorprender y lograr un wow es un testimonio del poder de la sutileza. Un disco como el remix seminal de Von Oswald y Ernestus (como Maurizio) al "Starlight" de Model 500 (AKA Juan Atkins) logra poco, pero hace que lo pequeño sea verdaderamente increíble. Es un ejemplo perfecto del poder de espacialidad: cada elemento en la mezcla se le da espacio para respirar y, por tanto, adquiere un sentido de lo orgánico. Es una obra de un genio arquitectónico, estructural y musical.

Como el género no existiría como lo conocemos sin Von Oswald y Ernestus, debemos pasar un poco más de tiempo mirando sus obras y por qué funcionan. Esto es, después de todo, una guía para el dummie y el punto central del que escriba todo esto, es el que sepas algo más de lo que sabías antes de leerlo, y el hecho de hablar un poco acerca de Basic Channel debería ilustrarte a través de las miles de conversaciones acerca de dub techno que seguramente tengas a lo largo de tu vida.

Así entonces, llegamos a los conceptos básicos de Basic Channel. Con tracks tan audazmente marcados como "Quadrant Dub 1" y "Octagon" el par, a falta de una mejor frase, cambió el juego. Por supuesto, no todo el techno antes era tan atronador e implacable como Underground Resistance en su mejor momento feroz, pero Von Oswald y el enfoque minimalista de Ernestus -un pulsante latido con enfoque decididamente experimental- para el diseño sonoro y construcción del club fue revolucionario, y genuinamente radical. Era música que se centraba en lo micro, en los indicios más pequeños e indistintos de siseos, en muestras minúsculas de sonido que reverberan alrededor del campo sónico. Fue la manifestación exacta y precisa de lo que el "dub techno" debe ser, un ideal platónico hecho real.

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La introducción perfecta al mundo de la discografía de Basic Channel -una carrera de discos fríos grabados y publicados en un lapso de dos años- es el mix lanzando en Tresor, Scion Arrange And Process Basic Channel Tracks que hace exactamente eso, y que puedes escuchar a continuación.

Chain Reaction, el sello que el par creó a partir de las cenizas del proyecto Basic Channel, fue el hogar de artistas como Monolake, Porter Ricks y Vladislav Delay. No todo lo publicado en el sello fue techno deep y dubby, pero esa sensibilidad -la descongelación del hielo como una estética sonora- corrió a través de toda la operación. Echa un vistazo a los siguientes tracks desde un punto de comparar y contrastar:

El corte de Monolake muestra el dub techno como el dub techno tendría que ser, mientras que el de Continuous Mode deja en gran parte dubbiness por fuera, entrelazando todo con una gruesa y pegajosa gasa. Ambos son ejemplos primorosos del poder penetrante de la música de club friolenta, calidad hecha de acero y hielo.

Unos años más tarde, el dúo alemán se fue con toda al dub con su proyecto Rhythm & Sound. Fichando vocalistas como Paul St. Hilaire, Cornell Campbell y Love Joys, Von Oswald y Ernestus intervinieron en las raíces genuinas y cultura soundsystem, creando el tipo de dub ahumado que vendría siendo una recreación sonora del increible efecto que la marihuana logra en el cerebro. El catálogo de Rhythm & Sound es inquietante, embrujado, un viaje loco fuera de la exploración conmemorativa. Todo suena medio recordado, medio-allí, medio-real.

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Sin embargo, el dub techno no es solo la historia de Von Oswald y Ernestus. Si vas a ser el experto durante la noche del género que seguramente estás desesperado por ser, vas a necesitar un par de nombres más en tu arsenal.

Dub techno, para bien o para mal, puede llevar al oyente a un terreno ligeramente más complicado. Estoy hablando sobre el mundo de los clics y cortes, y te prometo que será rápido. De vuelta a finales de los noventa, parece que los cerebritos del dub hecho techno se volvieron locos por la idea de combinar el tipo de teoría musical liderada por las ediciones anteriores de Wire con el mundo del club. Así que fuimos testigos del auge y caída del movimiento de clics y cortes. Encabezado por Mille Plateaux, este fue el dub techno como ejercicio académico, dub techno creado en tubos de ensayo, dub techno que fue enamorado espacialidad y minimalismo a expensas de, ya sabes, tracks. Aún así, te verás realmente inteligente en el pub si hablas del maravilloso Presentism de Conforce, una de las compilaciones de Clicks and Cuts, y un EP o dos de Vladislav Delay. Confía en nosotros. Experimentación cerebral electrónica europea es un tema de conversación garantizado. Tal vez suelta una referencia del proyecto Pole de Stefan Betke y el resto de los artistas que ha ensamblado en su fantástico sello en los últimos años.

El proceso migratorio que hemos mencionado anteriormente significaba que esta analgésica toma en la rigidez y rigor del techno no quedó abandonado en Europa central. Finalmente los estadounidenses comenzaron a hacer también dub techno, y cualquier rastro de sus raíces en las raíces de la música de Jamaica se drenó. Solo bromeando, el dub techno es para todos, no solo trata de computadoras muy rápidas. En lo más profundo de Michigan, un hombre estadounidense, Ron Modell, ha traído el polvo y groove del dub techno clásico a toda una nueva audiencia con su proyecto Deepchord.

Es un nombre apropiado y un final perfecto para nuestra breve visión de un mundo que gotea con riqueza sonora. Jugoso, masticable, tangible y con acordes como la base de casi todos los buenos discos de dub techno que jamás se han hecho, desde The Coldest Season LP de Modell hasta tracks de Mikkel Metal como "Stephan", o "Dust" de Merv, o hasta "Twelve Miles High" de Burger/Ink. Esos discos, y un centenar más como ellos, muestran el tipo de patrones benditos de acordes que se podrían repetir hasta el infinito. En el fondo, el dub techno, por todo lo que pretende, es música sencilla. Hecho de manera simple, es increíble. En pocas palabras es increíble.

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