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Música

La gente aún va al club sin saber qué DJ está tocando

Una escena que está en vía de desarrollo.
morl841225 en Flickr

Viernes por la noche, la gran mayoría de los restaurantes, bares y clubes se ven beneficiados por la enorme energía que tienen los jóvenes y adultos de querer sacar todo el estrés de la semana. Es normal que los clubes más exitosos del momento tengan a decenas de jóvenes que abarrotan la entrada con gritos y empujones, "¡Hey, Charlie! Somos dos, wey. Haz paro", mientras un cadenero decide el futuro de tu noche. Nada de esto nos sorprende hoy, lo aceptamos y vivimos como un paso más de la noche en la que se pelea por conseguir estar en un espacio que está lleno de gente que no necesariamente es la más agradable, pero que está ahí por el mismo motivo que todos: reventarse al máximo.

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He salido a varios clubes en la Ciudad de México, donde es normal que las pláticas pasen de cuál es la chica más guapa del club, a hablar sobre el DJ que está sonando en el booth del lugar. "Trino, ¿lo hace bien?, ¿sabes quién es?", y muchas veces, por más que me gustaría saberlo todo, me topo con no saber la respuesta a esa pregunta, al menos en cuanto al nombre del DJ. No es trata de que uno deba de conocer exactamente quiénes son todos los que tocan en los clubes de mi ciudad, pero la realidad a la que muchos artistas se enfrentan hoy es: nadie de los que están en ese club está interesado en saber quién está a cargo de las tornamesas. Hagan un simple ejercicio que suelo hacer mucho; un día, pregunten a un completo extraño que les den el nombre de cinco DJs nacionales y bastará para que comprueben lo que les digo.

¿La gente está pagando una entrada por ver al DJ o por sólo estar en el club? La verdad, en su mayoría, sólo pagan por estar en el lugar. Muchos de los grandes clubes de la Ciudad de México, así como los del país, tienen una gran instalación de audio, iluminación, la arquitectura es agradable, los cocktailes son buenos, el servicio es bueno y la música es buena, pero esto, sólo atiende a la necesidad primaria de un club, que es su consumo al por mayor. Es decir, lo importante al final es el negocio del que lo opera, que la gente la pase bien y no se vaya sin haber consumido una gran cantidad de dinero en una mesa o en las barras del local. Los grandes empresarios son felices porque llenan su bolsillo con mucho dinero y todo bien, de eso, nadie duda de la capacidad que tienen para hacer fructífero su negocio. Pero, cuando se trata de poner en respeto la figura del DJ mexicano en el club, la verdad es que esto parece historia de 1970 cuando los DJs estaban encerrados en un cuarto a distancia de la pista de baile y ni en sueño se imaginaban estar cerca del público.

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¿Por qué aún no hay un DJ mexicano que sea super estrella?

Recuerdo que hace no mucho, venía en el automóvil de un amigo y pasábamos junto a Rhodesia, donde había una fila enorme para entrar. Este es un lugar que resulta ser de los pocos que privilegia la figura del DJ y la equilibra con la diversión de la gente. Es decir, su capacidad siempre va a ser la misma, y el precio del acceso se conservará en un rango normal a pesar de que a veces se presentan DJs internacionales. Toda la gente entra si paga su entrada y no se discrimina por el tipo de zapato, camisa o color de piel, lo cual aunque es triste, sigue existiendo en nuestro país.

Pongo este espacio como ejemplo porque me es el más cercano y sencillo de explicar a mucha gente que ha tenido oportunidad de entrar ahí y saber que la música siempre es diferente pero muy buena. No trato de poner en un pedestal sólo a este club, porque como este, existen un sinfín en la república que se dedican a privilegiar la buena diversión y los DJs sets en manos de los mejores exponentes. Otro de los mágicos espacios es el Hardpop en Ciudad Juárez, cuyo espacio se ha vuelto todo un templo hacia la música electrónica. Los DJs internacionales quieren estar ahí porque saben que es un buen spot para la fiesta, sin importar que de pronto se recuerde el detalle de que esa ciudad es una de las más peligrosas del país.

Hoy se ve a una gran cantidad de DJs mexicanos que se presentan en varios clubes y bares que no coinciden en la esencia de los espacios que mencioné en el párrafo de arriba. Muchos de estos DJs hacen flyers dignos de un festival internacional, tuitean en inglés que estarán ahí, lo ponen en su Facebook a través de aplicaciones que denotan maestría en el uso de su red, como Bands In Town, que incluso, "notifica" al fanático que el DJ estará cerca de su ciudad. Esta maquinaria de mercadotecnia sirve para ensalzar el ego de los DJs pero dista mucho de una conexión con el público en la pista de baile, pues la cruda realidad está en saber que el 99.9999% de los asistentes, no tiene un interés real en quién esté tocando esa noche.

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Debo ser muy claro en lo que afirmo, porque obvio que hay DJs mexicanos que llenan clubes por su simple presencia, pero seamos honestos, no son ninguno de los clubes en alta categoría de los que muchos presumen estarán tocando esa noche. Aún no tenemos residencias de DJs nacionales que abarroten la entrada del Dady O', o se amontonen por entrar a Blue Parrot mientras portan sus playeras y gritan el nombre de su DJ favorito. Esto no es un Ibiza aún, tampoco un Lloret de Mar, ni mucho menos somos Nueva York. Somos México, un lugar lleno de talento igual o mejor que el internacional que está buscando su espacio en la escena, pero la misma, que a nivel interno, no se ha podido cultivar del todo bien.

Historias truncas del dance mexicano

Siempre recuerdo una entrevista que hizo una televisora española a Erick Morillo donde le preguntaban a su manager por qué a él se le pagaban casi 40 mil euros por tocar una noche en el Pachá. Resultaba sencillo para ella responder eso, "Porque lo vale. Él llena todo el club con su simple presencia y los dueños felices de tenerlo". Sí, todo es un negocio al final, y no porque haya que satanizar esto ni verlo de la manera más fría pero, si un DJ mexicano no es aún un gran negocio para el club, porque tampoco sus miles de seguidores en Facebook están comprando un boleto para verlo, ¿qué podemos esperar del fantochismo que acecha?

En una entrevista que hice hace unos años a Armin van Buuren, le pregunté qué lo hacía tan especial entre el público que estaba ávido por verlo en foros tan grandes. Mientras cogía la respiración para lo que sería una respuesta larga, volvió su cara hacia mí y me dijo, "Dales una razón. Haz que salgan de su casa y quieran verte tocar en el club. Siempre pregúntate, ¿por qué querrían salir a verme un viernes por la noche en vez de quedarse a ver una película? Esa esa la razón por la que se triunfa allá afuera, porque ellos prefieren salir a verte tocar que quedarse en su zona de confort. Si no hay identidad, no hay nada que los conecte, porque a nadie le interesa ver a las copias de DJs que ya son famosos por eso. Piensa, deadmau5 es icónico por la cabeza que usa, Carl Cox es este personaje todo grande en físico que baila sin parar y mezcla como nadie. Esto es lo que hace la diferencia allá afuera, no que seas la copia de alguien".

Hoy hay una gran cantidad de mimetismo hacia cómo los DJs internacionales promocionan sus fechas y quieren hacerle creer que son los mejores del mundo pero, ¿la identidad? ¿la conexión con su público? La verdad hay muy pocos artistas que allá afuera sí están logrando eso, pero no son los que dedican la mayor parte de su tiempo en impresionar a unos cuantos en las redes sociales.

Trino Treviño es el Publisher de THUMP en México. Está en Twitter.