La segunda edición del Estereo Beach fue puro paraíso

Este artículo fue publicado originalmente en Noisey, nuestra plataforma de música.

El Estereo Beach fue todo un agasajo psicodélico. Un festival concebido en las paradisíacas playas caribeñas de Costeño Beach, ubicadas entre Santa Marta y Palomino, donde el viernes santo 25 de abril se juntaron grandes de la tropicalia musical sudamericana como Nicolá Cruz y Simón Mejía (Bomba Estéreo) para regalarnos una experiencia diurna repleta de vacile, sol, surf y un gran parche de casi dos mil personas de todo el mundo.

La inmensa arena se convirtió en pista de baile para que los asistentes desfogaran su energía al ritmo de la mezcla antillana y africana de los barranquilleros Kazteyano y Madame Vacile, y enloquecieran con el andes step del ecuatoriano Nicolá Cruz: un coqueteo perfecto para este escenario de arena y mar. Y aunque Mitú no soltó su techno palenquero y rompecadera por problemas técnicos, Julián Salazár y Franklin Tejedor "Lamparita" se armaron de guitarra y tambores para improvisar y poner a gozar a toda alma que deambulaba por este lugar de mágicos atardeceres con un unplugged sorpresa de Bomba Estéreo que se dio un break de su break para cantarse algunos de sus himnos.

Estuvimos ahí, captando con nuestra lente todo lo que sucedió en esta cita que fusionó el poderío sonoro del caribe electrónico con las playas de Costeño, donde la anfitriona Li Saumet, a punto de dar a luz, complació a sus visitantes en un ambiente fiestero lleno de detallitos de fina coquetería.

Así estuvo la segunda edición del festival más prometedor de nuestro litoral caribe.