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¿Qué significa ser un consumidor de drogas no problemático?

Opinión: ¿Acaso todos los consumidores de perico son un Rafael Uribe Noguera en potencia?
Imagen por Gavilán y Curzi. Este artículo hace parte de nuestro especial para salir del clóset.

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El asesinato de la niña Yuliana Samboní a manos de Rafael Uribe Noguera o "Rafico", como lo llaman familiares y amigos, aparte de todo lo que ha significado mediáticamente, nos está dando un interesante medidor de la percepción que se tiene en el país sobre el uso de drogas y el delito, o el "mal comportamiento social". Al menos en algo han coincidido desde el inicio la mayoría de los analistas y las viejitas del barrio de Yuliana que gritaban "no es drogadicto, ¡es un violador!": en que el consumo de cocaína de 'Rafico' no justificó en ningún momento el delito que cometió.

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Es decir, argumentar que Rafael era un enfermo adicto a las drogas no le iba a salvar el pellejo de semejante atrocidad, como efectivamente sucedió cuando no fue admitido al tratar de ingresar a la clínica Montserrat por una sobredosis, al parecer inducida, de perico. Rodrigo Córdoba, el presidente de la Asociación Psiquiátrica de América Latina, declaró en uno de los tantos artículos que la revista Semana ha publicado sobre el caso, que la cocaína (así como el alcohol, la marihuana o el LSD) "no saca lo que uno no tiene, sino lo que uno tiene", o como bien se lo dijo Rafael Uribe a los policías que lo llevaban a La Picota según Semana "…cuando me meto los pases, se me salen todos los demonios".

Esta conclusión, repetida por la mayoría de expertos que declararon en los medios acerca del caso, lleva a otra reflexión que también se repitió muchas veces, la de que la mayoría de personas que consumen cocaína son personas completamente funcionales, totalmente integradas a la sociedad y sin problemas graves o expresiones violentas derivados de este consumo. Una aseveración que hay que revisar con lupa, pero que abre un análisis interesante, que necesitamos hacer en el país. ¿Es posible ser un consumidor no problemático? ¿Se puede ser adicto y funcional? y ¿qué significa ser un consumidor recreativo?

Según La Oficina de las Naciones Unidas contra la droga y el Delito (UNODC), el 90% de las personas que consumen drogas no tienen problemas graves derivados de este consumo, es decir, son personas que no tienen un consumo problemático. Dejemos de lado el problema social a gran escala, político y estructural, y centrémonos en el problema individual (físico y psicológico), comunitario, laboral y familiar, que se manifiesta en los escenarios de la microsociologia, las interacciones cotidianas, básicas y primarias. Mejor dicho: el face to face.

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Si nos vamos a estos parámetros de análisis, pueden existir dos escenarios posibles. El primero de ellos es ser un total adicto a una sustancia, como por ejemplo la nicotina. Quizá usted tenga una grave dependencia al cigarrillo, pero puede que de entrada esta dependencia no sea problemática porque el cigarrillo es una droga socialmente aceptada. Entonces se le pudrirán los pulmones, la boca y la piel, pero nada más que su consciencia y su tos son las encargadas de hacerle saber que tiene problemas.

El otro escenario es ser una persona como Rafael Uribe Noguera. Una mujer o un hombre buena onda, de "buena familia", que no toma todos los días y por eso no tiene dependencia. Pero cuando se toma unos tragos y se echa unos pases, una vez o menos cada mes, termina "acabando hasta con el nido de la perra" y "tira mierda pa'l zarzo", hasta el punto de llegar a violar y asesinar una niña indefensa. Por eso no vuelve a tocar el trago por unas semanas, hasta que le pasa el guayabo moral y vuelve y cae.

Viendo la cosa así, el consumo problemático no está determinado necesariamente por el abuso de una sustancia, ni tampoco por su uso esporádico, sino por la manera en que ese consumo afecta su salud física, mental, familiar y social. En otras palabras, el consumo de sustancias se convierte en problemático en la medida en que afecte nuestra funcionalidad individual y como individuos dentro de una sociedad.

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¿Qué dice el Ministerio de Salud?

Desde el año 2007 se ha reconocido que la política nacional para la reducción de consumo de sustancias psicoactivas y su impacto ha sido pionera y vanguardista en interpretaciones más humanas del consumo de drogas. En 2010, un texto denominado La Prevención y la Mitigación en Manos de los y las Jóvenes, que desarrollaba técnicamente las orientaciones de la política pública, planteaba claramente que el consumo de drogas ya no podía tratarse en blanco y negro, es decir, eres bueno si no consumes y eres malo si consumes. El abordaje del consumo de drogas tenia que ser desde los matices, desde el variado nivel de grises en el que se nos presenta realmente.

En el texto, que años más tarde fue reeditado y ampliado, podían entenderse varias categorías, que iban desde el consumo experimental, recreativo y habitual donde se ubica el 90% de la población consumidora, como afirma la UNODC, y por otro lado el consumo compulsivo, problemático y dependiente, este último manifestado a través de la dependencia física y psicológica.

Como ven, el consumo problemático es tan solo una de las 6 categorías en las que las personas pueden ubicarse hoy en día y que, como explican los textos del Ministerio, está determinado por "el impacto que el consumo tiene sobre la salud (consecuencias visibles, enfermedades crónicas) y la aparición de consecuencias de tipo social con una connotación negativa (deterioro, aislamiento, conductas problemáticas)". Según el texto, este tipo de consumo se caracteriza porque se presenta "el uso de una o varias drogas en situaciones que pueden significar peligro: pérdida de velocidad de respuesta y reflejos (manejando, atravesando una calle u operando una máquina), dificultades o incapacidad para cumplir con las responsabilidades laborales, académicas o familiares (ausentismo, bajo desempeño, aislamiento, abandono o descuido de intereses y responsabilidades)".

Sin embargo, a pesar de la existencia de estas definiciones en el papel, y de que el autocuidado y la autoregulación es a lo que acuden la mayoría de consumidores a la hora de meterse algo, aparecen situaciones como la de este feminicida, que coincidencialmente es consumidor problemático y que trató de justificar sus acciones en el consumo, tirándose la reputación de la gran mayoría que llevamos las cosas bien a la hora de consumir.

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*Esta es una opinión del autor que no compromete la visión editorial de THUMP Colombia.