El próximo acto de Shaquille O'Neal: ser DJ en TomorrowWorld
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El próximo acto de Shaquille O'Neal: ser DJ en TomorrowWorld

Shaquille O'Neal se retiró del baloncesto tras protagonizar una carrera tremendamente exitosa. Hoy, Shaq ha emprendido un nuevo camino en una de sus mayores pasiones: el mundo de la música.

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La lluvia llegó temprano. Del aire colgaba una niebla fina, como si fuera humo. A media tarde, las calles estaban mojadas y los coches se movían lentamente. Los hombres llevaban pantalones; las mujeres se envolvían en abrigos. Hacía frío para ser finales de septiembre en Atlanta. En la calle la gente lo comentaba. "¿Te lo puedes creer?", decía una mujer a un guardia urbano. Lo único que podía hacer era asentir con la cabeza. Había paraguas negros en todas partes y Peachtree Street estaba a rebosar de gente. Era viernes. La gente iba y venía.

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"¿Todavía estamos en Peachtree?", pregunté a Shaquille O'Neal, sentado en la parte trasera de un limusina negra. El conductor murmuró algo que no pude oír. O'Neal se volvió hacia su primo, que estaba sentado frente a él.

"¿Este es tu primer festival de música electrónica?", inquirió O'Neal. "Nunca he visto nada igual en mi vida."

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Shaquille miró hacia fuera. El vehículo sólo había avanzado unas pocas calles.

"¿Dónde estamos?", preguntó.

"Estamos muy cerca del apartamento, Shaquille", respondió su novia, Laticia. "La calle 14 está justo ahí".

Viajaban hacia Chattahoochee Hills, una franja de 3.200 hectáreas de tierras de cultivo a 30 millas al suroeste de Atlanta. Allí se celebra el TomorrowWorld, un festival de música electrónica —la versión estadounidense del famoso festival Tomorrowland— que tiene lugar el último fin de semana de septiembre y cada año cuenta con una asistencia de casi 200.000 personas. Algunos de los DJs más famosos del mundo actúan en el festival. Esa noche, Tiësto fue el cabeza de cartel en el escenario principal.

Pero, en una de los escenarios más pequeños que flanquean el centro de la fiesta, Shaquille O'Neal pinchaba cuatro horas antes que Tiësto bajo el nombre de DJ Diesel. Pinchar ha sido la pasión de O'Neal desde que era un adolescente, y fue una constante —aunque privada– manía durante su tiempo en la NBA. Incluso a mediados de los 90, cuando O'Neal fue más conocido por rapear y actuar, ya le gustaba volver a casa y jugar con su mesa de mezclas —solo, la mayoría de las veces, o mezclando para los amigos que estaban de visita. Aún guarda un vídeo de 1998 en su teléfono en el que está en su estudio de Los Angeles, en sus tiempos con los Lakers, pinchando sin camiseta, dando vueltas y moviendo el culo delante de la cámara.

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Ahora, una vez retirado, Shaquille ha pasado los últimos años dándose a conocer como DJ, actuando en ocasiones en clubes nocturnos. Su estilo es Trap con mezclas de Hip Hop. O'Neal también dispone de una aplicación de 'streaming' Shaq Fu Radio. Todo esto tenía que culminar con el debut en TomorrowWorld. Fue su primera aparición en un festival, delante de la multitud más grande ante la que hubiese actuado nunca.

O'Neal fue introducido en TomorrowWorld el año pasado por su novia Laticia. O'Neal no sabía qué esperar, pero quedó asombrado al ver las luces del festival y la magnitud del evento. La congregación de gente, el poder del DJ, la oportunidad para dar espectáculo y la simbosis con una gran multitud refleja uno de sus aspectos favoritos de jugar al baloncesto. Para él no era un evento divertido al que ir, sino una oportunidad para actuar, una manera de conectar con la gente, una forma de divertirse y de tener un nuevo objetivo por el que trabajar.

Cuando Joe Silberzweig, gerente de marketing de TomorrowWorld, caminó con O'Neal hacia su coche después de su visita del año pasado, O'Neal le dijo: "Creo que voy a pinchar aquí el año que viene". Silberzweig pensó que estaba bromeando. Pero O'Neal se mantuvo en contacto. El festival pidió escuchar una mezcla de muestra y quedaron impresionados con la propuesta de O'Neal.

"La posibilidad de contratarle me ilusionaba y me intimidaba a la vez", admitió Silberzweig. El festival estaba corriendo un gran riesgo al darle la oportunidad. A su vez, O'Neal estaba corriendo un gran riesgo aceptando una actuación en un sitio tan importante. Mezclar en casa sin nadie delante es una cosa, pero no había manera de saber si O'Neal podría hacer lo mismo en directo y frente a miles de personas.

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O'Neal aseguró a Silberzweig que no tenía de que preocuparse. "En cada séptimo partido [el que decide el título] de las finales en los que he jugado, he conseguido un doble-doble", le dijo O'Neal. "Este de ahora, es mi séptimo partido."

***

O'Neal creció en el humilde barrio de Newark, en Nueva Jersey. Su familia sobrevivió con cupones de alimentos. Su madre, Lucille, le tuvo cuando tenía 17 años y siendo soltera. Era gordo y alto para ser un bebé. Ella lo llama Shaun —su pequeño guerrero. Creció rápido, alcanzando a Lucille, que mide 1,86 metros, y más tarde a su abuelo, que medía 2,13. O'Neal superó el metro ochenta cuando tenía 13 años.

Lucille conoció el padrastro de O'Neal, Philip Harrison, cuando O'Neal tenía solo un año. Lucille no solo se enamoró de Harrison, sino que además sabía que su hijo necesitaba una figura paterna. Se casaron rápidamente; poco después, Harrison se unió al ejército con la esperanza de mantener con el sueldo a su nueva familia. Enseguida adoptó la disciplina que había aprendido en el ejército en casa y la gobernó con mano de hierro, firme en su creencia de que si educaba a sus hijos en la buena línea se mantendrían alejados de los problemas. La abuela de O'Neal, Odessa, consolaba a Shaq cuando Harrison le castigaba por tener peleas en la escuela o por meterse en problemas con los niños del barrio. Le daba leche y pastel y le decía: "Deja de llorar. Todo va a salir bien. Eres mi bebé. No te preocupes".

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Su padrastró le animó a hacer deporte a una edad temprana y le inculcó la importancia de la escuela, pero O'Neal sufrió a manos de otros niños debido a su tamaño. Era fácil encontrar apodos para él. "Big Foot"; monstruo; Shaquilla gorila. O'Neal descubrió que su facilidad con el humor podía aliviarle del acoso que sufrió en la escuela. Le podrían aceptar si era gracioso.

La música también fue una manera de escapar. Al crecer en Newark, O'Neal y su primo Kenny idolatraron a cantantes emergentes de Hip Hop de la década de los 80 como DJ Quik, Los Geto Boys o NWA. En 1986, después de mudarse a San Antonio (Texas), O'Neal vio a los Public Enemy en directo por primera vez, apretado entre una multitud de 5.000 personas. Quedó impresionado por el grupo de DJs, Terminator X. Después del concierto, se obsesionó con ser un DJ.

En su camino, Shaq cortó la hierba de sus vecinos, paseó a perros, logró reunir todo dinero en efectivo que pudo. Ahorró unos 180 euros y, poco después de cumplir los 14 años, se compró su primer juego de platos y una mesa de mezclas en una casa de empeños. Salía con prisa de la escuela para llegar pronto a casa y practicar antes que su padre llegara a casa. Cerraba los ojos y rascaba en sus recuerdos, fingiendo que estaba en el escenario frente a miles de personas. Para él, ser DJ le permitía escapar de todo, una manera de equilibrar el control que su padre tenía de su vida con la presión por sobresalir en el baloncesto.

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Durante este tiempo, su tamaño, que antes le había causado tanta consternación, se convirtió en uno de sus mayores potenciales. O'Neal, que medía 2,08 metros durante su primer año en la Escuela Secundaria Cole de Sant Antoni, finalmente confió en su cuerpo. Ganó agilidad a pesar de que su peso aumentaba y aprendió a encestar.

Su dedicación al deporte hizo que su padre fuese más disciplinado con él en todo lo relativo al físico. Si O'Neal daba signos de desconcentrarse en sus tareas o se metía en problemas en la escuela, Harrison le pegaba. O'Neal detalla en su libro de memorias que, durante el verano entre su tercer y cuarto año de instituto, Harrison un día llegó a casa del trabajo y marcó a O'Neal en la cara.

"Es hora de que te pongas serio", dijo Harrison, comparando su hijo con Jon Koncak, que fue reclutado por los Hawks de Atlanta por casi 15 millones de euros. "¿Ves cuánto dinero puedes ganar si no te metes en problemas?".

O'Neal siguió centrándose en el baloncesto y jugó en una liga de desarrollo durante el verano mientras se preparaba para su último curso de secundaria. En su último año, O'Neal fue uno de los atletas mejor valorados de todo el país. En aquel entonces era el chico más popular de su escuela y utilizaba la música para realzar su atractivo social. Remezcló la canción oficial del colegio y la rapeó con sus colegas del equipo. Hacía de DJ en algunas fiestas locales. Y, ya que la temporada llegó a su fin, decidió que iría a la Universidad Estatal de Louisiana (LSU), cuyo equipo estaba liderado por el entrenador Dale Brown.

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Brown había conocido a O'Neal algunos años antes, en un campamento de verano para jóvenes, y Shaq era leal al hombre que descubrió su potencial a esa edad tan temprana. Pero otra razón por la que O'Neal quiso ir a la LSU fue la distancia. Necesitaba alejarse de su padre. Cuando tenía diecisiete años, y con grandes oportunidades en el horizonte, pensó: "Soy un hombre. Tengo que actuar por mi cuenta".

***

Shaquille O'Neal sigue siendo un hombre grande. Últimamente se mueve más lentamente, camina con paso tímido, cojeando un poco de su cadera izquierda. Tendrá que reemplazarla por completo en algún momento, pero por ahora no es una de sus prioridades. Sus manos son suaves y gentiles; sus ojos son marrones y profundos, pero se suavizan con la sonrisa de niño, que a menudo decanta sus labios ligeramente hacia la derecha. Shaq tiene 43 años.

Nueve familiares y amigos de su círculo más íntimo viajaban en el autobús para verlo actuar: su novia Laticia, con el pelo lleno de rizos animados y ojos azules salpicados de color rojizo; su primo Kenny, que es tres años más joven que Shaq y que creció con él en Newark; su hijo mayor Myles, estudiante de primer año en la universidad de Santa Bárbara que vestía la camiseta de los Lakers de su padre y que llevaba a un amigo consigo; su hijo mediano Shareef, de 2,03 metros, que ya es una estrella en su segundo año de secundaria; su sobrino de 14 años, que también se llama Myles, el hijo de Kenny; su chef personal Alex; su guardaespaldas, otro Alex, que, irónicamente, es casi 30 centímetros más bajo y 45 kilogramos más ligero que O'Neal; su agente y gerente Rishi; y D'Ana, la hermana menor de Laticia.

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Cuando el autobús salió de la autopista, Shaq se dirigió a los niños. Tenían planes para ver otros espectáculos después del suyo. "Permaneced juntos adondequiera que vayáis, dejad que los dos Alex sepan dónde estáis. Cuando os llamemos o enviemos un mensaje mejor que contestéis lo más rápido posible, ¿lo habéis oído? No os separéis nunca. Habéis venido los cuatro, pues los cuatro tenéis que estar. ¿Entendido? "

"Está bien, sí, bueno, díselo a estos chicos de aquí que no se dividan", se quejó Myles, el hijo mayor, haciendo referencia a su hermano pequeño y su primo.

"Oh, no. Tú también", dijo O'Neal. "Tú y Asher váis a estar persiguiendo chicas y lío". Todos rieron.

El autobús siguió acercándose. Los chicos miraban sus teléfonos. Kenny puso un par de canciones. Ya estaba oscuro; el autobús seguía bajo los árboles que bordean la autopista. Empezaron a aparecer señales de la entrada del festival. Los agentes de policía estaban situados en las intersecciones, dirigiendo el tráfico. Cuando el autobús se detuvo, O'Neal dijo al conductor que se detuviera y abrió la puerta. Se levantó para saludar a los agentes de policía.

"Después de todos estos años, todavía no puede quedarse quieto", dijo Kenny cuando su primo bajó del vehículo. Laticia asintió con la cabeza. "Lo llamamos 'el Robot'. No para quieto nunca". Después de darles la mano y las gracias, O'Neal subió al autobús y se pusieron de nuevo en marcha. Como hijo de un padrastro militar, Shaq aprecia y admira a los hombres que defienden la ley. En 2005 incluso se convirtió en un reserva de oficial de policía en Miami Beach. Cada vez que puede, se detiene y muestra su gratitud.

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El camino dejó de estar asfaltado cuando la limusina se adentró en el bosque. El vehículo retumbaba por el camino oscuro, a través de manchas de barro, abriéndose paso entre baches y charcos. En la puerta de entrada al festival, un asistente le indicó al conductor que bajara la ventana.

"¿Estáis aquí para dejar a alguien o para recogerlo?".

Kenny se puso al lado del conductor y dijo: "Somos de los que actúan".

"Necesito ver sus pases".

O'Neal se levantó de su asiento, se acercó al lado de Kenny, y situó la cabeza junto a la ventana.

"¿Qué necesitas ver, hermano?", dijo sonriendo.

"De acuerdo".

"¿Todo está bien?".

"Sí".

O'Neal volvió a sentarse. "Este es mi pase", dijo señalando su cara. Alex, el chef, se rio en la parte trasera del autobús.

El camino giró a la derecha y el festival apareció por fin en todo su esplendor. Las luces de neón —de color rosa, azul, púrpura y verde– se proyectaban en el cielo como los irregulares destellos de un rayo. Las carpas salpicaban la hierba entre dos grupos de árboles y, a lo lejos, el escenario principal latía frente a un mar de 100.000 personas —una burbuja brillante de pintalabios, plumas, 'leggings' y camisetas estampadas.

"El año pasado, cuando llegamos a esa curva de allí", dijo O'Neal, señalando, lo que provocó que Kenny volviera la cabeza, "Yo estaba como, '¿Qué coño es esto…" Llegamos a esa curva y… ufff… esta mierda es muy loca".

***

En su primer año en la Universidad Estatal de Louisiana, los ojos de O'Neal ya estaban puestos en la NBA. Durante la temporada 1990-1991, fue el primer jugador capaz de liderar los apartado de anotación, rebotes, porcentaje de tiro y tapones de la historia de la competición universitaria. También fue nombrado All-American y jugador nacional del año.

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Durante su tiempo libre, O'Neal pinchaba en su mesa de mezclas o paseaba por las calles de Baton Rouge en un destartalado Ford Bronco, mientras sonaba Hip Hop y hacía ver que hablaba en un teléfono móvil falso mientras saludaba a amigos por la calle. Después de su primer año, O'Neal anunció que entraría en el draft de la NBA. Estaba listo para ser un profesional.

Cuando los Orlando Magic eligieron a O'Neal como la primera opción en el draft de la NBA de 1992, la primera cosa que hizo fue agacharse y besar a su madre. Con casi 90 millones de euros en contratos y publicidad, O'Neal compró una casa para él en las afueras de Orlando, otro para su abuela Odessa y otra para sus padres. Shaq se fue con su madre de compras y se detuvo en una tienda de música, donde O'Neal compró una mesa de mezclas último modelo. Cuando fueron a pagar, Lucille, su madre, le dijo a la cajera que lo pusiera en depóstio. O'Neal se inclinó, la besó y le dijo: "Mamá, te lo prometo. Esos días se han acabado".

Después de ser nombrado rookie del Año, O'Neal fue invitado al Arsenio Hall Show. En lugar de limitarse a ser entrevistado, O'Neal pidió rapear junto a Fu Schnickens, uno de sus grupos de Hip Hop favoritos. Ensayaron en casa de O'Neal y cantaron un par de canciones en directo. O'Neal llevaba un traje rojo brillante. Corrió la voz rápidamente de la actuación y al día siguiente Jive Records ofreció a O'Neal grabar un disco. En los siguientes años, O'Neal grabó un puñado de discos, con cameos de algunos de sus raperos favoritos, incluyendo a Jay-Z, Nas y Mobb Deep. Incluso se hizo amigo de Notorious B.I.G. y lo tuvo en su casa en Orlando, donde se divertían con motos de agua en el lago Butler, que estaba detrás de su casa. Durante uno de estos días, Biggie se cayó y casi se ahoga. O'Neal tuvo que rescatarlo del lago.

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A pesar de su popularidad, Shaq no logró ganar ningún título con los Magic. O'Neal se culpó en gran medida a sí mismo. Sensible y autocrítico desde sus años bajo la autoridad de Harrison, había muchas noches en las que O'Neal se subía a su coche y conducía por la noche hasta Miami, escuchando música para tratar de aliviar el estrés. Se paraba delante del océano y miraba el agua. Justo antes de la salida del sol, volvía a Orlando.

En 1996, último año de O'Neal con los Magic, su abuela Odessa falleció. O'Neal quedó devastado. Cada vez que tenía problemas en la cancha, él iba a verla, se sentaba junto a ella y comía pastel y leche. Estaba tan angustiado que dejó el funeral el primero. En su libro de memorias explica que destrozço la puerta de la iglesia cuando salió. Aunque ese año el equipo llegó a los play-offs, fueron barridos por Michael Jordan y sus Chicago Bulls.

Después de no poder ganar un campeonato con los Magic, y firmar con los Lakers como agente libre, O'Neal comenzó a sentir la presión de la NBA. Era uno de los mejores pívots de la liga: ¿por qué no iba a poder liderar a un equipo hacia el título? Después de perder las Finales de la Conferencia Oeste durante su primera temporada con los Lakers, muchos de los que lo criticaban dijeron que su talento para el espectáculo fuera de la cancha, protagonizando películas y sacando álbumes de rap, era más importante que ganar al baloncesto, juego que lo había convertido en una estrella. Sus películas perdían dinero (aunque su popularidad se disparó, especialmente con los niños), y, en muchos aspectos, el público lo veía como una caricatura de sí mismo. Para muchas gente, Shaq había preferido la fama y había olvidado sus prioridades como deportista. Pero para él, sus aficiones eran una vía de escape de las presiones: O'Neal sencillamente se dedicaba a las cosas que le apasionaban, como la música, que siempre le dio comodidad y le ayudó a aumentar la autoestima.

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Después de dos temporadas, los Lakers eligieron al gran Phil Jackson como entrenador. Lo primero que hizo fue coger a O'Neal aparte. Jackson le puso condiciones: no más películas, no más álbumes de rap, no más fiestas haciendo el tonto. O'Neal cumplió. Estaba dispuesto a dejar sus aficiones de lado durante un tiempo por el baloncesto.

O'Neal ganó tres campeonatos en Los Angeles y un cuarto en Miami antes de retirarse en 2011.

***

O'Neal nunca ha huido del marketing —aunque el producto sea él mismo, o algo más. Shaq tiene intereses en muchas empresas importantes, como Google, en la que invirtió más de un millón de euros en la década de 1990; Arizona Iced Tea, en la que tiene su propia línea de bebidas; Zales, Buick, Icy Hot y Gold Bond, en la que protagoniza los anuncios; Muscle Milk y Vitamin Water; una cadena de túneles de lavado de coches; y una participación en los clubes nocturnos Pure y Chateau de Las Vegas. O'Neal aprovechó su parte del Chateau para lanzar su carrera como DJ.

Para O'Neal, sin embargo, estas inversiones no son sólo por los beneficios. Con ellos planea los próximos diez años de su vida. Shaq llama a la gente a su alrededor su "pirámide": está la familia más próxima y la familia más lejana, y él es la base. Su agenda, en gran parte, está llena de citas de negocios que tienen como objetivo ampliar y consolidar su marca, no sólo como un medio para preservar su nombre, sino también para asegurar la estabilidad financiera de su familia. En este punto de la vida, Shaq asegura que son su prioridad número uno.

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Para un hombre que se pasó toda la vida demostrando su valor —a su padre, a sus compañeros, a los entrenadores y al público— es difícil vivir de otra forma. O'Neal necesita estímulos: "El baloncesto es algo que haces. No es lo que eres es", dijo en una entrevista reciente. Y ahora que O'Neal ha dejado el deporte, puede empezar a preguntarse quién es: puede usar el tiempo libre que le ha dejado el baloncesto para encontrarse a sí mismo de una manera más profunda.

Existe un extraño equilibrio cuando se es famoso, especialmente para los atletas. ¿Por qué una persona tan buena y afortunada en el deporte quiere concentrarse en otra cosa? Para muchos atletas profesionales, la reputación y su legado depende de ganar o perder. Si sus objetivos personales no están en la misma línea de lo que se espera de ellos, ¿dónde está su valor?, piensan muchos aficionados.

Para O'Neal, que ha estado observado con lupa durante toda su carrera, la madurez se ha convertido en la mejor época para superar las críticas del público y hacer las cosas que le hacen feliz; para encontrar, en suma, un propósito en la vida después del deporte. Dice que ser respetado por sus hijos —tanto como un padre como un hombre— es mejor que un anillo de campeón, una gran casa o un camión cargado de dinero.

No es sorprendente, pues, que la gran casa en la que vive O'Neal sea muy tranquila. Shaq sigue viviendo en la misma casa que compró cuando los Magic le ficharon: una finca de 6.000 metros cuadrados en Windermere, un suburbio de Orlando. La vivienda se ubica al lado del lago Butler y se divide en tres alas; dos garajes flanquean el centro de la casa. El garaje del oeste está lleno de coches. El del este es para la diversión, con antiguos videojuegos 'arcade', una Chopper y un puñado de vehículos todo terreno.

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En la casa también hay una pequeña sala con un sofá blanco, una habitación que Shaq pintó de granate: es el estudio de música de O'Neal.

El ala central de la casa es su espacio personal. Las noches son largas y tranquilas para O'Neal. No se va a la cama hasta la madrugada. Suele cenar pasta pollo o pescado, y, alrededor de la medianoche, por lo general, se dirige a su estudio. Se retira allí a menudo, él solo, para practicar y escapar durante un rato. Es su libertad personal. Se queda en el estudio hasta altas horas de la noche, experimentando con nuevas canciones y mezclando secuencias, pinchando hasta pasadas las 3 de la madrugada. De allí, se va a su habitación, en el segundo piso y enciende la televisión.

A pesar de que haber dejado atrás la NBA y de haber asegurado públicamente que no iba a jugar de nuevo aunque pudiera, O'Neal aún se queda en la cama hasta altas horas de la madrugada viendo partidos antiguos. A menudo termina viendo partidos de los Bulls y los Blazers, recopilaciones con lo más destacado de Julius Erving, o vídeos de los 80 y principios de los años 90, una época en la que Shaq dice que se jugó el baloncesto más real. No lo hace necesariamente porque no pueda dormir; quizás es porque así puede revivir los partidos que ya jugó sin que nadie lo observe. Es un momento en el que puede dejar de ser él mismo, salir de su personaje durante un rato.

Cuando vio por primera vez las luces de Tomorrowland en las colinas de las afueras de Atlanta, Shaq esperaba que podrían ofrecerle la misma que el baloncesto: adrenalina, espectáculo, rendimiento, desafío… y respeto.

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***

A las 8, la lluvia cesó. Una camioneta de 15 plazas transportó a O'Neal y su familia desde la entrada del festival, donde aparcaron la limusina, hasta el lado del escenario. Había demasiado barro para que la furgoneta pudiera continuar. Todos bajaron y se amontonaron en tres carros de golf. O'Neal montó en uno, con Laticia y su hermana en el asiento trasero. Sus hijos y el resto del grupo se dividieron entre los otros dos. Cuando llegaron a la parte trasera del escenario, Shaq fue rodeado por espectadores, otros artistas y algunos miembros de medios de comunicación. A pesar de no tener influencia en el mundo EDM, todo el mundo quiere estar cerca de O'Neal.

Cuando O'Neal anunció su actuación en TomorrowWorld, se mezclaron diferentes reacciones en las redes sociales. Algunos usuarios pensaron que era una broma, una campaña de publicidad no sólo para el festival sino también para O'Neal. Muchos otros fueron escépticos: temían que su actuación no fuera nada más que otro intento de mantener su relevancia y para evitar ser otro ex atleta famoso olvidado.

Varios usuarios de Twitter escribieron mensajes en contra de Shaq, pero a O'Neal no le preocuparon las críticas. "Hay que entender las emociones de la gente", dijo. Sabía que la gente desconocía que era DJ desde hacía casi 30 años y entendía que el público fuera incrédulo. Por otra parte, a estas alturas, ya estaba acostumbrado a las dudas de la gente. Vivir cuestionado no era nada nuevo para él.

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A pesar del escepticismo, había muchos espectadores pegados al frente del escenario, con carteles hechos a mano, esperando a que O'Neal empezase a pinchar: tres de los carteles lo imaginaban como un genio en Kazaam, uno lo había pintado cuando jugaba con los Magic, y otro era una versión deformada de su anuncio de Gold Bond con el lema: "Cuando las drogas te matan".

Los gritos del público se reflejaban en los cuerpos empapados en sudor de la multitud. Las chicas llevaban barritas de neón por el cabello y vestíanbotas peludas luminiscentes, shorts de encaje, cuernos y gafas, pulseras apiladas desde la muñeca hasta el codo. Era un mar de caras retorcidas, de ojos saltones y brillantes. Cuando la actuación que precedía a O'Neal llegó a su fin, el público empezó a levantar sus carteles y a dejar notar su expectación.

O'Neal estaba detrás de una cortina en la parte trasera del escenario. Tenía los auriculares sobre la cabeza, por encima de las orejas. Sus hijos se habían situado a la izquierda de la cabina del DJ y esperaban a que su padre saliera. O'Neal se había quitado la camiseta de los Lakers; debajo llevaba una camisa negra metida dentro de los amplios pantalones que vestía. Llevaba botas de goma gruesas y espesas por la lluvia. Eran feas. Fácilmente podría haber parecido el padre de alguien de los jóvenes del público: un padre muy grande, eso sí.

Un hombre cogió el micrófono.

"¿¡Estáis listos para Shaq!?", gritó. La multitud rugió y empezó a corear el mote de O'Neal: "¡Diesel! ¡Diesel! ¡Diesel!". Miles de personas gritaban al unísono. O'Neal salió de la parte trasera del escenario y se acercó a la mesa de mezclas; la enchufó y se puso los auriculares. Sus largos dedos tocaron algunos botones. Cogió el micrófono.

"¡Vamos, TomorrowWorld!", gritó mientras empezaba a pinchar. El ex pívot de los Lakers comenzó a mezclar Trap con Thunderstruck de AC/DC y el público enloqueció desde el principio. Se movió entre muchas canciones que les eran familiares a la multitud, como Hard in Da Paint de Waka Flocka Flame, pero también optó por visitar el mundo de los artistas 'underground' que le había recomendado Myles, como Flosstradamus, Brillz, Slander y Crizzly. Incluso invitó a cantar My squad is List a la intérprete Kyroman, con quien produjo la canción. O'Neal navegó entre diferentes estilos; se atrevió incluso con el Dubstep. Su cuerpo pesado temblaba y flotaba detrás de la cabina. Le salía humo de detrás de los hombros y la cabeza cuando levantaba los brazos. Había vuleto a la vida y tenía un aspecto más juvenil. Hacía años que no se movía tanto.

Se quitó de nuevo la camiseta de los Lakers que se había puesto hacía un rato y la lanzó a la multitud. Los fans le aclamaban y vivían el 'momentum'. Kenny estaba detrás de él, bailando y moviendo la cabeza al ritmo de la música. Filmó a su primo con el teléfono. Hacia el final de la sesión, Myles y Shareef se unieron a su padre en los platos. Bailaban y se reían mucho. Los cañones del escenario lanzaron más hielo seco y confeti. Shaq estaba allí y era su momento: eran un todo con la multitud que le aclamaba.

Laticia le besó en la mejilla cuando O'Neal bajó del escenario. Los chicos le siguieron, hablando entre ellos. O'Neal se secó la cara con una toalla y se abrió paso entre la pequeña multitud hacia una carpa de detrás del escenario para hacerse fotografías con los fans y los miembros del 'staff'. Tan pronto como terminó su actuación, las redes sociales se inundaron de cumplidos, asombrados de lo que O'Neal había logrado. "Shaq lo está petando bastante ahora mismo en TomorrowWorld", escribió un fan.

Después de la sesión fotográfica, O'Neal y su familia regresaron a los carritos de golf para ir a comer algo al edificio donde iban los artistas, un establo de caballos reconvertido ubicado sobre una colina desde la cual se veía todo el festival. Pasaron a la furgoneta: O'Neal se sentó en el asiento delantero y se quedó callado. Estaba cansado.

"Fue increíble, papá", dijo Mylessonriendo desde la parte trasera de la furgoneta.

"Estuviste increíble, cariño", añadió Laticia.

"¡Los fans eran una locura!", le dijo Kenny.

Continuaron conduciendo. Cuando llegaron al edificio, comieron gambas y bebieron Sprite. O'Neal se sentó para dar una entrevista para la MTV y al equipo de documentalistas que cubre todos los conciertos del festival. En la distancia se oían los fuegos artificiales.

"Estoy en TomorrowWorld por accidente", dijo al equipo de filmación. "He estado en muchos eventos, pero nunca había visto nada como esto antes, nunca en mi vida. Me he dado cuenta de que la gente estaba pasando un buen rato. Hablé con los del festival y les pedí que me dejaran pinchar una hora sin cobrar nada [O'Neal inicialmente se ofreció a pinchar gratis, aunque finalmente su equipo negoció un pago que no se hizo público]. Yo sólo quería divertirme. Cuando llegué aquí fue como si volviera a tener 12 años. El último gran concierto al que fui fue en 1986: Public Enemy en San Antonio, Texas. Cuando vine aquí el año pasado, sabía que tenía que volver".

Mientras Shaq daba entrevistas, los chicos volvieron al festival. O'Neal les dijo que se reunirían en la zona VIP del escenario principal a medianoche para poder ver a Tiësto: también les recordó que permanecieran juntos. O'Neal comió un poco más antes de que el personal cerrara el buffet. Se sentó con Laticia y Kenny; los dos Alex estaban cerca. Cuando terminaron, una camioneta los llevó al escenario principal. Tenían reservada una mesa en la zona VIP, con vistas a todos los fans que esperaban la actuación de Tiësto.

O'Neal se mezcló con los fans, posó para las fotos y escuchó la música. El escenario principal explotó frente a una multitud enloquecida. Cascadas de fuego salían de los cañones ubicados a los lados de la mesa de mezclas. Los espectadores izaron las banderas de sus países: Corea del Sur, Brasil, España, Italia o Bélgica. Todos los focos enfocaban el escenario en una orgía de colores.

Los chicos volvieron y se pusieron al lado de su padre. O'Neal tenía sus brazos alrededor de Laticia: miraban los fans juntos. Se agachó, y con la boca junto al oído de su mujer le dijo: "¿Sabes a lo que me recuerdatoda esta energía?". Miró a la multitud, que rugía de emoción.

"A ganar un campeonato de la NBA".

Sigue al autor en Twitter: @IanFrisch