Diez rolas clásicas para acompañarte en el taxi camino a casa en la madrugada

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Música

Diez rolas clásicas para acompañarte en el taxi camino a casa en la madrugada

Himnos de rock suave para chicos tristes perfectos para tu próximo viaje a la deriva en un Toyota Prius.

Las mejores palabras que puedes esperar escuchar cuando estás solo a las tres de la mañana son las siguientes:

"Esto es… Mellow Magic".

Tal vez sea la pausa entre los dos pares lexicales lo que le da a la frase tanto poder memorial. Hay una brecha, un abismo, una división entre ellos. Te da un segundo respiro del futuro. Si estuvieras dispuesto, podrías describir la frase anterior como una poesía Pavloviana pura que provoca dentro de nosotros la sensación de estar allí, en un taxi, solo y mirando la lluvia caer silenciosamente sobre el infinito camino pavimentado que eventualmente terminará en nuestra casa o en la de alguien más.

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Esta no es una situación amistosa donde pides el cable auxiliar; de algún modo requiere que te entregues a las artimañas de la radio nocturna. Tan tentador como parezca pedir que pongan la LBC o el segmento de deportes, y deslizarse entre las voces confusas pudiendo solo entender un "Brexit" por aquí y un "Guardiola" por allá, lo que realmente quieres es el equivalente musical a comer macarrones con queso en el baño –y eso significa pedir o Magic o Smooth.

Estas son las situaciones explícitamente dirigidas a arrullar a su audiencia hacia una fábrica de nostalgia y sueños borrosos que estira la fibra sensible, escoltando a cada uno de nosotros a un pasado que es tanto real como imaginado. Lo que sigue son los diez mejores clásicos del easy listening, la compañía perfecta para esos trayectos de madrugada en el taxi. Estos son los tracks que posiblemente escucharás mientras que el viernes se convierte en sábado, la cuidad se convierte en las afueras, y los recuerdos vívidos comienzan a desdibujarse, solo para darte cuenta de que dejaste tu tarjeta de débito en el mostrador de Ferfect Fried Chicken. Otra vez.

1. Christopher Cross - Sailing

El clásico del yacht rock atontado de Christopher Cross siempre me hace pensar en dos cosas: El túnel de Rotherhithe y el olor empalagoso de la enfermedad. Hay algo en la producción –con manchas de vaselina y olas color turquesa rompiendo en una playa de arena negra– que me llena la nariz con el rico olor de escaras, sudor y fluidos corporales, lo que lo convierte en un compañero agradable en esos largos caminos donde todo lo que tienes como compañía es la radio y tus infinitos arrepentimientos.

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2. Phyllis Nelson - Move Closer

Una declaración audaz que suena claramente con una verdad indudable: "Move Closer" es una de las rolas más extrañamente sensuales que jamás se haya grabado. Está, justo como Beyonce, borracha de amor –pulula y se balancea, dando traspiés tan despacio, insegura de lo que quiere y necesita, con el deseo brotando de las esquinas de su propia boca como residuos de espuma de un vaso de cerveza perfectamente servido. Mientas estés sentado en la parte trasera de un Toyota Prius preguntándote exactamente dónde es que todo comienza a ir mal fin de semana tras fin de semana y te preparas para la sensación de boca seca y corazón moreteado que te brindará la mañana siguiente, consuélate con la idea de que justo ahora, en este instante, hay millones de personas alrededor del mundo cogiendo entre ellas hasta más no poder.

3. Anita Baker - Sweet Love

Si es que, por algún tipo de magia negra, o casualidad sexual, este track le sigue a "Move Closer", podrías más bien pedirle al taxista que se pare, y así puedas quitarte tus propios genitales. Como advertencia, el que ahora salgan vísceras de donde hace unos minutos estaban tus partes bajas, puede significar que tengas que caer con algo de dinero para la limpieza del próximo taxi que tomes.

4. Robin Gibb - Another Lonely Night in New York

La soledad no discrimina. Puedes ser rico y solo, indigente y solo, blanco y solo, negro y solo, solo en un Concorde, solo en un radiotaxi. Puedes sentirte solo en Shanghái, Bombay, o Warrington; Newcastle, Santa Mónica, o Nápoles; en una tormenta de arena, un bosque o fuera de una estación de tren cerrada. Robin Gibb entendía eso, así que deja que te arrulle hacia un sueño poco profundo que solo será interrumpido por la suave y susurrante voz del conductor pidiéndote, amable pero firmemente, que por favor te despiertes.

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5. Barbra Streisand - Guilty

Hay canciones, y luego hay rolones. Hay canciones, y luego hay melodías fabricadas por gusanos de seda bailando tap en el haz de las estrellas. Hay canciones, y luego hay expresiones de atracción concedidas con tal generosidad que puedes prácticamente sentir el calor de otra cara presionada contra la tuya, incluso si estás tirado en la parte trasera de un Pirus y sin compañía, escupiendo dulces "nothings" detrás de la cabeza del conductor. Este dúo entre la KWEEN, Barbra Streisand, y Aslan the Lion, a.k.a. Barry Gibb, expresa con claridad el tipo de encuentro amoroso que nadie nunca ha experimentado realmente, pero que todos han soñado ( Angus Harrison).

6. Alessi Brothers - Seabird

Siempre he admirado cómo Alessi Brothers hicieron para hacer que las gaviotas sonaran tan elegantes en esta canción. Las gaviotas no son elegantes –son criminales comebasura. Las aves marinas son en su mayoría monstruos blancos musculosos con garras de color naranja y ojos negros vacíos. Aletean con papas fritas colgando débilmente de sus picos, sus plumas blancas huelen a salsa curry y gasolina, y el único sonido que hacen es el graznido violento que retumba entre edificios mientras se tambalean de vuelta a sus nidos luego de una noche merodeando por las calles. Son productos sucios de su ambiente urbano, así como tú en tu Uber, güey. ¿Lo entiendes? ( Angus Harrison).

7. The Spinners - I'll Be Around

Vives tan alejado de tus amigos ahora. Ellos viven tan cerca entre sí que nunca lograrás llevarlos a la parte de la ciudad donde tú vives. Te dijiste a ti mismo que mostrarías algo de control, que te quedarías en casa la mayoría de los viernes por la noche tomando sopa de cebada perlada y leyendo poemas de un poeta escocés muerto, y también te dijiste que estarías feliz haciéndolo. Intestaste eso de quedarte, y lo de la cebada perlada y los poemas, pero ya a las nueve y media de esa noche, comenzaste a pensar que pronto estarías muerto. Así que hiciste la travesía de ir por cervezas luego del trabajo y otra vez perdiste el tren, por lo que ahora estás pagando por otro taxi nocturno, y sabes, simplemente sabes, que en doce horas estarás mandándoles un montón de mensajes a los amigos que acabas de dejar. Estaré por ahí, les dices, si alguien está cerca.

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8. Simply Red - Holding Back the Years

Nunca he comprendido realmente por qué tenemos que pensar que Mick Hucknall es el diablo encarnado. Nunca nadie me ha sentado y me lo ha metido en la mente, así que he desarrollado un tipo de cariño por el tipo de la misma forma en la que podrías sentir afecto hacia una película destrozada por la crítica. Mick Hucknall es mi Sex Lives of the Potato Men, lo que es extrañamente apropiado dada su reputación por coger. "Holding Back the Years" está ahí con "Sunrise" y "Fairground" en el catálogo del llorón de Manchester, pero las dos últimas canciones son demasiado felices, demasiado llenas de alegría y demasiado aptas para el karaoke como para tener sentido en la pequeña cabina de metal apestoso con ambientador de pino y carne de trompo en la que ahora te precipitas por la autopista. Esto es miseria pura y sin adulterar en su más profunda autocomplacencia. Y no mames, si no puedes consentirte en este tipo de introspección estúpida aquí, ¿entonces dónde?

9. Smokey Robinson - Being With You

Así que allí estás, con una sonrisa sarcástica deforme de empedado en una cara que ha comenzado a despegarse de sus bisagras esqueléticas, un cerebro oscurecido por las voluminosas cantidades de Guinness que te metiste y un teléfono lleno de mensajes que te dolerán leer dentro de unas horas, diciéndole al taxista que ponga lo que quiera en la radio. No te importa, güey, no te importa. Lo que quieras. El taxista asiente y presiona el botón de búsqueda. Se queda en esta. Por pura coincidencia la radio está irradiando la voz de Dios directamente en la parte de atrás de un Ford Fiesta ecológico de 5 puertas. Se siente como si la miel más exquisita conocida por el hombre se derramara directamente en tus oídos, cubriendo tus órganos internos con un glaseado dulce y pegajoso. Por unos minutos no puedes imaginar nada mejor que esto: un viaje en la oscuridad con un extraño al que nunca verás otra vez, escuchando a Smokey Robinson, la voz de Dios. Luego la canción termina, una publicidad de Seguros Endsleigh entra en el panorama, y estás pasando por un parque industrial al salir el sol. El momento pasa para ya no regresar. Dios está muerto.

10. Fleetwood Mac - Sara

Cuando el mundo se acabe, cuando combustione y convulsione, y las montañas caigan a los océanos y cada uno de nosotros se ahogue en los humos del apocalipsis hasta morir, esta canción estará sonando. Prepárate para tu propia muerte pidiéndole al conductor que le suba volumen, un poquito más por favor, sí, otra vez, un poco más si no le molesta. Al terminar, ambos tendrán oídos sangrantes y corazones palpitantes, y cuando llegue el momento del final, estarás listo.

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