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Los All Blacks y Springboks, una añeja rivalidad que aumentó con el apartheid | ES | Translation

El Mundial de Rugby pondrá frente a frente el partido más pasional que tiene este deporte, un odio que se genera desde hace décadas por múltiples factores.
Foto: Tomada de 3news.com.nz

Partidazo a la vista. La semifinal entre los All Blacks de Nueva Zelanda y los Springboks de Sudáfrica promete ser un juego inolvidable entre dos de los tres mejores equipos de rugby en el mundo, quizá en la historia de este deporte. Estos duelos suelen ser candentes, llenos de emoción, fuerza y talento. Por algo son los más ganadores en la joven historia de las Copas del Mundo.

Ambos tienen en sus vitrinas dos Mundiales de Rugby y son los últimos dos campeones de la ediciones 2007 y 2011, siendo Nueva Zelanda quien posee la corona actualmente. Se enfrentaron en la final de 1995, Mundial organizado por Sudáfrica y primero en el que participaba tras finalizar su veto deportivo, el partido concluyó 15-12 para los Springboks; y cuatro años más tarde Sudáfrica volvió a vencer a Nueva Zelanda en el duelo por el tercer lugar.

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El equipo nacional de rugby sudafricano nació oficialmente en 1891 y desde entonces se han consolidado como uno de los mejores equipos del mundo. El primer duelo entre los All Blacks y los Springboks se dio en una gira que los sudafricanos hicieron por Nueva Zelanda y Australia, cuando ambos equipos ya competían por ser el mejor del mundo. Era el año de 1921 y los All Blacks vencían a su rival 13-5. Las giras siguieron hasta los años 60, cuando las políticas sudafricanas tensaron las relaciones entre ambos países, y la comunidad internacional en general. Y todo por culpa del Apartheid.

Foto: The Bounze.co.za

¿Qué? ¿Y qué chingados es el Apartheid? Ahí les va. Pues resulta que quien mandaba en Sudáfrica no eran los nativos, sino los descendientes de los primeros colonizadores, es decir la gente de tez blanca proveniente de Europa, en específico holandeses que, a pesar de ser minoría, tenían una serie de privilegios a los que la gente de tez oscura, o negros, no podían acceder.

Además, éstos impusieron sus costumbres e incluso su lengua: el afrikáans, un alengua germánica derivada del neerlandés. La lengua de Breyten Breytenbach, el escritor nacido en Cabo. La palabra Apartheid, significa separación en afrikáans. A grandes rasgos esto es el Apartheid, la separación o segregación entre negros y blancos, sudafricanos y neerlandeses. Transportes diferentes, baños según el color de la piel. Evidentemente no había puestos políticos para los nativos, ni altos cargos.

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Todo esto ocasionó el descontento entre la gente oscura que comenzó a organizarse en la década de los 60. De hecho, en 1960 una manifestación pacífica para protestar contra el Apartheid fue reprimida fuertemente por la policía sudafricana en Sharpeville, matando a cientos de manifestantes a quemarropa. Este incidente provocó la molestia internacional por la actitud del gobierno Local.

Ese mismo año, los All Blacks tenían programada una gira por Sudáfrica. Miles de personas, antiapartheid, se opusieron al tour como protesta por la situación racial del país africano; incluso se juntaron 150 mil firmas para que no fuera el equipo. La gira no los escuchó y partió al continente negro. El resultado fue lo de menos, el equipo perdió respeto con sus seguidores, quienes lo ven como un símbolo nacional, pero un símbolo que no los escuchó.

Para 1967 había una nueva gira por Sudáfrica, pero al final se canceló. La razón: El gobierno sudafricano se opuso a que los maoríes jugaran en su país, lo cual originó el movimiento neozelandés "No maoríes, no tour", en apoyo a sus jugadores. El año siguiente se presionó para que Nueva Zelanda rompiera relaciones deportivas con Sudáfrica. No se consiguió. Tres años después los All Blacks pisaron suelo africano, en esta ocasión el gobierno sudafricano permitió el ingreso de los maoríes con el penoso calificativo de "blancos honorarios". Ridículo.

Mientras en Sudáfrica la situación política se recrudecía, desde el plano internacional también se hacían más duras las protestas. Los Springboks salieron de gira por Australia, pero las protestas contra estos fueron tan fuertes que la Royal Australian Air Force tuvo que transportarlos, luego de que los sindicatos de transporte, tanto aéreos como terrestres se negaran a prestar sus servicios. Las manifestaciones fueron una constante durante los juegos. Dos años después Norman Kirk, primer ministro neozelandés, bloqueó la gira de los sudafricanos por Nueva Zelanda argumentando el riesgo de la seguridad pública.

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Para junio de 1976 se programó una protesta contra las políticas educativas instauradas por el gobierno, particularmente por la imposición del afrikáans como primera lengua en la enseñanza básica. Los nativos veían el afrikáans como la lengua de los colonizadores y por lo mismo la detestaban, además preferían el inglés que tenía mayor uso comercial. La manifestación tuvo lugar en Soweto, un barrio al oeste de la ciudad de Johannesburgo, conocido por ser un sector de raza negra.

La manifestación comenzó temprano con alrededor de 3 mil estudiantes y algunos maestros; conforme avanzaba la misma crecía hasta llegar a los casi 10 mil manifestantes. La policía envió perros de presa para dispersar la misma sin éxito alguno, los estudiantes apedrearon a los perros en defensa propia. La instrucción llegó desde lo más alto del gobierno: "restablecer el orden a cualquier precio", enviando mil 500 policías con armas de largo alcance, quienes dispararían a quemarropa contra los estudiantes. El saldo: entre 200 y 700 muertos, más de mil heridos y la eterna imagen de Hector Pieterson, estudiante de 12 años muerto a balazos en brazos de uno de sus compañeros.

La comunidad internacional reaccionó de inmediato en todos los ámbitos. En ese mismo año 28 países protestaron con un boicot a los Juegos Olímpicos de Montreal y al año siguiente los países de la Commonwealth, entre ellos el Reino Unido y Nueva Zelanda, firmaron el acuerdo de Gleneagles para evitar contactos deportivos con Sudáfrica. En 1979 el gobierno francés bloqueó una gira de los Springboks por su país.

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Para 1981, quizá la gira más polémica de los sudafricanos, se decidió desafiar el Gleneagles con un tour por Nueva Zelanda. Esto dividió al país en dos bandos: quienes se oponían y quienes lo promovían por la derrama económica. En el primer bando estaba John Minto, un activista de izquierda, mientras al segundo lo encabezaban Cez Blazey, presidente de la New Zealand Rugby Union (NZRU), y Ron Das, presidente de la Auckland Rugby Union (ARU). Además de diversos exjugadores, como Ben Couch quien en ese entonces fungía como ministro de policía y asuntos maoríes. Fue tan criticado que los pedidos de renuncia no se hicieron esperar, e incluso el primer ministro Robert David Muldoon lo llamó "un perfecto estúpido".

La gira de 56 días apenas comenzaba. Los Springboks debutaron en Gisbone venciendo 24-6 a Poverty Bay; ese día quedó marcado por ser el primer choque entre los manifestantes antiapartheid contra los pro, además también hubo encontronazos con la policía. Para el segundo duelo en Waikato, cientos de personas invadieron la cancha, impidiendo el desarrollo del partido; el juego contra South Canterbury también fue suspendido por las duras protestas.

Foto: Tomada de 3news.com.nz

Las manifestaciones aumentaban en cada juego, y por ende la violencia. Muldoon amenazó con enviar a las Fuerzas Armadas a la calle, pero no de cancelar la gira. Fue en Wellington, frente a las puertas del Parlamento, cuando chocaron manifestantes anti y pro tour que se dieron hasta con la cubeta, ocasionando la represión policial más cabrona que se recuerde en la historia de Nueva Zelanda.

Las madrizas siguieron en la calle mientras los Springboks continuaban su gira. Fue en la catedral del rugby neozelandés, Christchurch, donde se vieron por primera vez las caras All Blacks y sudafricanos, el resultado fue lo de menos. Lo importante fue que la campal y posterior represión no dejó muertos. El tour finalizó en Auckland con vitoria para los Springboks sobre los de casa por 22-25, una putiza, con represión policial incluida, en las calles y una avioneta volando el estadio mientras tiraba bombas de humo.

Para 1985 se pensaba en una nueva gira de Sudáfrica por Nueva Zelanda, al final se siguió a la razón y se canceló, además de romper relaciones deportivas entre ambos países, mismas que no se restablecieron hasta el final del Apartheid. El Internacional Rugby Board prohibió la participación de los Springboks en los primeros dos Mundiales de Rugby en 1987 y 1991 hasta la caída del Apartheid en 1992, otorgándoles así la sede en 1995, misma que ganarían apenas 15-12, curiosamente a los All Blacks, en uno de los mejores partidos que se recuerden en la historia.