Foto o No Pasó: Mayan Madness, la locura total en Tulum

La Riviera Maya siempre se ha distinguido por sus paradisiacas playas, sumar a esto un festival de música lo convierte en el combo perfecto. Definitivamente el Mayan Madness es una experiencia que se debe vivir y repetir hasta el cansancio.

El viaje comenzó desde el viernes en la mañana, la invitación hecha por BURN® indicaba un vuelo mañanero que nos llevaría directo al paraíso por tres deliciosos días. Amigos, conocidos, desconocidos, jóvenes y no tan jóvenes juntos en un avión que desde el despegue ya traía la fiesta encima. Llegamos directo a Playa del Carmen donde fuimos recibidos con los brazos más que abiertos, la calidez de los lugareños y la energía de todos los invitados dictaba que definitivamente sería un buen fin de semana.

El viernes fue de descanso, cada personaje inició su ritual favorito de fiesta y la terminó hasta que quiso. Los regalos de los patrocinadores hacían bastante fácil dicha tarea. La mañana del sábado se trató del mar, horas y horas de nado no sincronizado, acompañadas de cócteles sin alcohol (porque obvio no me quería ahogar), hicieron que la vida pareciera perfecta. Nos hicimos amigos del guarda costas, quien preocupado por nuestro comportamiento, nos dejó un salvavidas "por si las dudas". Después de chapuzones, clavados y marometas en el agua, por fin era hora de irnos a Tulum a disfrutar del Mayan Madness.

Tomamos un camión que nos llevó hasta el lugar de encuentro, era de noche cuando pisamos tierra en Tulum y la fiesta ya se podía sentir desde antes de entrar a Caleta Tankah. La energía del lugar es casi indescriptible, el eclipse lunar nos recibió en su máximo esplendor, el reflejo permeaba todo el océano creando un camino de luz directo hasta el queso más famoso del Universo. Todo en la vida tenía sentido en ese momento. Poco a poco nos fuimos acercando al escenario, los fuegos artificiales y los rugidos de la gente me atraían como si fueran dulces para mi existencia.

La gente estaba totalmente entregada al momento, el baile, las risas, la arena, el mar, la música, TODO ERA PERFECTO. En algún punto me encontré un deadmau5 que batalla entre bailar y mantener su cabeza en el lugar correcto, la escena definitivamente te dibujaba una sonrisa en la cara.

Pudimos conocer a Don Diablo antes de subir al escenario, su carisma te hacía sentir como un viejo conocido. Después del buen rato con el DJ, tomamos nuestras armas de guerra y salimos a capturar lo que sucedió esa noche:

Hace mucho tiempo que no tenía una experiencia que me dejara tan buen sabor de boca. Gracias a BURN®, Alicia, Braulio y Angel por el apoyo brindado-@Pandroide