La tragedia de Heysel: Michel Platini y un festejo sin luto

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La primera Copa de Europa de la Juve

La tragedia de Heysel: Michel Platini y un festejo sin luto

Dicen que presentían algún hecho lamentable, que algo no estaba bien, el estadio belga de Heysel distaba de ser un escenario para la ocasión, el enfrentamiento entre los dos mejores equipos de Europa por la Copa de 1985.

1.

El partido se vendió como el duelo por la supremacía continental: Liverpool, representante de los clubes ingleses que habían dominado en siete de las últimas 8 Copas de Europa, y Juventus, una referencia con seis elementos a la selección italiana, última campeona del mundo. Los testimonios de aquella tarde hablan de un estadio que se desmoronaba pero nunca imaginaron ser parte de la historia que hoy cuenta una tragedia: la de los 39 aficionados que murieron en un estadio de futbol. Unos minutos de las muertes, Michel Platini corrió y corrió, eufórico, festejando el gol que le daba la primera Copa de Europa a la Juventus. Corrió sobre la tragedia, encima de la muerte.

2.

"Hace 30 años, jugué una final de la Copa de Europa en el Estadio Heysel de Bruselas. Y sigo jugando esa final. No lo he podido olvidar, como tampoco lo han podido olvidar todos los que estuvieron ahí esa noche, y sigue estando presente en todos los que perdieron a algún ser amado. Para ellos, todo cambió en unos minutos terribles.

- Michel Platini, en un comunicado de la UEFA, 2015

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3.

Un padre, Bruno, junto a su hijo. El deseo de cumpleaños de Alberto Guarini era ver a la Juventus levantar la copa. El partido empezaría a las 8, pero desde una hora antes los aficionados ya habían abarrotado algunas zonas del estadio. El hooliganismo del futbol inglés era factor amenazante para los operativos de seguridad y los rivales italianos temían a la provocación porque los elementos de policía no serían suficientes en caso de un enfrentamiento. Menos lo serían las vallas improvisadas para separarlos.

Bruno recuerda la angustia para The Guardian. Su hijo Alberto fue uno de los 39 aficionados que murieron esa noche en Heysel. A través de sus palabras, imaginamos la locura de perderse entre la turba que quisieron evitar cuando entraron al estadio y descubrieron que sus asientos estaban demasiado cerca de los seguidores del Liverpool. La venta de boletos sin restricción de camiseta los reunió en la misma tribuna con una ligera separación.

4.

A media hora de la salida festiva de los equipos, las masas comenzaron a moverse por motivos que a la distancia se juzgan irracionales: la renombrada devoción por un club de futbol que no debería significar batalla. Las acusaciones apuntan principalmente a los ingleses. Esa fama se la habían ganado por esos años de apogeo del movimiento hooligan y el recuento de tragedias anteriores, entraron ebrios después de destruir con impunidad lo que encontraron de camino al estadio, incluidos los teléfonos que más tarde no servirían para comunicar la urgencia.

Volaron piedras de un lado a otro, para ese momento, ambos frentes buscaban dañarse con la camiseta de pretexto, los insultos fueron herramientas de la bravuconería. Los policías no resistieron la intimidación, los testigos hablan del abandono y la incapacidad para resolver problemas de esa magnitud. La valla fue vencida a empujones, una demostración de fuerza adelantada, y entonces inició la lucha por la vida. Los italianos se replegaron contra la pared… hacia la muerte.

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5.

Bruno dice que todavía escucha la voz desesperada de su hijo, le advirtió que su cuerpo sufría, que le faltaba el aire; el padre perdió a su compañero de viaje en una noche que suponía celebración… lo fue. No para todos.

Cuando las masas dejaron de moverse, quedaron los 39 cuerpos inertes, la agonía de los heridos, la sangre, los gritos de sorpresa, la impaciencia de la búsqueda… y la emergencia que pasó desapercibida para la UEFA: el partido se jugaría entre los muertos y el dolor de los vivos. Nadie impidió que el balón rodara esa noche, las cifras fueron ocultadas a la afición presente, los capitanes leyeron un comunicado que pedía calma.

6.

"Al principio escuchamos que había un problema en el estadio, pero en esa época no era algo inusual. Sabíamos que había uno o dos muertos".

-Michel Platini a Esquire, 2005

7.

El título era ansiado porque fue el primero, el de un equipo muy alabado, el de Tardelli, Boniek, Cabrini Tacconi, Scirea. Platini defendió la decisión de que el partido se jugara a pesar de la tragedia.

8.

"Nuestro presidente nos pidió que jugáramos el partido. Creo que era muy importante jugarlo. Si no lo hubiéramos jugado habría sido peor. Estoy seguro que habría sido peor. Si la gente en el estadio, o los italianos hubieran sabido que había tantos muertos, habrían buscado revancha. Era mejor que jugáramos".

-Michel Platini a Esquire, 2005

9.

El triunfo se cerró con la ventaja mínima, un gol polémico porque fue penal, porque la falta ocurrió fuera del área y porque el futbol ya no debía importarle a nadie.

Michel Platini mandó el balón al fondo de la portería de Bruce Grobbelaar y salió disparado con el gesto emocionado de un día cualquiera en el trabajo y el puño en alto. Las críticas lo atacaron por el luto que prefirió omitir, las justificaciones aparecen varias décadas después.

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10.

"(En ese momento) no recordaba que hubiera algún problema. Simplemente pensaba que podíamos ganar la copa para nuestros seguidores, para nuestra ciudad, para todos. No pensaba en los problemas. Es facil sentarse en la grada con la prensa y decir que eso no estuvo bien. Pero cuando estás jugando, es diferente".

-Michel Platini a Esquire, 2005

11.

12.

El festejo de Michel Platini aquel día trágico sigue incomodando a unos, y obligando a otros a buscar justificación. Cuando se celebró el 30 aniversario de la tragedia, la Juventus buscó insertar una frase en el discurso, en la que aseguraba que Platini lloraba mientras celebraba el gol que venció al Liverpool.

13.

"La versión de la Juventus es completamente falsa. Platini celebró el gol como un juego normal. Solo tienes que ver el video".

- Andrea Lorrenti, periodista que perdió a su padre en Heysel, en declaraciones al Daily Mail, en 2015

14.

La UEFA guardó la celebración con la copa para los vestidores. El revuelo en la cancha quedó para las siguientes ediciones, el partido ya había ocurrido con 39 cuerpos envueltos en sábanas y hasta banderas al borde de la cancha, el gesto mínimo era el silencio.

Ahí murió Roberto Lorentini, un médico de 31 años que dejó su vida en el intento por salvar a un chico de once años cuyo destino fue el mismo. La noche no necesitaba héroes fuera del campo y lo tuvo entre las manos que ayudaron a evitar otras muertes, como la de Bruno Guarini, el padre que volvió a su casa en Italia cubierto de moretones, pero sin su hijo.

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El estado, la Federación de Futbol de Bélgica y la UEFA debieron pagar a las familias, fue esa la primera vez que el organismo del futbol europeo debió responsabilizarse tras un proceso legal. Lo pagó el Liverpool con una sentencia de diez años sin competencias europeas -reducida más tarde a seis años- y también los equipos ingleses, relegados durante cinco años, justo después de un dominio abrumador. Volvieron a sufrirlo cuatro años más tarde en Hillsborough.

15.

La violencia se tomó más en serio, cuentan en la UEFA. Los estadios se modificaron para permitir la evacuación rápida e instalaron asientos en las tribunas antes vacías para evitar las estampidas. El de Heysel fue derrumbado, en su lugar, el Estadio Rey Balduino. El sufrimiento permanece en las memorias que cada año vuelven a relatarse y claro, en esa celebración de gol que parecía de otra noche.

16.

"Algo en mi murió. No juego al futbol para ver a 39 personas morir en un estadio. Esa no es mi filosofía del futbol. Fue muy difícil cuando regresé a Turin. Fueron momentos muy difíciles y regresé dos días después al hospital en Bruselas para visitar a los italianos que seguían ahí".

-Michel Platini a Esquire, 2005

17.