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Algunos cañazos económicos de los candidatos a la Alcaldía de Bogotá

El Mal Economista trae esta semana cuatro cañazos económicos y una ñapa comunal. Todos extraídos de distintas propuestas de los candidatos punteros a la Alcaldía de Bogotá.

Ganar elecciones es el arte de seducir. Por ello, una herramienta fundamental de los políticos, tanto en las propuestas que hacen como en los debates a los que asisten, es meter "cañazos". Se trata de una estrategia en la cual los argumentos se apoyan en conceptos técnicos confusos, ambigüedades, información inverificable, vacíos legales, y hasta en técnicas de reinado de belleza. ¿Entendió? Pues, bueno, ese fue un cañazo.

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Se trata de un viejo truco que usan los políticos del mundo en todos los escenarios posibles. Las elecciones a la Alcaldía de Bogotá no han sido la excepción. Por ello, El Mal Economista ha realizado un sondeo de los principales cañazos de los cuatro candidatos punteros a la Alcaldía de Bogotá. Hay ñapa.

Pacho Santos

­La propuesta central de educación de este candidato es convertir a Bogotá en el "Hub" de la educación virtual de América Latina. Dice que lo logrará construyendo la primera universidad pública, digital y gratuita del continente. Además, prometió darle una tablet a cada estudiante de colegio. ¿Detectaron ya el cañazo?

Para empezar, ¿qué es "Hub"? No se avergüence si tuvo que buscarlo en el traductor de inglés de Google, el cual, a propósito, lo define como "concentrador". Esto significa, en resumidas cuentas, que Pacho quiere convertir a Bogotá en el centro de la educación virtual de América Latina. Curiosa estrategia la de vender así su discurso en una ciudad en donde menos del 10% de los universitarios son totalmente bilingües, de acuerdo con datos del Ministerio de Educación.

Pero pongámonos económicos. Darle una tablet a cada niño representa un problema de recursos. Por un lado, hay que tener claro que el presupuesto de educación de Bogotá fue de $3,5 billones para este año y que, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), hay cerda 1'450.000 personas en edad escolar en la ciudad. Por lo que para darle a cada quien una tablet barata, que cueste aproximadamente $200.000, se requeriría $290 mil millones: es decir, el 8,3% de los capitales disponibles para esta cartera. ¿No es a todos los niños, Pacho? ¿A cuántos, entonces?

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Las respuestas de reina salen caras.

Enrique Peñalosa

Durante un debate que se realizó en la Universidad Externado, Enrique manifestó estar en desacuerdo con el teletrabajo. Lo consideró como como "una opción que atenta contra la interacción natural de los seres humanos en sus entornos habituales, como el laboral". ¿Entendieron algo? ¿Saben qué corriente filosófica es de la que habla este candidato?

Lo que El Mal Economista alcanzó a entender es que Enrique, prócer de la movilidad en Colombia y en el mundo, no está de acuerdo con una alternativa que ayudaría mucho, también, a descongestionar la ciudad.

En 2006 estuvo en Colombia el profesor de la Universidad de Columbia, William Eimicke, quien propuso que en vez de "Pico y Placa" se debería motivar el teletrabajo. Argumentó que al hacerlo se reduciría la compra de carros, lo que tendría un gran impacto en la movilidad, puesto que se estima que el 40% de los desplazamientos que se producen en una ciudad en un día laboral son por motivos de trabajo. De ellos, un 68,3% se realiza en automóviles que en promedio solo transportan a 1,2 personas.

¿Hay soluciones integradas más allá de las vías, los buses y el cemento?

Clara López

En cuanto a políticas de vivienda, Clara propone "hacer una distinción entre los diferentes segmentos de la población, sin descuidar el acceso de las capas medias a la vivienda digna y al goce efectivo del derecho a la ciudad. Promoveremos la construcción de VIP y VIS mediante la adopción de planes parciales y la implementación de instrumentos de gestión de suelo como las declaratorias de desarrollo y construcción".

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Lo astuto de esta política es que no es de ella, simplemente rescata las políticas de vivienda que ha venido ejecutando el Gobierno Nacional. En los últimos cuatro años la administración Santos ha gastado lo que no tiene, pues gran parte de esto se financia con vigencia futuras (deudas) para adelantar sus programas estrella de vivienda como "Mi Casa Ya" o las "100 mil viviendas. Tan solo en el PIPE2 se le designó más de $1,3 billones a esta cartera para continuar con sus programas.

Y lo mejor de todo es que Clara solo necesita hacer las paces con el Gobierno. Durante la administración de Petro, Bogotá fue la gran perjudicada en cuanto a la inversión en vivienda del Estado nacional, debido a que no se logró la correcta coordinación entre las entidades nacionales y distritales. Además, el ministro de Vivienda Luis Felipe Henao ha manifestado reiteradamente que la capital es uno de los principales objetivos de sus programas.

Por ello esta no es una propuesta de vivienda sino de reconciliación.

Rafael Pardo

En materia de empleo juvenil este candidato dice que creará "el programa distrital Mi Primer Empleo, que buscará impulsar convenios que le permitan acceder a la formación para el trabajo y conseguir empleo a los jóvenes. También promoveremos la contratación de jóvenes en las obras civiles y sociales de la ciudad".

A simple vista parece una buena propuesta. Sin embargo, ya existe un marco de referencia a nivel nacional de lo que estas políticas pueden hacer: el resultado no es alentador.

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La Ley de Primer Empleo que se lanzó en 2010 buscaba incentivar el trabajo juvenil al ofrecerles a las empresas que contrataran a jóvenes menores de 28 años a cambio de reducciones en impuestos (riqueza) y en pagos parafiscales. El problema es que los beneficios de esa ley fueron anulados por parte de las pasadas reformas tributarias, pues los parafiscales fueron eliminados en 2012 y el impuesto de renta subió en 2014.

De manera que no está claro hasta qué punto Pardo logrará convenios con las empresas bogotanas si las anteriores reformas tributarias le quitaron elementos de negocación claves. ¿Con qué saldrá?

Cañazo Comunal

Después de que Peñalosa cambiara su opinión sobre el metro y decidiera apoyar su construcción, basándose en los estudios de la Financiera de Desarrollo Nacional que recomendaba un tramo elevadizo, él también se sumó a la lista de candidatos se venden a los bogotanos por medio de esta propuesta. La verdad sea dicha, a todos les sale barato incumplirla.

La primera propuesta de construcción del metro de Bogotá se dio en 1942, bajo la administración de Carlos Sanz. Han pasado más de 70 años, y en este tiempo han existido varios candidatos que han ganado la alcaldía de la ciudad incorporando este proyecto como parte de su plan de trabajo. De manera que si el siguiente dirigente no logra comenzar las obras, el hecho incidirá poco en su imagen. Mejor dicho, podríamos no tener metro en otros cuatro años: ni sola una línea. Prometerlo da réditos. Incumplirlo no cuesta mucho. ¿Fácil ecuación, verdad?

*Foto del artículo vía.