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Cuando cumplí 11 años de edad, uno de mis mejores amigos llegó a mi casa con una caja de cartón color plateada, con un moño y una esquina dorada. Se trataba de una distintiva envoltura de Mix Up (una de las tiendas más grandes de discos en México), que traía adentro un disco que llevaba por nombre, Al Ritmo Dance 5. En la portada estaba el tan conocido, Andrés Bustamante, alias, "El Güiri Güiri", y en su reverso, una cantidad de canciones de música electrónica del momento.
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Lo de intercalar bromitas entre rolitas tenía lo suyo. Era tan vulgar que a la vez lo hacía muy atractivo porque en verdad funcionaba y lo hacía ameno. Nadie que se considera poeta y filósofo de la música electrónica compraría estas compilaciones por su elevado contenido, en realidad, era un símbolo de la fiesta como tal: cruda, confusa, cómica y llena de buenas canciones. No se trataba de esculpir el conocimiento en sus consumidores, porque recalco, de entrada los nombres de las canciones estaban mal escritos. Su propósito, además de vender discos, era el de acercar a un gran mercado de gente que no tenía idea que la música electrónica podría gustarles y gracias a rostros conocidos, llegaba a su cometido.El, "punchis punchis", seguirá siendo todo un estilo de vida para los mexicanos (y quienes hayan logrado conseguirlas fuera del país). Les recomiendo echarse un clavado a esta guía de fiesta hecha por, "Ponchito".Trino Treviño es el Editor de THUMP en México. Está en Twitter.