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Música

Sink the Pink es la discoteca de la liberación sexual

¿Cómo lo han logrado? Pues con una buena dosis de innovación, una actitud descarada y mucha suerte.
Cortesía Sink the Pink

*Este artículo se publicó originalmente en i-D.

Es 1980 y el portero Steve Strange está revisando el excéntrico look de alguien el la cola. Él decide si tienes lo que hay que tener para ser digno de entrar en el Club Blitz: un lugar de liberación sexual y artística sólo apto para unos pocos privilegiados. Una comunidad que se desarrolló rápidamente, seduciendo a los más creativos y chiflados del Londres de la época. Muchos de sus miembros formaban parte del equipo de colaboradores de i-D: Princess Julia, Judy Blame y Pam Hogg. Su legado se ha difundido a través del tiempo en sesiones de moda, colecciones de grandes diseñadores, libros y música.

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Bien, pues Sink the Pink es el Club Blitz de nuestra generación: allí se reúnen miembros de una subcultura que, por primera vez en treinta años, ha conseguido llegar a la altura de energía y fantasía propias del New Romantic. Un hecho fortuito que ha logrado sin esfuerzo lo que otros han intentado recrear sin éxito.

¿Cómo lo han logrado? Pues con una buena dosis de innovación, una actitud descarada y mucha suerte. En i-D hemos indagado profundamente en el universo inspirador de Sink the Pink con su co-fundador -junto a Glyn Fussel- Amy Zing.

Imagen vía @sinkthepinkldn

¿Cómo comenzó Sink the Pink?
Una noche escribimos una lista de todas las cosas que nos gustan de una noche de fiesta y surgió la idea. Fue una reacción a noches horribles en las que anhelamos un lugar agradable y acogedor en el que se hiciesen buenas fiestas.

¿Pensaste alguna vez que tendría tanta repercusión?
En ningún momento pensamos que nada de esto podría suceder. ¿Quién podría prever algo tan maravilloso? Estamos muy orgullosos de ello. Sinceramente, mi vida es como un continuo orgasmo. Creamos un espacio en el que se rinde culto a vestidos ridículos y a gente liberal, con mente abierta y mucho brillo en el pelo. Y cada año es mejor: es como una espiral ascendente de amor.

¿De dónde proviene la idea de los trajes y el maquillaje?
La idea de que vas a ir a un lugar con el traje más ridículo que hayas podido imaginar y ver que siempre habrá alguien todavía más ridículo que tú es algo genial. Hemos creado una especie de seguridad en la que los invitados se sienten aceptados sean como sean porque aquí el único objetivo es pasarlo bien.

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Los New Romantics se pasaban muchas horas confeccionando sus trajes de fiesta. ¿Qué opinas sobre las redes sociales y su influencia en nuestro deseo de encajar?
Creo que hoy en día hay tanta honestidad y ganas de divertirse a la hora de representarnos a nosotros mismos que quizá sea comparable a la época del New Romantic. Siempre habrá chicos alternativos con ganas de crear algo nuevo: eso es lo bonito de las subculturas. Las redes sociales nos han proporcionado el lugar para compartir ideas con personas afines a ti.

Tenemos a freaks de todo el mundo poniéndose en contacto con nosotros a través de Twitter, Facebook e Instagram. En los inicios de Facebook descubrimos la vulnerabilidad de mostrar nuestro verdadero yo. Nunca antes habíamos compartido tanto de forma abierta a todo el mundo, y en muchos sentidos esto es algo increíblemente liberador.

Imagen vía @sinkthepinkldn

¿Hacia dónde se dirige Sink the Pink? ¿Hay algo específico que queráis lograr?
Ahora ya no es sólo nuestro: es de todos. Lo hemos gestado, pero vive y respira como una comunidad. Procuramos hablar con los asistentes para que nos digan qué funciona y qué no, y que así se sientan parte del colectivo. Es muy fácil mantener una democracia real en un lugar en el que los valores son tan simples como ser amable y creativo.

¿Qué tipo de artistas y diseñadores inspiran a la comunidad STP?
Tenemos a bailarines como Jono Kitchens que da unas clases -llamadas Hot Heels- para ambos sexos donde enseña fabulosas coreografías sobre tacones de vértigo. Julian Smith -también conocido como Jacqui Potato- es un diseñador increíble y Declan Shiels está colaborando en todos los grandes desfiles además de ser famoso por tener el cabello más largo de todo Sink the Pink. El fotógrafo Jacob Love está creando un fantástico arte a través de imágenes encontradas en Grindr y Andrew Glover -también conocido como Jonbenet Blonde- ha sido protagonista de sesiones de fotos para las mejores revistas de la actualidad.

También estamos muy orgullosos de Oozing Gloop, un estudiante de política que ha iniciado su propio cabaret llamado Yeast London Cabaret que apoyamos y recomendamos rotundamente. Nos sentimos muy afortunados de haber conocido a todos estos increíbles seres humanos que integran la familia STP y esperamos que siga creciendo. Mantenernos juntos nos hace más fuertes, siempre apoyándonos y volviendo este mundo un poco más loco y divertido.

Imagen vía @sinkthepinkldn