Si las campañas electorales fueran corridas de toros, en estos momentos la prensa hablaría de que al novillero Ricardo Anaya Cortés, de percha impecable pero falto de reflejos, le asestaron un par de cornadas que ni siquiera vio llegar. El primer ataque recibido fue la filtración de un video que lo involucra nuevamente con lavado de dinero. De ahí vino el remate, una demanda presentada ante la Procuraduría General de la República por el senador panista Ernesto Cordero.
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Las embestidas parecen haber dejado al candidato de "Por México al frente" casi pasmado de cara al tercer y último debate presidencial en Mérida, Yucatán, donde por la distancia de 20 puntos que le lleva Andrés Manuel López Obrador en la última encuesta de Mitofsky, Anaya buscará recortar distancias o en su defecto, no dejarse alcanzar por José Antonio Meade, abanderado de la coalición “Todos Por México”, que va en tercero.Esa condición de segundo en las encuestas que ha mantenido en la campaña, y su tímida reacción ante los últimos ataques, podrían volverlo presa del candidato tricolor en lo que parece la última oportunidad que ambos tienen para mostrarse como políticos presidenciables, antes de contender por “la grande” el próximo 1 de julio. Muy a pesar de la poca conexión que ha logrado con los votantes, #YoMero todavía sueña con dejar el tercer lugar de las preferencias electorales gracias al empujón que le dio la aparición de ese video antianayista.
Gastas y te vas. Breve historia de las deudas de Margarita Zavala.
Alistada la nueva metralla de apodos, y al parecer también carreta de propuestas poco claras, el candidato tabasqueño de la coalición “Junto Haremos Historia” prepara su mejor puesta en escena dentro del Gran Museo del Mundo Maya. Cobijado nuevamente por las encuestas, AMLO no dudará en presumir su condición de favorito a la menor provocación, aunque como en el futbol, los últimos minutos también deben jugarse y tendrá la misión de cuidar la ventaja, manejar la desesperación del rival y, de ser necesario, recibir la menor cantidad de goles que no comprometan el ansiado campeonato.
Gastas y te vas. Breve historia de las deudas de Margarita Zavala.
Alistada la nueva metralla de apodos, y al parecer también carreta de propuestas poco claras, el candidato tabasqueño de la coalición “Junto Haremos Historia” prepara su mejor puesta en escena dentro del Gran Museo del Mundo Maya. Cobijado nuevamente por las encuestas, AMLO no dudará en presumir su condición de favorito a la menor provocación, aunque como en el futbol, los últimos minutos también deben jugarse y tendrá la misión de cuidar la ventaja, manejar la desesperación del rival y, de ser necesario, recibir la menor cantidad de goles que no comprometan el ansiado campeonato.
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La última aduana
De momento, los números otorgan el oro electoral a López Obrador. Su más cercano perseguidor es Anaya con 20.3 puntos porcentuales que le darían la plata en los comicios. En tanto, el bronce sería para el candidato oficialista con 20 puntos menos que el puntero, quien parece que jugará a partir de esa ventaja, soltando comentarios jocosos a placer.AMLO también llegará con las suelas más gastadas de viajar por todo el país. Si en su momento el morenista presumió haber recorrido todos los estados mexicanos durante sus primeras dos campañas, a Yucatán llega con otra vuelta a las entidades. Un logro que por el momento sólo Meade ha equiparado. Anaya lo podrá completar una vez que visite Morelos, donde PAN y PRD no van en alianza.
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La televisión ya no vota como antes. AMLO encabeza tiempo de cobertura.
Desde que inició oficialmente su precampaña el pasado 14 de diciembre, el exjefe de gobierno capitalino se alza como el más “sociable” por la cantidad de eventos de campaña realizados. El tres veces candidato es líder general con 226 mítines organizados. Aquí, Meade ha logrado lo que las encuestas y el dinero le niegan, un segundo lugar detrás de López Obrador, con 207, les sigue Anaya con 186 encuentros para convencer a la ciudadanía, según datos del Instituto Nacional Electoral (INE). Sobre el extitular de Hacienda pesa un récord negativo de eventos cancelados que luce difícil de alcanzar.