Si hay algo que me queda claro, es que Zedd, Madeon, Porter Robinson y Arty fueron cortados con la misma mano musical. Uno es mejor que otro para ciertas cosas, pero el conjunto de habilidades los hace ir por un mismo camino que lejos de estar rodeado de la presión social que provoca un escenario principal en uno de los festivales más famosos del mundo, utilizan esta presión para ser auténticos dentro de su nicho.
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Este es el segundo álbum de estudio de Zedd y como tal, está diseñado para narrar una historia que tenga sentido desde el primer track que suena. No es una revoltura de texturas ni mucho menos un recorrido que te haga sentir incómodo. La visión que tiene todo este álbum, titulado, True Colors, hace mucho sentido a quienes somos sinestésicos (la habilidad de escuchar colores). No es una habilidad privilegiada o que te haga raro entre los tuyos, es más una forma en cómo están organizadas las conexiones cerebrales y las sensaciones que provoca el ejecutar uno de los cinco sentidos.
Son 11 los tracks que conforman este nuevo álbum de estudio que como antesala tuvo algunas activaciones que rompían con la cotidianidad de sólo presentarlo ante la prensa o llevarlo a las redes sociales. Una visita a Alcatraz, donde dentro de una de las grandes celdas, todos se sentaban a lo largo de una habitación en donde estaba Zedd, junto con su computadora, explicando y poniendo las canciones que trae su nuevo álbum. Sólo algunos fanáticos (y Tony Hawk, con su hijo) fueron los afortunados de estar en este evento. O, una visita a un lugar escondido en el desierto de Mojave, donde algunos se reunieron alrededor de una Z gigante, construida de madera, para hacer la misma dinámica: escuchar su nuevo álbum al calor de la fogata (bien merecida en el frío del desierto).
Así es como uno de los chicos que están decididos a romper el esquema del EDM, exhibe al ojo público su nueva obra musical. Un lugar en donde no sólo está la voz de su actual novia, la ya celebrada estrella del Pop, Selena Gómez, y un desfile de talento que va desde el grupo Bahari, Botnek, Jon Bellion y Troye Sivan.
A pesar de ser algo que está compuesto de muchos artistas, no deja de tener el distintivo sello de Zedd en los sonidos electrónicos. Drops cortados, mucha explosión pero sobre todo, mucho terciopelo en los pianos.El álbum ya está a la venta y disponible en Spotify.
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