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Salud

Asociar el vino con la maternidad es una mierda y nos está matando

Festivales en Canadá están incentivando el consumo de alcohol en madres vulnerables que podrían sufrir de depresión y ansiedad postparto.
'Bridesmaids', Universal Pictures

Existe un lugar oscuro y pernicioso en Facebook, poblado por subgrupos donde abundan miles de fibras a propósito de un tema polémico y sensible que con regularidad enfrenta a humano contra humano en una batalla que define quién es el mejor y el más acertado.

Hablo de los grupos de madres. Todo un universo virtual dedicado a sarpullidos de bebes y al tabú de amamantar, con acaloradas y confrontadas posturas en relación a la vacunación o la fórmula correcta de alimentación. Pero hay un área en la que todas parecen alinearse y concordar: el vino sagrado o 'jugo de mamás'. Hay un grupo en Facebook que se llama "Moms Who Need Wine" ("las mamás que necesitan vino", en español) que actualmente cuenta con 725.000 miembros y una búsqueda rápida con las palabras "mamá" y "vino" arroja cientos de grupitos con miembros seguramente igual de comprometidos.

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El lenguaje del alcohol en la maternidad ha sido romantizado e infantilizado. ¿Los niños acaban de ir a la cama? sírvete una copa de jugo de uva para grandes. ¿Sobreviviste a la mañana y sus afanes? Son las 5 de la tarde en algún lugar del mundo así que regálate un poco de jugo de mamás. El alcohol es medicina, el vino es jugo y el comportamiento adictivo deviene en un inevitable rito por el que hay que pasar. No digo esto para juzgar a las madres que luchan con una montaña de responsabilidades infinita, porque es precisamente esta realidad la que capitalizaron las compañías apelando a un subgrupo de consumidoras hípercomprometidas con ingresos e influencia.


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La mujeres están representando un alza en la participación como consumidoras de vino para las compañías. En Estados Unidos ya significan el 57% de sus ventas. La publicidad nos vende el alcohol como un lubricante social, empedrador femenino, ayudante en el amor y como un bien necesario para sobrevivir a la maternidad. La hora del vino para las mamitas no es solo la nueva manera en que los padres se conectan y comparten un estrés compartido. Es una estrategia de mercadeo utilizada por las compañías de alcohol que pretende normalizar su consumo en tiempos que, de otra forma, sería tabú. Miren este Festival en Toronto que acaba de recibir fuertes críticas por la manera de promoverse y por su montaje. 'A Very Mommy Wine Festival' ('un festival de vino muy maternal', en español) fue presentado como un encuentro diurno donde las mamitas podían reunirse y sorber un poco de su jugo, libres de juicios o deshonras. Uno de los eslóganes fue literalmente "babes on the hips, wine on the lips" (Bebes a las caderas y vino a los labios). La organizadora Alana Kayfetz le dijo a Toronto Star que ella realmente no consideraba los posibles efectos del mercadeo sobre el alcohol y las mujeres e incluso añadió que intentaron nombres como "'mamás que beben té' pero nadie acudió". Los especialistas en adicciones rápidamente señalaron los riesgos de normalizar la bebida y la facilidad con la que un trago al día puede convertirse en dos, tres o seis. Por supuesto que no hay nada de malo en disfrutar de un trago y claro que tener mecanismos que suavicen las responsabilidades hace parte esencial de la caja de herramientas de vida. Pero cuando no hay coches de bebés incluidos, podríamos llamar al vino, en vez de 'herramienta de supervivencia', algo así como 'alcoholismo'.

Como alguien que en este momento está esperando su primer hijo, digo todo esto desde una mirada bastante personal. Me aterra pensar en qué pasará cuando el bebé salga y cómo lidiaré con la depresión postparto. Ya he vivido brotes de depresión antes y percibo lo fácil que es sucumbir a las tentaciones del placer instantáneo que ofrece el alcohol y su esclavitud emocional. Es rápido, no implica esfuerzo y, aceptémoslo, hace que lidiar con las mierdas de este mundo sea mucho más fácil. No quiero pensar que mi ya existente comportamiento autodestructivo está siendo favorecido por compañías felices de ofrecerme la peor solución por el precio que pagamos las madres. La asociación entre la maternidad y el alcohol no es solo problemática en el futuro inmediato, es parte de una peligrosa y creciente tendencia que está aumentando la cantidad de mujeres que toman compulsivamente incrementando la mortalidad temprana.

De nuevo, disfrutar de un trago y disiparse con alcohol puede ser una parte normal, saludable de la vida, pero para las mujeres que están vulnerables —luchando con la dura realidad de ser padre en las primeras fases, expuestas a una posible depresión y ansiedad postparto— permitir que las compañías de alcohol nos convenzan de que "la hora del vino para las mamitas" es algo lindo, no solo es retorcido, literalmente nos está matando.

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