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woody allen es un poco imbécil

La tristemente prolífica historia de los combates de boxeo entre humanos y canguros

La Humanidad ha hecho muchas idioteces a lo largo de su historia. Enfrentar a personas con canguros en combates de boxeo es claramente una de ellas.
Imagen vía Wikimedia Commons

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En la primavera de 1891, el mundo del entretenimiento experimentó un descubrimiento simultáneo. Fue el año en el que explotó el tristemente famoso boxeo de canguros, y sucedió tanto en Estados Unidos como en Australia aproximadamente al mismo tiempo.

Según el artículo El canguro boxeador de Australia – ¿de Filadelfia?, una pieza muy detallada (y tremendamente 'nerd') escrita por Peter Jensen Brown en el sitio Early Sports and Pop Culture History Blog, las primeras noticias sobre boxeo con canguros en Australia aparecieron el 20 de marzo (Barrier Miner, un periódico de la ciudad de Broken Hill, en Nueva Gales del Sur) y el 26 de marzo (Table Talk, una publicación de Melbourne). La pieza más antigua sobre el tema en EEUU, que según Brown podrían contener la primera crónica de un combate público entre un ser humano y un marsupial, fue publicada en el Phillipsburg Herald el 2 de abril del mismo 1891.

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En Australia, las crónicas cuentan que un canguro llamado Jack dio una demostración de boxeo contra un hombre apodado Profesor Lindermann en Melbourne. En Estados Unidos, la prensa recogió que un marsupial de nombre John L. —llamado así en honor a uno de los boxeadores más queridos de la época, John L. Sullivan— hacía 'sparring' con su entrenador en un zoo de Filadelfia tras mostrar "una aparente aptitud" para los combates.

El uso del canguro como animal de pelea responde a las características naturales de este marsupial. En su entorno natural, los canguros se defienden de las agresiones usando sus patas delanteras (los "brazos") para agarrar y sujetar a su oponente: el objetivo es inmovilizarlo para patearle posteriormente con sus poderosas patas traseras. Por desgracia, a algunas personas aparentemente encargadas del cuidado de los canguros les pareció que los marsupiales asumían una postura propia del boxeo, así que decidieron ponerles guantes y "entrenarlos"… para explotarlos posteriormente.

El tono de los artículos al respecto es completamente acrítico, incluso festivo. En vez de censurarlo, las crónicas de la época tratan el combate entre especies como una alegre novedad y a los canguros en cuestión como valerosos miembros del reino animal lo suficientemente inteligentes para asistir a lecciones de boxeo (y pedirlas, aparentemente).

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Al describir el camino de Jack en el boxeo, Table Talk escribió: "La historia de Jack hasta ahora es admirable. Ha sido el primero de su especie en aceptar voluntariamente el entrenamiento, y al hacerlo ha desafiado las teorías formuladas por los naturalistas que declaran que los canguros no pueden ser educados. Jack, el Canguro Peleador, es nativo del distrito Upper Golburn y ha estado entrenando durante sus tres años de vida con el Sr. R. S. Mayne, de Jamieson. Su adiestrador notó que el animal mostraba mayores señales de inteligencia que sus semejantes y comenzó a enseñarle varios logros nunca antes intentados por animales de este tipo".

El Phillipsburg Herald adoptó un tono similarmente despreocupado cuando se refirió al canguro John L.: "John L. siempre se había mostrado taciturno hasta que un día, cuando entraba a limpiar la jaula, el cuidador notó que el marsupial parecía dispuesto a jugar. Se apoyó en sus patas traseras y subió las patas como peleador. El cuidador alzó también los puños y avanzó hacia John L. El resultado fue una exhibición bastante torpe de boxeo", relata el periodista.

"Su primer intento, sin embargo, fue suficiente para comenzar, y el enorme canguro demostró ser un pupilo con voluntad, así que en poco tiempo progresó enormemente", prosigue la crónica.

El boxeo con canguros se convirtió en una tendencia en los años siguientes e hizo apariciones en carnavales, teatros y exhibiciones en Australia, Estados Unidos, Inglaterra, Alemania y Francia. Durante este tiempo, nadie pareció plantearse si obligar a animales salvajes a pelear contra humanos era buena idea para cualquiera de las dos partes.

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A media que el tiempo pasaba, el Jack original murió y fue reemplazado por otro Jack; posteriormente, Jack Segundo dio paso a otro John L. Un grupo de canguros boxeadores fue enviado a Chicago para la feria mundial en 1893; uno de ellos murió poco después de llegar a la ciudad. En junio del mismo año, otro animal llamado Big Frank se enfrentó al boxeadorTom Tully en el Madison Square Garden de Nueva York.

El lamentable "deporte" del boxeo con canguros ganó popularidad hasta el punto de debutar en la pantalla grande en 1895 con la película muda alemana Das Boxende Känguruh [El Canguro Boxeador].

Hacia el final de la década de 1890 y principios de 1900, el público comenzó a perder interés en el fenómeno. No porque fuese cruel para el animal en las peleas y peligroso para los humanos involucrados, sino porque les comenzaba a aburrir: "Uno de los ualabís del zoo hace exactamente lo mismo [que los canguros]", opinó un autor en el Bruce Herald de Nueva Zelanda en un artículo del 30 de abril de 1897.

La práctica de obligar a los canguros a boxear no murió por completo después de eso —y aún no ha sucedido, desafortunadamente: una búsqueda rápida en YouTube permite encontrar un montón de vídeos recientes—, pero la idea del canguro boxeador se volvió más popular que el combate real. En 1920 se estrenó una película de animación llamada Boxing Kangaroo; poco después, Disney aprovechó la idea en tres cortos en los que aparecían canguros boxeadores. El Canguro de Mickey, de 1935, fue el filme más popular.

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Desde entonces, el canguro boxeador ha sido un clásico del cine de animación, con cameos en series tan distintas como los Looney Toons, Los Picapiedra, Los Simpsons y Futurama. La idea ha llegado a expandirse incluso al mundo del anime y ha aparecido en populares series japonesas como Sailormoon y Naruto.

En Australia, la popularidad del 'canguro boxeador' llegó a ser tal que muchos aviones y barcos de la Segunda Guerra Mundial llevaban marsupiales con guantes pintados a los lados. El equipo olímpico del país oceánico aún lo utiliza como mascota.

El 'canguro boxeador' alcanzó su cima, si podemos llamarle de tal manera, en 1978 coincidiendo con el lanzamiento de Matilda, una película en la que el actor Elliot Gould interpreta a un promotor de boxeo que trabaja con, bueno, ya os lo podéis imaginar. Robert Mitchum también aparece en el filme. No fue un éxito en taquilla.

Matilda, sin embargo, no fue lo peor que les pasó a los canguros boxeadores en esa época. La que seguramente sea la peor escena que una marsupiales y boxeo corresponde a un episodio del oscuro programa británico Europe's Big Top Circus Stars Live from the Hippodrome en el que ni más ni menos que Woody Allen entró en un ring improvisado para enfrentarse a un canguro real.

Como era de prever, el marsupial no parece disfrutar el hecho de que le obliguen a enfrentarse a un director de cine neoyorkino frente a un público ruidoso. Al pobre animal, de hecho, se le ve demasiado asustado como para pelear con nadie.

El cameo de Allen, por suerte, parece haber sido la última demostración de explotación de canguros en esta manera. Afortunadamente, el tono de las historias de ficción al respecto ha cambiado y ahora tiende a reflejar la crueldad de los combates con canguros en vez de regocijarse en ellos. En programas como Andy Ritcher Controla el Universo, The Mighty Boosh e incluso Hannah Montana Forever, la broma ya no es sobre el canguro, sino sobre la atrocidad y ridiculez que representa el combate entre especies.

Parece que, al menos en nuestra relación con los canguros, el tiempo sí que ha servido para sanar las heridas (y nuestra locura, sobre todo).

Este artículo se publicó originalmente en Fightland.