Nina Kraviz celebró un año del WhereHouse en Tijuana

Con tan sólo un año de existencia, Wherehouse se ha convertido por mérito propio en la opción clubber más importante de Tijuana, poniéndose incluso al tú por tú con cualquier espacio similar de la vecina ciudad californiana de San Diego.

Wherehouse se ha abierto paso en la vida nocturna fronteriza presentando lo mejor de la escena electrónica underground nacional e internacional. Por su cabina han pasado artistas del calibre de Zombies in Miami, M.A.N.D.Y., Fax, Metrika, Jeff Gold y Jacques Renault, sólo por mencionar algunos nombres.

Concebido como un espacio dedicado 100% a la música electrónica y como atinadamente lo señalará Pepe Mogt, integrante del Colectivo Nortec, "Wherehouse llenó el hueco que le hacía falta a Tijuana". No es casualidad que la primera edición bajacaliforniana del show de streaming, Boiler Room se haya realizado en sus instalaciones.

La noche del viernes 22 de abril difícilmente será olvidada por todos los que tuvimos la oportunidad de ser parte de la celebración. Wherehouse echó la casa por la ventana, con un line up a la altura del festejo, encabezado por la rusa Nina Kraviz, las californianas K lee y Rikva M, más el DJ tijuanense Gerardo Carrillo. Noche con presencia femenil mayoritaria, ¿coincidencia o no?, es de sobra conocido el apoyo e interés que tiene Nina de impulsar la presencia de mujeres productoras y DJs en una escena electrónica dominada por hombres.

En punto de las 10 pm Wherehouse abrió sus puertas, poco a poco el lugar se fue llenando de clubbers procedentes de distintos puntos de Baja California y San Diego. Rikva M cumplió con creces, calentando el dancefloor con beats techno y house, Lee K haría lo propio con un sonido similar. Gerardo Carrillo dejaría el ambiente a tope, listo para el acto principal de la noche.

Pasadas las 3:30 de la mañana la célebre rusa Nina Kraviz tomaría el control de las tornamesas. La audiencia caería rendida ante su hipnótico y potente sonido techno. Para ese momento el Wherehouse se encontraba casi por completo en penumbras, a tono con la decoración del lugar y el sobrio atuendo de la siberiana. En la pista de baile ya no cabía nadie, gritos, aplausos y baile masivo fueron la constante.

A pesar de la hora en que Nina tocó, en ningún momento dejo de sonreír, de aplaudir, de bailar. Iba y venía con movimientos cadenciosos, sabiéndose dueña del momento, conectada por completo con su audiencia. Es notoria la pasión de Nina al estar detrás de las tornamesas, goza el momento y siente la música como pocos.

Afuera ya había amanecido, eran las 6:00 am y los beats de Nina Kraviz seguían escuchándose en los alrededores de la Plaza Fiesta de Tijuana.