Colaborar es construir: la fuerza de la colectividad en Boiler Room

Todo avance necesita un impulso, y en la música electrónica, me atreveré a decir que es la mezcla y la remezcla, tomar de aquí y robar de allá, ordenar y reordenar para mostrar siempre la realidad, backgrounds y la idea propia. Sin embargo, hay ocasiones en las que el proceso creativo puede verse viciado o incluso bloqueado cuando nos ensimismamos en nuestros respectivos puntos de vista, por lo que la colaboración siempre ofrecerá nuevas formas de pensar, elaborar y compartir ideas al momento de crear cualquier pieza de expresión artística en general, combinando dos o más puntos de vista, técnicas y backgrounds diferentes no sólo para ampliar sus alcances, también sus espectros estéticos, etc.

Los avances tecnológicos y en comunicaciones del último siglo han dejado extendido el campo propicio para que las colaboraciones y la creatividad colectiva florezcan, pasamos de necesitar instrumentos costosos y difíciles de transportar a sólo utilizar un software que nos permita desarrollar intrincadas piezas musicales, volteando los papeles, des-nichificando el papel de creador, poniendo frente a las masas la posibilidad de compartir sus inquietudes creativas y esparcirlas por el mundo gracias a herramientas como el streaming o la radio por internet. La posibilidad de enviar mensajes o archivos a cualquier parte del mundo y recibir una respuesta casi inmediata también hace posible traspasar brechas y fronteras culturales, enriqueciendo los productos finales para crear nuevos géneros, sub géneros y propuestas.

Existe un fenómeno de reciclaje y remezcla peculiar en la música electrónica, las vanguardias nacen en el subsuelo de la escena y posteriormente se entregan a las demandas de la pista de baile para lograr amplificarse y transformarse; desde el Kraut al EDM, todos los géneros han pasado por lo mismo. En la electrónica, la degeneración es positiva, es productiva y empuja al progreso, algo que enciende la mecha también es la colectividad. Pensemos en el Jungle, o el Gquom, nos va a resultar prácticamente imposible rebobinar la historia hasta su génesis gracias a que se desarrolló en medio de un ecosistema creativo, esta colectividad. Alguien soltó una idea al aire y mediante su paso por el colectivo tomó forma hasta establecerse y convertirse en norma. Nuestra memoria nos brinda identidad. Tengamos un momento Bob Ross, si esto fuera una pintura, cada identidad sería un árbol y si las ponemos juntas se convierten en un bosque, un árbol puede destacar pero un bosque impresiona y deja huella.

Esta construcción de la memoria colectiva sería imposible sin la colaboración y de nosotros depende expandir estas brechas y fronteras facilitándola. El endemismo nos brinda identidad, pero la colaboración nos empujará a evolucionar. Volvamos a tomar al Gquom de ejemplo, si la colectividad no hubiese acercado la polirtmia de la música folclórica africana con el house 4/4 característico de la región, este primo del grime no habría visto la luz.

En Boiler Room estamos apostando por empujar estas innovaciones, mostrando al mundo lo que sucede en nuestra colectividad y facilitando estos puentes creativos a través de nuestra plataforma. La memoria colectiva mexicana es basta y no sólo debe atenerse al folclorismo y la exotización pero tampoco debemos perder de oído a nuestras raíces. La próxima semana podrás ver en streaming o asistir a un show curado bajo esta idea, en él, verás a Kuniyuki Takahashi, productor y artista sonoro originario de Japón, colaborando con Guillermo Siliceo, percusionista mexicano, para crear una nueva pieza sonora en vivo. También Guada Fk, mostrará todo lo aprendido en su exploración musical alrededor del mundo, trayendo propuestas de USA, Europa y más territorios para combinarlos y presentarlos en su set. Soul of Hex, un proyecto que nace en un punto álgido de intercambio cultural como lo es la frontera con USA, también mostrará la fusión musical que resulta de una educación fronteriza.

Te esperamos.