Como es costumbre en arenas de todo el mundo, en la arena del Thunder de Oklahoma City ofrecen al aficionado la oportunidad de llevarse un cheque gigante. O de hacer un ridículo profundo. La prueba: el clásico tiro de media cancha.En el partido contra Nueva Orleans, Tony Juárez, un aficionado novato —según contó era la primera visita que hacía a ver al Thunder de local— estaba ante esa disyuntiva.Botó con confianza el balón, caminó un poquito hacia un lado y luego se colocó directamente en línea recta. Lanzó el tiro con una técnica algo torpe, algo trabajosa que sugería un desenlace embarazoso. Pero no.
Algunos inventan un app, otros trabajan catorce horas diarias. Este sin duda es otro modo de salir de deudas.