La colección de discos de Mala refleja su vida e historia como pionero del Reino Unido

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Este artículo se publicó originalmente en THUMP EUA.

Desde estar en las noches de Plastic People a producir discos en Perú, la historia de Mala (Mark Laurence) puede tener sus raíces en el Reino Unido, pero en su mente predomina una perspectiva global creciente.

Tal vez tendría sentido suponer que en los 10 años de experimentación que siguieron al momento en el que el dubstep alcanzó su pico, productores como Mala han refrescado su perspectiva. Estando libre de los confines de la "escena", él, junto con gente como Peverelist y Pinch, ha descubierto nuevas formas de instrumentación oscura. Sin embargo, suponer eso sería un error, ya que Mala nunca estuvo atrapado en el primer lugar. "Me siento muy privilegiado y honrado de que la gente hable de mí como lo hacen en lo que respecta al dubstep", me dice, "pero, en mi mente, nunca he sido así". Estos valores nunca han estado tan presentes como en Mirrors, su último álbum con la disquera de Gilles Peterson, Broenswood Recordings, para el que viajó a Perú para grabar, creando relaciones con artistas locales y uniendo los puntos entre Croydon y Lima. En sus palabras, "sería realmente inapropiado el haber ido ahí y dado órdenes; en lugar de eso, intenté pedirle a la gente que me mostrara cómo hacer las cosas".

Nos encontramos sentados en el sótano de Brownswood Recordings y los rayos de la mañana soleada del viernes se reflejan en las paredes llenas de discos a nuestro alrededor, justo en el piso frente a él, se encuentra una bolsa llena de sus discos; vinimos aquí para discutir su vida musical, y escuchar las rolas y los álbumes que son más importantes para él. Durante las dos horas que pasamos juntos, yendo entre sus álbumes y rememorando su carrera, Mala nos da un acercamiento a su música, y los movimientos y momentos que han definido a un pionero del Reino Unido.

THUMP: ¿Cuál fue el primer disco que tuviste?

Mala: Esto va a ser malo. ¿Conoces "Mickey" de Tony Basil? Es una canción ochentera súper pop. Mi mamá me lo compró. Debía haber tenido como unos dos años. Seguramente la bailé y la disfruté mucho, como haces cuando eres un niño. Todavía tengo el disco por ahí –mi mamá le escribió encima "disco de Mark" junto con la fecha.

¿Tus padres influyeron mucho en la música que escuchabas?

No recuerdo a mamá o papá tocando mucha música en la casa mientras crecía. Algunos de los papás de mis amigos sacaban todos sus discos los sábados y los ponían en equipos de sonido de calidad –realmente nunca tuve uno de esos días en mi casa. Ahora, la colección de discos de mis padres tiene de todo, desde lo viejo de Michael Jackson, pasando por Stevie Wonder, otras cosas de Motown, hasta Trojan Records, y luego estaban Dire Straits y the Police. Supongo que crecí con un rango variado.

¿Cuál fue la música que realmente te inspiró al principio?

En las navidades del 92 compré un equipo hi-fi. Estábamos en casa de mi abuela y recuerdo haber llevado el equipo a Norwood, en el sur de Londres, lo instalé y escuché breakbeat de hardcore demente. Era yo; me enganché al instante. Ese sonido jungle me transformó de inmediato. Era como si toda la música comenzara a decaer y mi gusto comenzara a afinarse mucho más. Sonaba como de otro planeta, pero al mismo tiempo me sentía muy conectado a ese sonido.

¿Cuál sería un buen ejemplo de un disco temprano de jungle que haya sido importante para ti?

Lo que sacó Embee en Splash Recordings. "Niceness", de 1994. Esas eran las canciones buenas. Fue el jungle lo que me hizo agarrar un lápiz y comenzar a escribir letras. Poke, Coki y yo, todos solíamos ser MCs, y todo esto fue mientras estábamos en la escuela.

¿Qué pasó con tu carrera de MC?

Con el tiempo, comencé a hacer de MC en fiestas de menores de edad. La primera persona para la que hice de MC de manera profesional fue Kenny Ken. Terminé haciéndolo para gente como Nicky Blackmarket, Micky Finn, Jumpin Jack Frost y Randall, siendo muy joven. Fue entonces que me contrataron para tocar en una rave de bodega –esto es, adelantándonos al 97, 98. Al estar en esa escena conocí gente, hicimos una rola juntos, fuimos firmados por EMI, e hicimos toda esa mierda del video musical que viene con estar con un sello importante.

¿En serio? ¡No tenía ni idea!

Sí, firmamos un contrato de un single, pero no funcionó. Para ese entonces pensaba, "listo, me van a pagar y voy a comprarle una casa a mamá". A esa edad no sentía que estaba comprometiendo mi identidad; tenía 20 años, las chicas se veían bien, así que al momento se sintió increíble. Mi mánager de entonces y el A&R hablaron conmigo luego de que saliera el single; como no llegó al top 20 como ellos esperaban –sino que llegó al top 40– se desligaron del asunto. Eso es bastante duro para un veinteañero; realmente me paralizó, y ocurrió cuando todo el movimiento de garage estaba decayendo. Tuve que volver al trabajo normal, después de haber pasado casi un año de gira en un Space Cruiser con un Play Station en la parte de atrás. Bajarte de esa nube, bajar las expectativas, decirles a todos tus colegas, a tus amigos, a tu familia… Que eso te pase es devastador. Pero en retrospectiva, es lo mejor que me pudo haber pasado. Eso me llevó a ser tan independiente, lo que me llevó a DMZ, Deep Medi. Entiendo que el negocio de la música es música y negocios, pero cuando trabajas con gente que tiene sueños, en especial adolescentes, tienes que cuidarlos.

Eso es mucho que procesar a esa edad. ¿Hubo un disco que cambiara tu perspectiva sobre lo que podría significar la música?

En ese tiempo también escuchaba un álbum de un chico llamado Nitin Sawhney, titulado Beyond the Skin. Si me dijeras que solo puedo llevarme un disco, ése sería el que escogería. Creo que es un álbum fantástico. Probablemente me tomo el tiempo dos veces al año, cada año desde que lo escuché por primera vez, para escucharlo completo. Me invitaron a hacer una sesión con él y no creo que me creyó cuando le dije lo mucho que me gustaba su música hasta que comencé a cantar todas las letras. Una de mis canciones favoritas de ese álbum se llama "Tides", y otra, que tiene un mood muy pesado, que se llama "Anthem Without Nation".

Veo que también trajiste algo de Ruff Sqwad.

Lo compré cuando salió Ruff 1A y Ruff 1B, el primer lanzamiento de Ruff Squad, "Pied Piper". Lo busqué en eBay el otro día y ya va por las £600. Es uno de los discos más raros que tengo; probablemente se prensaron apenas 500. Recuerdo que lo compré en Blackmarket Records.

Ese nivel de rareza debe estar también en muchos de los tracks que has producido –se podría decir que el dubstep impulsó esa cultura de exclusividad por medio de los dubplates?

Esa fue nuestra educación. En las estaciones de radio piratas, nadie decía el nombre de la canción, pero solo ese DJ la tocaba. Ir a raves, ir al Metalheadz, volver a la cultura de soundsystems; todo eso se engranó en mí como parte de ese linaje. Aunque, más que eso, no quería ser mal representado. Después de salir de toda la situación con EMI, la gente había tomado mis sueños como si fueran desechables, así que era muy preciado. Escuchaba los sets de todos, y sentía que no todos encajaban con mi música, sé que algunos se ofendieron por eso, porque tuve unas llamadas telefónicas bien interesantes, pero nunca me obligaron, éramos militantes.

¿Qué tanto se solapaban el grime y el dubstep en esos inicios?

Todo lo que estábamos haciendo iba a la par con la onda grime. Curiosamente, mi primer show internacional fue con Skepta, Jammer, Logan Sama en el 2004 o 2005. No se solapaban realmente –aunque sí teníamos el mismo agente, si mal no recuerdo– pero ellos estaban haciendo lo suyo, y nosotros lo nuestro. Era más algo de respeto mutuo: "Esto es Londres y todo esto está ocurriendo en Londres".

¿Qué discos inspiraron tus perspectivas de Londres?

Run Come Save Me, Roots Manuva. Él era un londinense que hablaba sobre la realidad en un momento donde todo se trataba de entretenimiento y fantasía. Hacía falta alguien como Roots Manuva para que dijera las cosas como son. Recurrías a sus discos porque los beats eran increíbles pero también las letras y el contenido tenían mucho que dar. Leía los créditos cuando estaba haciendo música y me enteré de que Roots Manuva escribía y producía todo él mismo. Eso fue muy inspirador.

¿Tienes algún disco aquí donde hayas sampleado alguna canción?

Live at the Counter Eurovision, de Misty in Roots. Es un disco en vivo de 1979. Si escuchas una de mis canciones llamada "New Life", verás que es de aquí de donde saqué el sample. Tuve mucha suerte de que fuera John Peel el primero en la BBC en tocar mi música, una vez me invitó a su casa y pude ver sus discos; tenía una cantidad impresionante, como 110.000 y todos están archivados. Su esposa cocinó algo maravilloso para nosotros y recuerdo que había una placa en la pared que tenía su discurso de apertura bordado a mano.

Por lo que hemos hablado, y lo que has tocado para mí, parece que las relaciones y la orientación son muy importantes en tu música. ¿Eso aplica en tus más recientes esfuerzos con Gilles and Brownswood?

El disco de Cuba –Mala in Cuba– fue más que todo la visión de Gilles. A pesar de no haber grabado para nadie más en el pasado, al conocer a Gilles y su estrategia, fue una oferta que no podía rechazar. Pero para el disco de Perú, solo me dijeron: ¿quieres hacer otro? Siempre había querido ir a Perú, así que sentí que era el momento.

Puedo oír al escuchar Mirrors que el paisaje de Perú tuvo un efecto profundo en ti.

Es una tierra muy poderosa. Creo que tiene que ver con el Amazonas. Es un lugar tan antiguo y tan vivo a la vez… Cuando te sientas en la cima de Machu Picchu, todo el lugar resuena; es muy difícil de explicar, ningún cuadro ni ningún documental puede darte una idea de lo que es sentarse ahí –y estaba sentado ahí con mi compañera y mis dos hijos. Me afectó profundamente. El lugar era un espejo; yo estaba mirando hacia afuera, pero a la vez veía un reflejo.

Mirrors está ahora disponible en Brownswood Recordings.

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