MIRA: Dani el Rojo
Les dije que hacía mucho tiempo que había dejado de tocar el piano —una retorcida referencia a las máquinas tragaperras pachinko. Los hombres se rieron. No estaba seguro de si se estaban burlando de mí o si realmente les había hecho gracia mi guiño. Se ofrecieron a enseñarme a jugar al oicho-kabu mientras disponían las cartas junto a una bandeja de acero que contenía paquetes de cigarrillos HOPE, encendedores y diversos juegos de fichas japoneses.Durante la partida, hablamos de la Yakuza y de la percepción errónea pero muy extendida que la gente tiene de la organización. Conocida en Japón como Gokudō , se la suele considerar una organización delictiva transnacional o, dicho de otro modo, la versión japonesa de la Mafia.No me eran ajenas las historias de jóvenes miembros de la Yakuza, vestidos con elegantes trajes y con el pelo teñido de rubio, repartiendo palizas por los clubes de la ciudad o asegurándose de que los clientes extranjeros de los bares de alterne paguen sumas desorbitadas por sus consumiciones. Sus implacables normas, creadas para proteger y ensalzar los valores del honor y la gloria, también son toda una leyenda. Todo aquello me recordaba a mi propia experiencia como motero proscrito en mi país. En esos entornos, el respeto lo es todo.
Conocida en Japón como Gokudō , se la suele considerar una organización delictiva transnacional o, dicho de otro modo, la versión japonesa de la Mafia
Los miembros de la Yakuza moderna prefieren verse como descendientes espirituales de los rōnin (samuráis que no tenían amo) del siglo XVII. Se observan reminiscencias de ello en las ceremonias de iniciación de la Yakuza, que incorporan partes de los rituales de consumo de sake de los tekiya y los bakuto.Hoy día, la Yakuza es un tabú silencioso. Muchos la consideran una mancha en el orgulloso legado de decencia que caracteriza a la sociedad japonesa. La gente no quiere hablar de la organización. Siempre que preguntaba, solo recibía evasivas o comentarios resentidos por respuesta. "Japón tiene cualidades mucho mejores", me dijo una vez un camarero.La Yakuza es mucho más que dedos amputados, películas de Beat Takeshi y violencia desenfrenada
Según The Economist, la tasa de delincuencia en Japón ha bajado considerablemente durante los últimos 13 años, y su índice de homicidios —0,3 por cada 100.000 habitantes— es de los más bajos del mundo. En un Japón moderno cada vez más seguro, han empezado a surgir rumores de que o bien la Yakuza ha pasado de moda, asfixiada por la vigencia de nuevas leyes mucho más restrictivas, o bien está desapareciendo por falta de miembros que le den continuidad.Los miembros de la Yakuza moderna prefieren verse como descendientes espirituales de los rōnin (samuráis que no tenían amo) del siglo XVII
La Yakuza es la única organización que se sirve de la automutilación como muestra de valor y de castigo a la vez. Si uno de sus miembros hace algo que suponga un desagravio o un problema para el grupo, se espera de él que inmediatamente se corte un dedo como acto de redención. Suelen practicar las amputaciones con una daga o una espada samurái pequeña, una tradición que refleja la dependencia del samurái que blande la espada: con cada error y cada dedo perdido, el soldado se ve obligado a depender menos de su débil agarre y más en el grupo al que pertenece.Lo primero que me llamó la atención fue la edad de los miembros de la organización: todos ellos estaban en los veintitantos
Le conté la pérdida de derechos humanos que sufrimos los miembros de mi club de moteros con la aprobación de la ley australiana contra la delincuencia organizada, según la cual en determinados estados del país, no se les permitía reunirse en público en grupos de más de dos personas. Ni siquiera se nos permite salir en moto en grupo, que es el principal objetivo de un club de moteros.Este año, Japón ha aprobado una ley antiterrorista según la cual toda una organización puede ser imputada si uno de sus miembros planea cometer un delito
"En cambio, si nos llaman a nosotros, nos podemos centrar en el tipo que empezó la pelea y el resto de la clientela puede disfrutar de la noche. Puedes llevártelo afuera y decirle que deje de montar follón en el bar. Cuando nos ocupamos nosotros, es mucho más fácil y rápido arreglar las cosas".El señor S me asegura que el principal interés de la Yakuza es el de proteger a la gente. "Nos responsabilizamos de la gente de aquí, sean o no de nuestro grupo. Si nos enteramos de que los jóvenes están metidos en problemas de drogas, nos sentimos responsables y tenemos el deber de ayudarles a salir. Básicamente se trata de ayudar a las generaciones más jóvenes y enseñarles lo que está bien y lo que no, hacerles saber si están en nuestra jerarquía o no."Cuando nos ocupamos nosotros, es mucho más fácil y rápido arreglar las cosas"
Todo aquello me resultaba familiar. Recuerdo lo que me dijo mi presidente cuando me aceptaron en el club de moteros: "Si estás aquí para ganar dinero, que sepas que en poco tiempo vas a acabar sin blanca". También me dijo que, si tenía novia, seguramente me dejaría y que las únicas vacaciones que haría serían el tiempo que pasara en la cárcel. No es un estilo de vida muy glamuroso, que digamos.Terminada la conversación, el señor S me llevó a su restaurante de soba favorito. El propietario nos recibió enseguida con una botella de sake, de la que nos servimos varias rondas. Disfrutamos de una gran variedad de delicias japonesas. He estado con muchas figuras importantes de los bajos fondos, pero mientras cenaba con el señor S no tenía la sensación de estar haciendo alarde de cierto estatus o influencia. Era más bien una invitación apasionada a conocer su cultura y su mundo.Según las informaciones, la Yakuza fue más rápida que el propio Gobierno a la hora de ofrecer ayuda a los damnificados, algo de lo que se sienten extremadamente orgullosos
Intenté acercarme discretamente a pagar la cuenta, ya que el señor S llevaba todo el día invitándome a café, comida y tabaco. El propietario del restaurante me detuvo de inmediato y llamó a S, que se levantó, alzó la mano de los dedos amputados y dijo pausadamente: "Antes me cortaría otro dedo que dejar que un invitado de la Yakuza pague la cuenta".Para más historias de decadencia, sigue a Mahmood en Instagram."Los chavales que se lanzan a la mala vida prefieren unirse a bandas callejeras o a grupos de timadores antes que a la Yakuza"