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Música

Cinco sitios en Colombia para organizar raves alucinantes

La geografía colombiana está llena de lugares que combinan historia, acústica y energías perfectas para organizar fiestas increíbles.

Imágenes por Daniel Senior.

Si hablamos de sitios para hacer fiestas, Colombia tiene innumerables opciones que van más allá de los bares y clubes a los que estamos acostumbrados. Con una floreciente oferta de festivales a lo largo y ancho del país, como el Nómade en Capurganá, Intitum Sound en Ipiales, Tatacoa Baila en el desierto homónimo, The Zoo en Cali, Eivissa Sound en San Andrés, Soluna en Medellín y el Baum Park y KPTL Sound en Bogotá, vemos que los formatos y conceptos de cada uno de estos se complementa con el lugar en el que es realizado. Hace unos días solté una pregunta, ¿y por qué no utilizamos espacios como la Santamaría para llenarlos de música y propuestas culturales? Esto nos llevó a considerar otros espacios en Colombia en donde se juntan historia, acústica y energías para organizar fiestas que marquen un antes y un después del lugar.

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Catedral de Sal de Zipaquirá

La Catedral de Sal de Zipaquirá es uno de los santuarios religiosos más famosos de nuestro país, al que miles de personas peregrinan anualmente para recorrer los tres grandes socavones que la conforman y en donde se distribuyen los 14 pasos del viacrucis. Pero poniendo la religión de lado, la Catedral de Sal de Zipaquirá tiene la infraestructura soñada para un rave. 180 metros bajo tierra se encuentra la Sala de la Resurrección, que en sus 800 metros cuadrados puede albergar cómodamente entre 400 y 700 personas. También está la Nave Central en la que caben casi 900 personas. Eventos ya se han realizado dentro de estas grutas, como conciertos del Coro Filarmónico Juvenil y Coro de Cámara de la Universidad de los Andes o la presentación del Grupo Acrobático Cirque Du Chengdu el pasado 21 de enero. Pero también ha habido espacio para la música electrónica. En septiembre de 2014, Memek, Julio Victoria, Gerard y Julian Gómez estuvieron sacudiendo estas cuevas.

Mina de Sal de Nemocón

Subterránea, cavernosa y sin connotaciones religiosas, la Mina de Sal de Nemocón es otro venue perfecto para enfiestarse. A 80 metros de profundidad y con 1600 metros de recorrido que van acompañados de impresionantes espejos de salmuera, la ilusión óptica y acústica que da los toques finales para una experiencia musical sin comparaciones. Ya entre 2004 y 2006 se organizaron varios eventos en la mina dentro del marco de lo que fue el principio de Bogotrax, o fiestas como BUNKER, de la cual encontramos un videito corto (y con calidad de 2006), pero que sirve para dar una idea de lo magnifico que es este espacio para la acústica y las energías fiesteras.

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Piedra del Peñol

A unos 70 kilómetros de Medellín está Guatapé, municipio que alberga a la Piedra del Peñol. La logística al momento de organizar una fiesta aquí puede llegar a ser algo compleja, teniendo en cuenta que la cima de esta roca se encuentra a casi 220 metros de altura y para alcanzarla hay que subir unos 700 escalones. Pero eso tal vez es bueno, pues puedes confiar en que quien subió hasta allá es porque tiene la intención de disfrutar de una muy buena fiesta. Aunque si la subida no te llama la atención, la base de la montaña puede ser una buena opción para montar un escenario acompañado por un buen sistema de sonido, mateniendo una buena vista panorámica del embalse de Guatapé, en el cual se practican varios deportes acuáticos y navegan planchones en los que también se podrían organizar unas buenas fiestas.

Castillo de San Felipe de Barajas

No es extraño escuchar que se realizará un evento en el Castillo de San Felipe en Cartagena, una de las construcciones más emblemáticas de Colombia y la cual ha sido sede de incontables eventos culturales como el Festival de Música, Hay Festival, VI Cumbre de las Américas, FICCI, etc. En el Castillo se han presentado orquestas sinfónicas, artistas folclóricos y grupos de baile que han utilizado la cima de la muralla o las zonas verdes aledañas al castillo como escenario para su música. Pero no olvidemos que el Castillo también cuenta con unos 600 metros de túneles y pasadizos que sirvieron de escondite, vivienda y prisión en la época de la conquista y la colonia, y que ya sin soldados ni esclavos habitándolos, podrían ser locaciones alucinantes para organizar una fiesta. Con sistemas de sonido distribuidos entre el laberinto, los túneles de San Felipe podrían ser la locación perfecta para que el eco de la música nunca pare.

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Casa del Salto del Tequendama

La mejor fecha para hacer fiestas es sin duda el 31 de octubre, noche en la que se celebra Halloween y nuestras almas nos exigen baile. Algo fundamental para que estas fiestas triunfen es el venue, y si bien en los últimos años se han organizado fiestas en sitios con ambiente "halloweenesco" como el Hipódromo de los Andes, la Casa del Salto del Tequendama con sus 1475 metros cuadrados y sus muchos fantasmas es la locación ideal. La casa inaugurada en 1924 fue un famoso parador turístico que desde entonces ha prestado los servicios de hotel, restaurante y bar. Desde el 2012 ha estado en proceso de remodelación para convertirse en la Casa Museo del Salto del Tequendama que cuenta con el apoyo de la Fundación Granja Ecológica El Porvenir y del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia para su restauración y mantenimiento, y con el propósito de darle un carácter pedagógico con la biodiversidad de la región como tema principal.

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Cuando a Vanessa se le ocurren ideas para fiestas, las comparte por acá.


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