Fronteras de Europa

Por qué las mujeres irlandesas siguen cruzando fronteras para abortar

Las mujeres podrían ser las víctimas invisibles del debate político sobre fronteras.
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fotografías de Dan Dennison
LP
traducido por Laia Pedregosa
Ann Rossiter mujeres irlanda abortar fronteras países
Anne Rossiter, fundadora del Grupo Irish Women's Abortion. Todas las fotos por Dan Dennison 

Europa es una unión, pero también un complejo batiburrillo de países con leyes, idiomas, valores, políticas sobre drogas, salarios mínimos, licores y chistes malos propios. La vida puede ser totalmente distinta según el lado de la frontera en que hayas nacido, incluso dentro de los límites de la UE. Esta semana, en VICE.com te traemos historias que muestran cómo influyen las fronteras de los países que dividen y delimitan Europa en el día a día de quienes viven cerca de ellas.

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Al mismo tiempo que el Reino Unido se enfrenta a una lucha encabezada por un gobierno conservador y el brexit sigue sin resolverse, el “backstop irlandés” y la gestión de la única frontera entre el Reino Unido y Europa siguen en el centro del debate político británico, pero el gran impacto humano que supone la vigilancia de esta frontera sigue ignorándose.

El endurecimiento de los controles en la frontera entre Irlanda y el Reino Unido podría poner en peligro las oportunidades de las mujeres que viajan a territorio inglés para poder abortar. Antes del referéndum de 2018 sobre la derogación de la prohibición del aborto en Irlanda, este era ilegal tanto en la República de Irlanda como en Irlanda del Norte. Las mujeres irlandesas se veían obligadas a viajar a Reino Unido en avión o en barco para acceder a se servicio.

Según el Departamento de Salud de Reino Unido, 4633 mujeres viajaron al país para abortar en 2017. El 61 por ciento de esas mujeres eran irlandesas, mientras que el 22 por ciento residían en Irlanda del Norte. Desde que se aprobó el referéndum el año pasado, estas cifras han cambiado ligeramente: el informe de 2018 indica que 213 mujeres menos viajaron desde la República de Irlanda a otros lugares para abortar pero, al mismo tiempo, en 2018, la cifra de mujeres de Irlanda del Norte que viajaron fuera de sus fronteras para abortar superó a la del año anterior en 192.

Así pues, a pesar de los cambios en las leyes de Irlanda, donde ya es legal abortar con embarazos de un máximo de 12 semanas, muchas mujeres siguen viajando desde Irlanda del Norte y la República de Irlanda a Reino Unido para abortar. Hablé con Mara Clarke, directora de la Red de Apoyo al Aborto, que recibe las siglas de ASN en inglés (Abortion Support Network), para descubrir el origen de este fenómeno. Empezó ayudando a mujeres a buscar lugares en los que abortar cuando vivía en Nueva York, donde alojaba en su estudio a aquellas mujeres que necesitaban algún sitio donde recuperarse la noche después.

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Tras mudarse a Londres en 2005, Clarke se dio cuenta de que las mujeres que viajaban a Reino Unido para abortar necesitaban apoyo. El colectivo Irish Women's Abortion Group, una iniciativa de Anne Rossiter, se vio obligado a suspender su actividad en el año 2000 como resultado del auge de la economía irlandesa a finales de los 90 y la abundancia de vuelos de las compañías aéreas de bajo coste entre Irlanda y Reino Unido, que facilitó los desplazamientos de las mujeres que querían abortar. Aun así, después de la crisis económica de 2008, volvió a subir la cifra de mujeres que necesitaban ayuda para abortar en Reino Unido. Hacia 2009, Clarke fundó la ASN para cubrir esa necesidad, ofreciendo apoyo y un alojamiento seguro.

El referéndum de 2018 fue una victoria crucial para las mujeres irlandesas, ya que desafió a las autoridades patriarcales y católicas, que jugaron un papel esencial en el momento de la creación de una Irlanda independiente. Clarke explica que la ASN ha experimentado un cambio positivo desde que se revocó la prohibición del aborto, ya que la cifra de mujeres que contactaban con ella disminuyó, pero aunque las peticiones de ayuda a ASN bajaron, las mujeres que pedían apoyo necesitaban más financiación que nunca: las organizaciones benéficas aportaron más de 98 700 euros en subvenciones en 2018.

Según Clarke, una de las cosas que han cambiado desde el referéndum es que cuando las mujeres llaman al teléfono de asistencia hoy en día, “Piden menos disculpas que nunca, tienen más seguridad y son más directas al pedir ayuda”. Entonces, ¿por qué siguen necesitando ayuda y viajando a Gran Bretaña?

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Ann Rossiter mujeres irlanda abortar fronteras países

Anne Rossiter

Muchas mujeres no saben que están embarazadas durante las primeras semanas y, cuando lo descubren, el procedimiento a seguir en Irlanda puede llevar tanto tiempo que cuando se les concede el aborto ya ha pasado la fecha límite legal en Irlanda, que son 12 semanas. En Reino Unido es posible hasta las 23 semanas y 5 días del embarazo.

"No son capaces de conseguir un médico de cabecera, y gran parte del trabajo de Clarke se basa en ayudarles a encontrar estrategias para que puedan ir a Reino Unido pasando desapercibidas, abortar y volver a Irlanda antes de que alguien descubra que se habían ido"

Clark explica que muchas mujeres que acuden al ASN son mayores, normalmente creen que están pasando por la menopausia, a menudo ya tienen hijos mayores y no se plantean la posibilidad de otro embarazo. Otros casos más comunes son los de las mujeres que se encuentran en relaciones abusivas o son víctimas de la coerción reproductiva. Normalmente, esas mujeres no son capaces de conseguir un médico de cabecera, y gran parte del trabajo de Clarke se basa en ayudarles a encontrar estrategias para que escapen de esa situación y puedan ir a Reino Unido pasando desapercibidas, abortar y volver a Irlanda antes de que alguien descubra que se habían ido.

Muchas de la clientas de Clarke proceden de centros de manutención directa —la solución del gobierno irlandés ante el aumento de solicitudes de asilo que se produjo en 1999—, instalaciones en las que a menudo se ven obligadas a pasar años “alojadas” las solicitantes de asilo, a la espera de que se tramite su petición.

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Ann Rossiter Mara Clarke mujeres irlanda abortar fronteras países

Mara Clarke

ASN se dedica también a dar apoyo a estas mujeres y a las que no tienen papeles y viven en Irlanda. Según Clarke, el proceso por el que pasan tanto las mujeres sin documentación como las que se encuentran en los centros de manutención directa es más complicado, ya que no solo requieren un visado para entrar al país y salir de él, sino que ocurre lo mismo cuando viajan a Reino Unido. Estos visados son mucho más difíciles de obtener desde el referéndum del brexit porque las normas de la Oficina Central se han endurecido. Clarke deja claro que la ASN no tiene ninguna implicación política y no participa en ninguna campaña relacionada, pero se manifiesta acerca de sus preocupaciones sobre la salida de Europa del Reino Unido y en cómo puede afectar a las mujeres en situación vulnerable y a las que tanto ella como sus compañeros pueden ayudar.

La historia de mi aborto

No resultaría descabellado asumir que después del referéndum irlandés, las mujeres de Irlanda del Norte cruzasen las fronteras de la República para abortar, en lugar de viajar en barco o en avión a Reino Unido. Pero ese no ha sido el caso: de hecho, los dos últimos años los viajes de las mujeres de Irlanda del Norte a Reino Unido han aumentado a causa del procedimiento que implica.

Una de las posibles razones es el procedimiento que siguen las mujeres en Irlanda del Norte para poder optar al aborto en la República y el limite de semanas que tienen. Como residentes en la República, deben atender a un mínimo de citas médicas previas, que suponen un coste al que se suman las medicinas necesarias y el viaje. Eso hace que el coste total de un aborto sea de unos 400 euros, una suma que no todo el mundo puede permitirse. La opción más barata es conseguir un vuelo económico a Reino Unido y, con la ayuda de la ASN, el acceso a alojamiento y servicios sanitarios en el mismo país.

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Otro posible efecto que podría tener la salida de Reino Unido de la Unión Europea en relación con los viajes para abortar estaría relacionado con la elección, irónicamente. Reino Unido es uno de los tres países de Europa que ofrecen la posibilidad de abortar después de 14 semanas, en Suecia es legal hasta las 18 semanas y en los Países Bajos hasta las 22 semanas; aunque este último país solo cuenta con dos clínicas médicas que puedan llevar a cabo este proceso en mujeres no residentes. En los hospitales, solicitar el aborto es mucho más complicado para ellas. Por lo tanto, Reino Unido es muy importante por ser uno de los países que ofrece un margen más amplio de tiempo para abortar. Si se va de la Unión Europea, las repercusiones no solo afectarían a las mujeres irlandesas, sino también a las mujeres de toda Europa; especialmente para aquellas que se encuentren en un contexto menos privilegiado o que o cuenten con un pasaporte europeo.

“Vamos a sacar a Irlanda del Norte de la época arcaica, como lo hicimos en el sur, y vamos a luchar por ello juntas"

Este año, en el Día Internacional de la Mujer, activistas de ambas partes de la frontera se reunieron en Belfast, donde se manifestaron juntos por los derechos humanos y la libertad de decidir sobre sus cuerpos. Hablé con Siobhan Shiels, que se encontraba allí. Shiels tiene relación con los dos bandos como parte del grupo Abortion Rights Campaign, liderado por un grupo de mujeres desde Donegal (al sur de la frontera) hasta el norte de Belfast, para dar visibilidad y apoyo a las activistas de Irlanda del Norte que están luchando por la legalización. Según Shiels, el Partido de la Alianza de Irlanda del Norte viajó a la República para dar apoyo durante la campaña previa al referéndum, y ahora estaban haciendo lo mismo por las mujeres del norte.

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“Vamos a sacar a Irlanda del Norte de la época arcaica, como lo hicimos en el sur, y vamos a luchar por ello juntas. No creo que el endurecimiento de los controles fronterizos pueda detenernos y evitar que nos ayudemos mutuamente”, me explicó.

Cuando hablé con Anne Rossiter, escritora y activista de setenta y tantos años, me contó que en 1970, cuando el aborto era ilegal, se dedicaba a ayudar a las mujeres que lo necesitaban. “Las mujeres siempre se han apoyado unas a otras”, explicaba.

Anne no quería que pasaran por el mismo trauma que había experimentado ella y se propuso dar alojamiento a las mujeres que visitaban el Reino Unido para poder abortar. Me contó que acogió a cientos de ellas a lo largo de los años.

Ann Rossiter mujeres irlanda abortar fronteras países

Siobhan Shiels

También me explicó que muchas de las mujeres que elegían ir a Gran Bretaña lo hacían porque Irlanda es pequeña y era más probable que fuesen descubiertas allí antes que en Londres. “Aunque el aborto se ha legalizado, el estigma y remordimiento siguen estando muy presentes y persiguiendo a las mujeres”.

Según Anne, el director general de la compañía aérea Ryanair, Michael O’Leary, fue considerado un héroe por muchas activistas defensoras de los derechos abortivos: en muchos de los vuelos nocturnos de Dublín a Londres suelen viajar mujeres para abortar. Anne comenta que, “Una vez que lo sabes, empiezas a identificarlas”.

"Aunque el aborto se ha legalizado, el estigma y remordimiento siguen estando muy presentes y persiguiendo a las mujeres”

Un aspecto que preocupa mucho a Anne es cómo puede afectar a los derechos de las mujeres elbrexit y el reciente auge del nacionalismo. Habla de la prohibición del aborto en el estado de Georgia, en Estados Unidos, y también del poder incondicional que se le ha dado al partido político DUP de Irlanda del Norte en Westminster para asegurar la mayoría conservadora en la Cámara de los Comunes. Anne opina que el aumento de los partidos políticos de derechas como la Liga Norte en Italia y VOX en España, entre otros, podrían ser una amenaza a la libertad por la que han luchado los europeos desde la Segunda Guerra Mundial; en parte gracias a la creación de la Unión Europea.

Una de las libertades que se encuentran en peligro es la de moverse libremente por Europa. Tanto las mujeres de la República de Irlanda como las del Irlanda del Norte pueden corroborarlo, esa independencia es vital para la gente que vive en países con políticas restrictivas en cuanto al aborto.

Este artículo se publicó originalmente en VICE UK.