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Cultură

En respuesta a 'A la chingada con Game of Thrones'

Está bien escribir sobre que no te gusta una serie que no has visto, pero si no tienes ni idea del género de la fantasía, quizá deberías callarte.

Algunos disfraces de los fans de Game of Thrones están bien chingones. Foto vía usuario de Flickr John Biehler.

Querido Clive Martin:

Supe que no te gusta un programa de televisión que no has visto. Escribir sobre por qué te niegas a ver Game of Thrones y odiar la serie sin haberla visto es una forma cagada de invertir tu tiempo, pero después de leer que aborreces “cualquier cosa que tenga que ver con la ‘fantasía’”, pensé que debía dedicar un poco de tiempo a refutar tus críticas de un género y una subcultura sobre la que tú estás orgulloso de ser completamente ignorante. Para empezar me gustaría que consideres la frase “Cierra el pinche hocico” como un obsequio cariñoso de un amigo del otro lado de Atlántico.

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Enseguida me gustaría hacer una pequeña puntualización: yo tampoco he visto Game of Thrones. Leí los tres primeros libros de Canción de fuego y hielo, de George R. R. Martin cuando estaba en la prepa, así que tengo bastante claro lo que ha pasado al menos en las dos primeras temporadas de la serie, y ahora me he quedado tan retrasado que ya he desistido de verla.

Sí tengo, sin embargo, una especie de credo nerd. Hace años, cuando las secciones de fantasía y ciencia ficción de varias tiendas de libros usados eran un refugio para resguardarme de las cosas horribles que la adolescencia trajo a mi vida, leía muchos libros de fantasía épica. El único ejemplo de este género que pareces conocer es El Señor de los Anillos, pero durante mis años de lector de fantasía, la aparentemente interminable y supercomplicada saga La rueda del tiempo, de Robert Jordan, era la serie de libros más popular que había. También leí la excelente trilogía Añoranzas y pesares, de Tad Williams, las sagas Shannara y el reino mágico de Landover, de Terry Brooks, los terribles libros de Terry Gookind La espada de la verdad, las épicas y horriblemente tituladas Belgarath y Mallorea, de David Eddings, el misógino mundo creado por Piers Anthony en Xanth… Y la lista continúa.

Lo que diferencia los libros de Martin del resto es que su mundo fantástico de Westeros parece más “real” que otros mundos inventados como la Tierra Media, de Tolkien, o la Shannara, de Brooks. En la serie hay muy poca magia y, cuando ocurre algo sobrenatural, provoca mucha sorpresa y confusión. Los personajes cogen entre ellos (en su mayoría de formas que serían ilegales hoy en día), son torturados, se traicionan y mueren con una facilidad increíble por cualquier motivo, igual que lo hacía la gente involucrada en las guerras de la Edad Media. Una de las primeras cosas que ocurren es que un niño es lanzado desde una ventana y se queda lisiado después de presenciar un incesto, uno de los personajes más importantes es asesinado en el baño, se caga por todas partes y muere. Así que los libros son realistas, se podría decir. Además, cualquiera de los personajes del mundo de Martin que lucha por la nobleza, el honor o cualquiera de las otras cosas que suelen alabar este tipo de libros, termina inevitablemente empalado o mutilado y humillado por una turba de facinerosos amorales que aparecen por ahí. Como he dicho, esto es mucho más realista que la mayoría de la fantasía épica.

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Como es normal, una serie de televisión basada en una saga de libros llena de giros repentinos en el argumento, vuelcos del destino, batallas sangrientas y personajes malos y calculadores, está llamada a ser un éxito. Añádele el nivel de producción de HBO y las magníficas interpretaciones (y muchos desnudos) de sus actores y tendrás la receta para una serie realmente exitosa. Decías que no apreciabas “la narrativa y el humor sutil que le encanta a los fans de GoT". No hay nada sutil en el atractivo de Game of Thrones. Todo es un continuo “CHINGADAMADRE, SE LO CARGÓ LA CHINGADA, MIERDA” y un “¡AAAAAAAY, LE ESTÁN CORTANDO EL PITO!”. Si te niegas a ver eso porque… ¿Por qué? ¿Porque está ambientado en un mundo algo medieval? ¿Porque en algunas partes salen dragones? Pues no sé qué decirte.

Algunos grandes relatos que Clive Martin se niega a leer. Foto de Flickr, vía Paulo José Silva Ferraz.

Pero, oye, me importa un carajo lo que decidas ver. Lo que me fastidia es que bases tu odio por la fantasía en algunos estereotipos pasados de moda y en El Señor de los Anillos, que es como si yo pensara que en el Reino Unido sólo hay un puñado de Winston Churchills comiendo salchichas caducadas y bebiendo cerveza caliente. Para ayudarte a entenderlo mejor, aquí tienes algunas respuestas a lo que supongo que tenemos que llamar tus “argumentos”:

Para mí, la fantasía siempre ha sido una cultura seguida por gente que no es capaz de lidiar con el caos del mundo real: genocidios, desamores, cancaneo, modas en eterna evolución y fanatismos religiosos.

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Si pasaras menos tiempo sin leer ni observar cosas, te habrías dado cuenta de que todos esos genocidios, desamores y fanatismos religiosos son temas que suelen estar presentes en las novelas fantásticas. Si te gustaría que hubiera más cancaneo en la narrativa que consumes, te recomiendo que leas a Harry Turtledove, autor alternativo de novela histórica/ciencia-ficción, cuyos personajes están constantemente montándose en público.

Luego está el problema con el sexo. El Señor de los Anillos— a pesar de contar con Viggo Mortensen, Orlando Bloom y Liv Tyler— logró evadir cualquier aspecto sexual en la película, lo único que vemos es un poco de escote y unos besos.

Vaya, muy aguda tu observación de la falta de sexo en las películas. Eso es lo bueno de ver las cosas: que luego puedes criticarlas con propiedad. Las obras de Tolkien tampoco presentan personajes femeninos y, básicamente, omiten el aspecto romántico. Como mucho, la película hace esfuerzos denodados por enfatizar la subtrama del amorío entre Aragorn y Arwen. Pero no deberías basar tu perspectiva de todo un género literario en una serie de novelas de hace más de 60 años. Hay otras historias fantásticas con más sexo, y en muchas ocasiones son un reflejo de las fantasías del autor de cogerse a una medio elfa o algo así. A ver, ¿te has fijado en lo que suelen llevar las nenas en las convenciones de temática fantástica? No creo que esta cultura necesite un empujoncito para ser más picante.

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Otro punto: ¿dónde está la gente de color en El Señor de los Anillos?

Cierto, la fantasía es un género dominado por el hombre blanco, aunque es posible encontrar diversidad aquí y allá. Pero no creo que ese sea un problema exclusivo de la fantasía: un par de los autores tan cool que mencionaste —Kerouac y Salinger— tampoco trataron el tema de las etnias, y en principio ellos tienen menos excusas para no haberlo hecho.

Dijiste que los libros, las películas, las canciones y los programas de televisión en los que sale gente con orejas raras corriendo por las montañas y machacando cabezas son para gente que tiene problemas para comprender a otros seres humanos.

Ahí no iríamos mal encaminados, si no fuera porque es justo lo contrario. A menudo los amantes de la fantasía se sienten incomprendidos, en parte porque hay imbéciles uniformados que se creen con derecho a escribir sobre el género en calidad de expertos, pero sobre todo porque ven este mundo desde fuera. Si hay muchos lectores que gustan de evadirse a mundos fantásticos plagados de historias misteriosas, en los que la gente común se convierte en héroes, porque estos lectores han sido intimidados y relegados al ostracismo por sus iguales, ¿quién puede culparlos? Si no eres capaz de entender el impulso de sumergirte en un libro que te presenta un mundo alternativo, es lógico que veas la novela fantástica con desdén, pero espetar son unos freaks que no comprenden a la humanidad es más propio de la caricatura de un villano de dibujos animados de los 80s que de una persona real.

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Debo decir que ya no leo novela fantástica. Suelen ser libros muy largos, con personajes muy planos y, a veces, la narrativa es simplemente asquerosa (fans del género fantástico: sé que esto no es cierto para todo el género, pero no quiero dedicar más tiempo a encontrar las joyas literarias). Con la edad, he empezado a valorar otros aspectos de la novela de ficción que consumo, por lo que he dejado de interesarme por ponerme al día con Canción de hielo y fuego o por acabar La rueda del tiempo. Pero al menos entiendo que haya mucha gente que adora la fantasía e incluso busque refugio en estos libros, y puede llegar a cagarle que la gente les escupa un “Ah, ¿así que lees libros sobre orcos y esas cosas? Pfff”.

En cualquier caso, que estas personas se vayan a la mierda.

Con todo mi amor,

Harry

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