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El LSD dificulta que reconozcas el miedo en otras personas

Esto podría ayudar a tratar la depresión y la ansiedad.

Este artículo fue publicado originalmente en Motherboard, nuestra plataforma dedicada al mundo de la tecnología. 

En los últimos años ha habido un auge en las investigaciones sobre los efectos terapéuticos de varias sustancias psicodélicas, las cuales han resultado ser efectivas en el tratamiento de adicciones a sustancias, así como de la depresión y la ansiedad en pacientes con enfermedades terminales. Pero a pesar de este auge en la medicina psicodélica, no se ha publicado ninguna investigación sobre cómo el viaje de las drogas afecta las emociones en un nivel neurológico. Esto cambió hoy debido a una nueva investigación publicada en Translational Psychiatry, de Nature , la cual demuestra que los sujetos que toman LSD son menos capaces de procesar los estímulos causantes del miedo, un efecto que podría tener grandes implicaciones en el uso del psicodélico para tratar la depresión o la ansiedad.

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La investigación se llevó a cabo por dos instituciones médicas en Basel, Suiza—la cuna del LSD—en 20 sujetos sanos de entre 25 y 28 años, tres cuartos de los cuales habían fumado marihuana previamente, un tercio había usado MDMA, pero solo dos habían usado psicodélicos.

A cada sujeto de prueba se le proporcionó una dosis de 100 microgramos de LSD (una dosis bastante estándar para el usuario recreacional que produce "fuertes efectos psicodélicos ") y dos horas y media después, se les llevó a una máquina de IRM para observar lo que ocurría en sus cerebros. Para poder juzgar los efectos del LSD en el procesamiento de los estímulos del miedo, se les mostró 10 imágenes a los sujetos bajo el efecto con rostros de personas con expresiones neutrales o de miedo mientras estaban en la máquina de IRM.

Sorprendentemente, las personas en LSD no entraron en pánico cuando los metieron en una de estas cosas. Imagen: Wikimedia Commons.

De acuerdo con la investigación, cuando los sujetos bajo el efecto fueron expuestos a las imágenes donde las expresiones faciales mostraban miedo, hubo un bajo nivel de actividad en la amígdala cerebral—el área del cerebro que se cree que es responsable de procesar las emociones—comparada con los sujetos a los que se les había suministrado un placebo, quienes tenían niveles de actividad significativamente más altos en la misma área del cerebro. Además, los investigadores encontraron que la "desactivación de la amígdala cerebral por el LSD estaba asociado con su subjetivo efecto psicodélico agudo". En otras palabras, tener un viaje muy intenso altera tu habilidad de procesar las emociones.

Como pudieron notar los investigadores, era discutible que la respuesta reducida de los sujetos en LSD a las expresiones faciales de miedo se debe a la deficiencia visual causada por la sustancia. Sin embargo, en otro estudio donde se le dio a los sujetos una dosis mucho más alta de LSD (entre 100 y 200 microgramos), se encontró que este altera específicamente la habilidad para reconocer el miedo en las caras, pero no la neutralidad, molestia o tristeza.

Esta nueva evidencia de que el LSD modera la actividad de la amígdala del cerebro, sugiere que podría tener un uso significativamente terapéutico para los que sufren de depresión o ansiedad, dolencias mentales que se asocian con una actividad exagerada en esa área del cerebro que promueve los estímulos negativos.