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Música

“Fuck Trance”: Una historia de repugnancia y recuperación

La próxima semana marca el 15º festival anual de techno en el centro de Detroit.

Una camiseta original "Fuck Trance" de los primeros días de DEMF

La próxima semana marca el 15º festival anual de techno en el centro de Detroit. Aquellos que asistieron al primer DEMF por ahí del 2000, recuerdan ese fin de semana como un momento mágico cuando la próspera comunidad de música electrónica de la ciudad salió de los oscuros clubes y bodegas de los noventas hacia la luz del sol por primera vez.

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Pero aún en el espacio completamente abierto del Hart Plaza, había un sombrío underground presente. Pasando el camino de la entrada principal que desembocaba en el centro del espacio público a orillas del río, una atascada hilera de comercio temporal que consistía de puestos, en donde se vendían glow sticks y camisetas de techno, escondía mercancía secreta de contrabando. Bajo la mesa de uno de los puestos manejado por una boutique local de ropa se hallaba una caja de camisetas no aptas para escaparates. Los productos de vestimenta en cuestión tenían solo dos palabras escritas en el pecho: "Fuck Trance."

Impresas como una pintada de dedo a la escena mainstream de la electrónica de finales de los 90s que muchos puristas veían como la antítesis del sonido austero pero lleno de soul de Detroit, los organizadores del festival proclamaban que las camisetas eran inapropiadas para el evento (en ese entonces, gratuito) apto para toda la familia. Otros aguafiestas sin humor objetaron que la negatividad en un evento significaba una celebración positiva de la música.

La única manera de conseguir una camiseta "Fuck Trance" era conocer a alguien que pudiera conseguirte una. Como descubrir la dirección a una de las fiestas secretas underground que habían nutrido a la escena techno de Detroit desde hacía una década. Y si resultabas ser lo suficientemente popular como para comprar una, la vestías con orgullo.

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2014, y uno puede fácilmente imaginar el mismo sentimiento siendo dirigido hacia el EDM o el dubstep, los sonidos de hoy que han llegado a la sobresaturación en el mainstream. Sin embargo, el trance, en gran parte ha dejado de ser un problema dentro de la música dance contemporánea. Pero escucha atentamente, y podrás oir las vibras melódicas del género arrastrándose de vuelta a la moda. Ahora, no es la vieja generación de disc jockeys con cabello engelado trayendo de vuelta el sonido. Sino, una nueva generación de actos underground que generan ruido los que están redescubriendo el lado emotivo del house y techno—un estilo rico en exuberantes progresiones de cuerdas, sintes de pitidos de arpegio y extasiadas voces atmosféricas. Aún el épico breakdown, la personificación de los crímenes del trance en contra del techno y el house, ha regresado con sed de venganza.

"Tiene ese épico break, donde subes las manos e intentas agarrar los lasers," se ríe el manager de marketing de Beatport, Mike Chapman. "Pero ahora es el grupito popular el que lo está haciendo."

Un veterano de la escena raver de Denver durante los 90s, en donde desarrolló por primera vez un amor por la música dance melódica, Chapman dice que empezó a notar la reintroducción de las vibras de trance emotivo en su actual ciudad de Berlín hace varios años. Por supuesto, como un nexo mayor en la escena underground de la música dance, lo que ganaba popularidad en Berlín muy pronto empezó a pegar por todo el mundo.

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"Al salir en Berlín, especialmente en la escena Open Air, vas a escuchar más melodías que percusiones en loops," dice Chapman. "No creo que [el sonido] jamás se haya ido, para ser honesto. Ahora tenemos a algunos flautistas de Hamelín, a quienes la gente admira, tocándolo."

No hay que buscar más allá del line-up del festival Movement de este año en Detroit para confirmar lo que Chapman dice. Muchos de los proveedores más populares del nuevo sonido melódico, incluyendo Tale of Us, Daniel Avery y Dixon, se mezclan modestamente con reverenciados techno titanes como Carl Craig y Jeff Mills. A diferencia de hace 15 años, nadie acusaría al primero de ser menos auténtico que el segundo.

Esta división arbitraria en sonido tampoco es completamente nueva. Dos veteranos en la cartelera del Movement, John Digweed y Michael Mayer, han estado escarbando en el lado melódico del house y techno desde hace décadas. Debido a eso, ciertos creadores de tendencias del techno hablaban mal de Digweed a finales de los 90s por su renombrado estilo progresivo de house. Mayer, por otro lado, nunca ha perdido las credenciales puristas que consiguió como una de las cabezas para Kompakt Records de Colonia, Alemania. Quizás el género "pop ambient" (un término acuñado como el título del compilado anual de Kompakt, que ahora está en su 13ª edición), era simplemente más agradable para aquellos que juzgaban.

"La palabra trance ha recibido una mala reputación, dice Chapman. "Me siento raro hasta de llamarlo trance. Lo uso irónicamente. Es música house que simplemente está convirtiéndose en algo más."

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Ese cambio de hecho tardó mucho tiempo en llegar. Chapman traza la línea del actual sonido recuperado del trance a un track en particular, "Rej" del artista de Innervisions, Åme. Pero al igual que todo nuevo estilo musical, esa teórica zona cero provino de muchas influencias que existían desde antes.

"Cuando hicimos 'Rej' estábamos escuchando mucha música de Phillip Glass y Steve Reich, lo que nos inspiró a probar unos arpegios," explica Frank Wiedemann, una mitad de Åme. "La música de Isolée también tuvo impacto sobre nuestra música en esa época. Supongo que estábamos buscando algo que sonara 'minimalista', pero con armonías y melodías en lugar de solo pitidos."

"Tuve un debate con algunos amigos sobre el género dentro del cual pertenecía la canción," recuerda Chapman. "Podía ser trance, deep house o techno. Confundió a todos, lo cual está genial."

A Chapman aún le emociona escuchar más sonidos melódicos, emotivos, épicos y (ya digámoslo) trance-osos filtrándose en la música dance, aunque sigue prefiriendo un acercamiento limitado al sentimiento que inspiran estos sonidos de subir la manos en el aire, no vaya a ser que las predecibles rutinas que mataron al trance la primera vez regresen. "No quieres demasiado azúcar en tu plato."

"Las cosas van y vienen," dice, antes de predecir que, "próximamente será el disco house."

"Por ahora, la gente está feliz con solo escuchar esos sonidos y de tener algo emotivo que regresa," concluye. "Me siento realmente feliz de que la gente no le tenga miedo a las melodías dentro de la música dance."