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Música

Vimos, "EDEN", un paraíso a 24 frames por segundo dedicado a Daft Punk

No es lo que esperábamos, pero cumple.

EDEN es una de las películas más esperadas este año, por fin el 'French Touch' recibía el homenaje que tanto esperaba en cines. Este filme dramático semi biográfico, nos llevaría a un viaje a través de más de dos décadas sobre la escena underground que se desarrolló en París y que llegó a conquistar oídos de todo el mundo, todo de la delicada mano de Mia Hansen-Løve.

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Mis expectativas sobre el filme siempre fueron altas, una narrativa con inspiración en uno de mis dúos favoritos (Daft Punk) no me podía decepcionar. Al terminar de ver la película, acabé con un sabor agridulce. Mi cerebro no terminaba de procesar si me había encantado u odiado. Para que les pueda explicar mi sentir, los tengo que poner en contexto y tal vez es cuando quieran dejar de leer esta nota, trataré de no spoilear la película, pero no prometo mucho.

La historia trata de un DJ parisino, Paul, y sus esfuerzos para sobrevivir en la escena. Sobre este tema girará toda la trama, provocando que en ocasiones perdamos a la música como tema principal; esto último es lo que amo-odio de la película. Esperaba una trama centralizada en este tema, pero no lo es, lo cual amo, porque al final lo termina siendo. Tal vez los enunciados anteriores no tengan coherencia y te confundan, pero yo sigo igual. Lo amo porque en realidad la música es más que beats, fiestas y drogas; son todas esas batallas personales que no vemos detrás de cada canción. En pocas palabras el filme logra tocar las fibras más sensibles de lo que en realidad es este mundo de la música electrónica.

Daft Punk ya no toca en vivo pero quiere todo tu dinero

El filme cuenta con una narrativa fuerte y constante, cosa que pocas películas logran tener. No obstante en la narrativa visual llega a tener puntos débiles, visualmente es una delicia, pero en cuestiones de ritmo tiene una fragilidad preocupante. La película es sobre la música y uno de los elementos más importantes de esta es el ritmo, concepto que no es muy fuerte a lo largo del filme, ya que no mantiene una constante, esto no quiere decir que siempre tenga que ser rápida o siempre lenta, las buenas películas mezclan estas dos, pero EDEN tiene momentos en las que la caída es muy precipitada y larga, lo cual provoca desinterés en la audiencia y por resultado final logra que los espectadores se pierdan un poco en la historia.

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La construcción de personajes también es un elemento que no es tan fuerte como la trama, los personajes tenían todo para que tú y tu grupo de amigos se identificaran con ellos. Sin embargo, logran pasar desapercibidos a tal punto que la audiencia tuvo que estar preguntando a media película, "Y, ¿ese quién era?". Los personajes no sufren de una carencia de personalidad, pero son introducidos ante la audiencia de una forma tan banal que no causan un efecto en los espectadores. Esto se vuelve muy importante, ya que la intervención de personajes secundarios provoca cambios drásticos en el personaje principal y en el camino que tomará el filme, lo cual parte de la audiencia no logra captar el porqué de dichos cambios.

No todo nos deja un sabor amargo en la boca, la exquisita selección para el score y soundtrack, elevan a este proyecto sobre otros. No obstante se abusó un poco de este mismo, pero con fines comerciales. Se usó como un método de mercadotecnia del filme, puesto que al final hay ocasiones en las que dicha selección de canciones sobra en el contexto de la trama. En pocas palabras, usaron a Daft Punk para llamar la atención de la audiencia y no para más, pero nadie nos quita la increíble representación de la fiesta donde el dúo toca por primera vez, "Da Funk".

Nombres importantes de la época y escena son mencionados a lo largo del filme, escuchamos nombres desde Frankie Knuckles hasta Nile Rodgers. Lo cual es un reflejo de la extensa documentación que se hizo para el filme y la seriedad de rendirle un tributo a la música electrónica.

Al final nos prometieron un reflejo generacional y lo lograron. Nos prometieron una buena película y lo lograron, a ratos. EDEN es un filme ambicioso y melancólico, extenso en profundidad y lo suficientemente distante para reflejar la eterna lucha de vivir por lo que amas y amar por lo que vives. Y, ya sí, una película tan amarga como bella.

Moisés Coyoc está en Twitter.