Lo que el porno y las películas te cuentan mal del sexo lésbico

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Semana del Orgullo

Lo que el porno y las películas te cuentan mal del sexo lésbico

La representación de las lesbianas en la pornografía y los productos culturales es un problema que tiene consecuencias en la vida real.

Este artículo fue publicado por VICE México.

Todo el sexo que vemos entre mujeres en una pantalla es inexacto en el mejor de los casos, y ofensivo en el peor. La verdad es que el porno y las películas —en general— son malísimos para mostrar relaciones sexuales lésbicas realistas, ya queque son imágenes e historias creadas por hombres y comercializadas para el placer heterosexual masculino, y esta situación es perjudicial para nuestras ideas sobre la sexualidad y, por tanto, nuestras relaciones en la vida real.

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La mayoría del sexo lésbico que vemos en la televisión no tiene lesbianas y, en muchas ocasiones, carece simplemente de mujeres, porque utiliza abstracciones: excesos corporales, coreografías decorosas y poses elegantes, en lugar de personas y situaciones reales. Entonces el mito se convierte en la cultura mainstream: se legitima y se vuelve tangible.

La representación de las lesbianas en la pornografía y los productos culturales es un problema que tiene consecuencias en la vida real. Estoy harta de lo tergiversada y sobresexualizada que soy por los medios. Voy a tener que recordarte que tus fantasías son sólo fantasías, y que estas imágenes reflejan justamente eso, y no la realidad. Aquí te cuento con dibujitos las cosas que los productores de porno y películas convencionales no quieren que sepas sobre el sexo real entre lesbianas y mujeres que mantienen relaciones sexuales con otras mujeres.

  • Empecemos con que no todas las lesbianas encajamos en el ideal de “belleza” hegemónico femenino.

2. Cuando llegan a presentar otro tipo de cuerpos, se reducen a los estereotipos dualistas de lesbianas de los que estamos hartas: o somos ‘femmes’ o somos ‘butchs’, no hay de otra.

3. Luego, en el porno siempre queremos y estamos dispuestas a todo, porque para eso estamos las mujeres. En las películas casi nunca estamos seguras de qué queremos ni cómo lo queremos. Somos sólo seres confundidos que no ejercen su sexualidad de manera autónoma.

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4. Cuando tenemos sexo, es ampliamente reconocido que armamos coreografías predeterminadas con una estética sobresexualizada perfecta.

5. El sexo entre mujeres puede o no puede incluir penetración –de muy variadas formas– y no tiene nada que ver con querer un pene.

6. Y una cosa que no entiendo… Después de tanta revolcadera ¿cómo logran seguir tan limpias y perfectas?

7. Claro que podemos experimentar con nuevas posiciones y espacios, pero no resultan en estas escenas con tanta gracia y destreza.

8. Ah, claro, al final de todo, los hombres siempre terminan siendo nuestro verdadero objeto de deseo.