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Semana del Crimen

Esta es la semana del crimen en VICE en Español

Acompáñennos estos días vamos a estar entendiendo de qué manera la violencia atraviesa nuestro continente
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VICE Colombia

Aunque el miedo es una de las emociones más primarias de los seres humanos, en América Latina la mayoría aprendemos, desde muy pequeños, la manifestación de un miedo diferente en nosotros: temerle al crimen, como concepto abstracto que puede materializarse en cualquier momento.

Es un miedo que nos hace sentirnos constantemente inseguros en nuestros territorios. La angustia generada una vez adquirimos la conciencia de que ni nosotros, ni nuestros seres queridos, ni nuestras pertenencias, ni todo lo que más valoramos están a salvo en los países en los que nacimos, en las ciudades que atravesamos a diario, los transportes que tomamos para movilizarnos y los barrios que caminamos para llegar a nuestras casas. Es una angustia constante, eterna, que no se va. No se va así crucemos el charco y nos vayamos para otro continente. Este se vuelve parte de nosotros y de cómo concebimos el mundo: con miedo. Miedo generado por nuestra cultura criminal. Voltear a mirar en una calle cuando la noche empieza a apoderarse de ella.

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El crimen, y el miedo que causa, es, desafortunadamente, uno de los lenguajes transversales que atraviesa todo nuestro continente.

Según el último informe del think tank Igarapé Institute, Latinoamérica y el Caribe son una de las regiones más peligrosas del mundo. Hay muchos datos para demostrar esto. Por ejemplo: en 2017, 17 de los 20 países con mayor tasa de asesinatos en el mundo fueron latinoamericanos. El Salvador está a la cabeza con 60 asesinatos por cada 100.000 habitantes, seguido por Jamaica con 56, Venezuela con 53,7 y Honduras, con 42,8 por cada 100.000 habitantes. Estas cifras hacen que nuestro continente tenga la tasa mundial más alta de homicidios, 21,5, comparado con la media global de 7 asesinatos por cada 100.000 habitantes.

Desde el año 2000, más de 2,5 millones de latinoamericanos han sido asesinados.

Los asesinatos, los robos, los secuestros, las violaciones, la corrupción, el narcotráfico y demás crímenes son una constante en los noticieros de todo Latinoamérica, y parte de la rutina para muchos de nosotros: somos víctimas, perpetradores, agentes silenciosos. El mismo informe indica que, en 2016, 36% de los latinos aseguramos haber sido víctima de algún tipo de crimen.

El dolor causado por las pérdidas de estos crímenes también se ha convertido en una aflicción a la que nos hemos acostumbrado, y que hace parte del paisaje idiosincrático latinoamericano. Pérdidas no solo humanas, sino materiales, que nos siguen costando a todos. Según el Banco Interamericano de Desarrollo, la lucha contra el crimen en Latinoamérica le cuesta a cada habitante de la región un promedio de 300 dólares. Esto hace que, en total, nuestros crímenes nos cuesten cerca de 261.000 millones de dólares, un 3,55% del PIB producido en todo el territorio. Este sería el gasto dedicado a combatir el crimen más alto del mundo.

Según Insight Crime existen muchas razones por las cuales somos uno de los territorios más criminales del mundo. El crimen organizado del narcotráfico, la militarización constante, el abuso policial y el uso de más violencia como única respuesta por parte del Estado, la pérdida de confianza en estos entes por parte de la población latina, los civiles que quieren hacer justicia a mano propia, la desigualdad socioeconómica y su falta de oportunidades laborales y de educación, la reproducción generacional de la violencia y los crímenes, incluso el crecimiento acelerado de nuestras ciudades, el déficit penitenciario y nuestra capacidad de producción y tráfico de drogas son algunas de las razones. Todo se junta a lo largo y ancho de nuestro continente como un caldo de cultivo fatal para el crimen en todas sus formas.

Esta semana en VICE en Español nos dedicaremos a explorar el crimen latinoamericano en todas sus formas. Desde las razones que tuvo alguien para cometer un asesinato a sangre fría, hasta la población que, cansada de la ineficiencia de las instituciones estatales, han decidido tomarse la justicia por mano propia, pasando por los crímenes de odio contra mujeres y comunidad LGBTI en la región y los crímenes digitales, que cada vez toman más fuerza.

Para este especial no solo indagamos por las formas que tomaba el crimen, sino que nos preguntamos por todo lo que existe detrás de este como concepto, y su relación directa con nuestro territorio: salud mental, sexo, crimen y castigo, población indígena, cultura, género, clase, raza, política… Todo para que ustedes, junto a nosotros, comprendamos juntos durante esta semana esa sombra inherente a nuestro nuestro croquis y que, querámoslo o no, responde a muchas preguntas sobre lo que significa ser latinoamericano.