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Música

TM404: confianza en las máquinas y el accidente

Tiene como 30 alias y ha colaborado en como 976 proyectos. Ahora Richie Hawtin lo ha invitado a participar en uno de los mejores festivales del mundo.

Cualquier biografía del sueco Andreas Tilliander hace énfasis en su carácter multifacético y en sus habilidades heterodoxas como productor. Cada uno de sus alias (Acid Lindgren, Komp, Lowfour, Mokira, Mokirac, Rechord, Repeatle, Sheet Fig…) o de sus proyectos colaborativos (Bulgur Brothers, Cantique, Fegis, The, Kondens, Minimalistic Sweden, Skitus, Violet Rechord) han sido exploraciones dramáticamente diversas de múltiples géneros. Desde principios de los 90 se le ve fascinado --y fascinándonos-- por la disección de la anomalía tecnológica de la mano del ritmo. De hecho, quien se proponga emprender una revisión del glitch que sonorizaba el arribo de este siglo deberá incluir discos de su autoría que mostraron las posibilidades melódicas del error y la flexibilidad creativa del techno, como "Cliphop", firmado como Mokira, o "Ljud", "Elit" o "World Industries", las tres primeras producciones que firmara con su nombre de pila.En todos ellos puede percibirse su dominio de las máquinas y su entrega absoluta a los sonidos sintéticos, rendición que se materializa en cada nuevo proyecto suyo, para regocijo de nuestros oídos y nuestra mente.

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Porque si otro rasgo ha caracterizado su tejido de patrones sonoros asimétricos ha sido el elemento psicodélico y la inmersión en el subconsciente. En su personificación más reciente, que comenzó como una broma entre amigos una tarde de jugueteo con cajas de ritmos (quería demostrar que podían usarse varias 303 en un mismo track) y que bautizó como TM404 en alusión al modelo que faltó en la colección de cajas Roland por la supuesta superstición japonesa sobre el número cuatro (SH-101, MC-202, TB-303, TR-606, TR-707, TR-808 y TR-909 sí existieron, y cambiaron la historia de la música), el elemento psicodélico de por sí presente en las librerías de ruidillos que contribuyeron a construir el canon del acid house y el techno, Tilliander ha conseguido potenciarlo con desaceleración en las velocidades, su abierta oposición a caer en clichés bailables ("es acid somnoliento" o "es techno de Detroit, pero sin el techno") y una confianza absoluta en que a las mejores secuencias rítmicas alcanzadas por esas máquinas se llega por accidente.

Por ello, para el disco que publicó el año pasado, decidió incluir fragmentos de sesiones a las que llegaba luego de horas de dejar correr secuencias y mover perillas con precisión de relojero. Ahí quedaron grabados también los zumbidos de estática que provocaban algunos cables al rozarse, aderezando esas sesiones de dub techno, añadiendo nuevas manchitas al tapiz sonoro que de por sí ya nos mantenía abstraídos, hipnotizados, como mantuvo a la audiencia en el Berghain cuando estrenó esta nueva faceta y como seguramente hará con quienes se den cita el próximo 29 de mayo en la sala Métropolis de Montreal, como parte de la noche ENTER. preparada por Richie Hawtin para EM15, la edición quinceañera de Mutek y Elektra. Completarán la noche Hawtin y Marc Houle en el escenario principal, mientras en la salita Savoy tres productores estarán hilvanando patrones minimalistas y más dub techno: Atheus, Mathew Hawtin y WNDFRM. @peach_melba