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Música

Egyptrixx: psicodelia para entornos digitales

De los proyectos más interesantes del panorama electrónico actual, que además va a tocar en la Ciudad de México el próximo sábado.

Se cuenta que un EP de Egyptrixx, The Only Way Up, contribuyó a trazar las líneas que seguiría Night Slugs. El dato es importante porque se trata de un sello que, a menos de un lustro de haber nacido, puede presumir de un catálogo maravilloso en el que figuran varios responsables de las mutaciones más recientes de la dance music, entre ellos sus propios fundadores: Bok Bok y L-Vis 1990.

El EP en cuestión fue nada menos que la segunda referencia de Night Slugs, y hoy todavía conserva el aroma emocionante de lo nuevo y el espíritu de lo que atreve a salirse de las fronteras. En él se incluyen solo dos tracks (más varios remixes de Ikonika, Kingdom y Cubic Zirconia), y podría asegurar que podríamos poner un sampler en las manos de Egyptrixx exclusivamente con los ingredientes defragmentados de esos dos temas y podría tenernos una hora bailando sin aburrirnos.

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Así que mi imaginación babea nomás de pensar lo que puede ser capaz de hacer con las máquinas ahora que en su paleta se han acumulado dos álbumes en los que están presentes los guiños a esos videojuegos a los que rinde tributo Night Slugs en muchas --¿todas?-- de sus portadas, y que más allá de ser un simple capricho de Bok Bok, se trata de una de las consignas más escandalosas de su manifiesto. Y digo guiños, porque un chapuzón en Bible Eyes sí nos hacía sentir en franca excursión por ecosistemas sintéticos, futuristas, donde no iba a ser raro toparse con raros ejemplares de fauna futurista, pero nunca íbamos a ver aparecer --o a imaginarlos-- fontaneros, naves o gorilas pixeleados. Ver aparecer personajes semejantes en esos parajes psicodélicos de naturaleza maquinal habría interrumpido nuestro delirio ahí dentro, en el universo Egyptrixx (justo como nos pasó cuando bailábamos con él hace dos años, ahí en el Blackberry, con la certeza de estar atestiguando uno de los mejores sets del Mutek de ese año, y sus aparatos se negaron a continuar).

Para su nuevo álbum, A/B Til Infinity, del que supongo que escucharemos algunos pedazos el próximo sábado en su dj set para la segunda sesión de Jam, ahí en Dr. Vértiz 86, los ambientes se han puesto todavía menos fantasiosos, más cercanos a la penumbra y la intensidad drone del mixtape que hiciera hace un par de meses para la revista i-D que de aquel entorno artificial; más próximo a la banda sonora de una película que sucede en callejones oscuros de internet que a un inocuo videojuego para aislarse del mundo. De hecho, me emociona la idea de ver en esa escultura digital creada por Andreas Nicolas Fischer para la portada de A/B Til Infinity un símbolo de sus nuevas intenciones: tal vez su vieja concepción de la música construida con los sonidos digitales está hecha bolita adentro de ese mamotreto mercurial al que ahora se aproxima desde la distancia y el espíritu calculador y esteticista del fotógrafo en su estudio, con la certeza de que obtendrá la mejor imagen de los nuevos territorios por los que decidido encaminarse. Siguen siendo digitales sus parajes, pero ahora llenos de los peligros que tendría, por ejemplo, asomarse a un volcán activo. Y por si fuera poco, se baila.

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Esperemos que el sábado, antes o después de su set, tenga un tiempito para respondernos un par de preguntas, que mucha curiosidad tenemos sobre, por ejemplo, cómo se ve en primera persona la mutación que percibimos en sus intereses como productor, qué se ha propuesto explorar en su proyecto Hiawatha o si está de acuerdo con esas reseñas que se refieren a su nuevo disco como inmersivo y sinestésico.

Si eso sucede, ya les contaremos.

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@peach_melba