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¿Funcionan todavía los programas de los que nos bajábamos música hace años?

Como esta semana me sentía especialmente nostálgico, decidí intentar bajarme "The Sound of Silence" de Simon and Garfunkel de todas las páginas y programas piratas de antaño para ver si alguna se había recuperado en mi ausencia.

Todo empezó con Lars Ulrich. Antes de que Ulrich interpusiera y ganara una demanda contra Napster en el año 2000, descargar música ilegalmente ni siquiera era ilegal. En realidad, nadie sabía ni qué era eso.

Después del caso, cientos de músicos, discográficas y países perjudicados trataron de evitar que usuarios como yo descargaran la discografía de Limp Bizkit de forma gratuita. Justo ayer, Isohunt, una página pirata que en realidad no almacenaba ningún archivo MP3 pero tenía un directorio de páginas en las que podías bajar música, tuvo que pagar cerca de 50 millones de dólares a un grupo de empresas llamado "Music Canada".

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El gobierno británico planea imponer que la sentencia máxima por piratería sea de hasta 10 años por los delitos más graves, según la Oficina de Propiedad Intelectual de Reino Unido. En España, la ley es mucho más laxa y por el momento no se persigue a las personas que efectúan descargas ilegales, sino a las páginas que las suministran.

Por supuesto, cuando Napster salió, tiendas como Mixup y Tower Records cobraban hasta 15 euros por un disco y más por una película o un box set. La industria del entretenimiento generalmente trataba al público con desprecio y la gente se sentía estafada. Por eso había cierta satisfacción en el hecho de descargar terabytes de canciones gratis.

Por establecer una comparación actual, imagina que alguien construye una línea de metro justo al lado de la que ya conocemos y da el servicio de forma gratuita y el gobierno sale a decir "Sí, sabemos que el metro gratis existe pero lo correcto es que nos apoyes".

Con el tiempo, la industria de la música se dio cuenta de que no iba a detener a la gente con sermones y creó una forma más barata de bajar música legalmente y los servicios de streaming. Al mismo tiempo, se dedicó a cerrar todas las páginas que casi destruyen el negocio.

La táctica funcionó a la perfección y hoy en día, igual que todos vosotros, estoy más que feliz de lidiar con los enormes catálogos de YouTube y Spotify en vez de correr el riesgo de que mi ordenador se llene de virus. Sin embargo, me pregunto qué fue de esas antiguas páginas piratas, si siguen existiendo en algún cementerio de internet o si todas fueron eliminadas.

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Así que, como esta semana me sentía especialmente nostálgico, decidí intentar bajarme "The Sound of Silence" de Simon and Garfunkel de todas las páginas y programas piratas de antaño para ver si alguna se había recuperado en mi ausencia.

Antes que nada, los que empezaron todo, Napster.

Esto es lo que aparece cuando entras en la página de Napster hoy en día: un sitio de streaming de música con una apariencia genérica similar a la de Apple Music o Spotify. Al parecer, tras años de demandas de alto perfil, Napster decidió cerrar su versión original pirata.

La empresa estadounidense Best Buy lo compró, se fusionó con Rhaposody y ahora es un servicio de streaming de pago (es decir, se han bajado los pantalones ante el sistema). Por lo visto, ahí no iba a conseguir bajarme gratis mi balada de folk clásico.

Después probé con Pirate Bay, pero cuando intenté acceder a la página, me salió una lista de otras páginas.

Quise entrar en la que tenía el nombre más sexy de todos, "fastpiratebay.co.uk", y en la que sonaba más oficial, "thepiratebay.uk.net", pero siempre recibía el mensaje "Esta página web no está disponible". Resulta que el sitio sueco, tras numerosas redadas a sus oficinas, demandas y arrestos, fue bloqueada en varios países y está prohibido mencionarla en redes sociales como Facebook.

Podría simplemente usar TOR o cualquier otro buscador de la deepweb para esquivar este obstáculo pero, joder, no soy Jonny Lee Miller en Hackers, piratas informáticos. Solo necesito un poco de ungüento Garfunkel para apaciguar mi atormentada mente. Así que decidí probar la siguiente opción.

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Durante mi adolescencia, el chico malo más popular en el juego de las descargas de música siempre fue Limewire. Claro, tenía cientos de virus y era horriblemente lento pero siempre había sido muy fácil de usar. Por eso fue una tragedia espantosa cuando quise entrar a www.limewire.com solo para encontrarme otra vez con la frase "esta página web no está disponible". Busqué opciones descargables y casi me dejo llevar por la de abajo pero me acorde de todos los virus que jodieron mi ordenador en ese entonces y decidí hacer una pausa.

Tras una breve investigación, descubrí que Limewire cerró en 2010 por más demandas y trampas legales, y que no había versiones disponibles que funcionaran. Varias wikis explicaban que las versiones antiguas no solo no funcionaban sino que tenían muchos virus troyanos y lo último que quería era arriesgarme y no poder terminar de escribir este artículo.

Entonces, decidí probar con Kazaa, la alternativa con todavía más virus que Limewire.

Oh, mierda.

Finalmente, decidí probar con Soulseek, el viejo y fiable Soulseek. Esta era la opción más fea y difícil de usar entre todas las grandes redes P2P. Era la página para descargar música que usaba tu hermano mayor. Tal vez por eso la gente no se tomó la molestia de borrarla. Efectivamente, sigue funcionando.

El programa se puede descargar de forma gratuita. Después de abrir el archivo, mi antivirus se volvió loco, pero no estaba dispuesto a rendirme ahora que estaba tan cerca del dulce sonido de S&G. Así que procedí a buscar la influyente canción de 1964 y no quedé decepcionado. De hecho, encontré muchas versiones.

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Y no funcionaba igual que antes. No era necesario esperar para la descarga. Mira lo que pasó 30 segundos después:

¡Sí! Por fin, después de tres horas de rechazos por parte de las páginas piratas de antaño, el dulce y tierno abrazo de Soulseek me dio la bienvenida. Por fin tuve la libertad de disfrutar el dulce y desgarrador sonido de "Sound of Silence" a mi antojo, igual que con Limp Bizkit hace muchos años.

¿Qué hemos aprendido? En primer lugar, que debo una disculpa a Simon y a Garfunkel. Ya he borrado la canción de mi ordenador y ahora la estoy escuchando de forma gratuita en YouTube, por lo que estoy seguro de que recibirán 0,0003 centavos de dólar. En segundo lugar, que la industria de la música ha logrado que las descargas ilegales sean tan difíciles y que los servicios de streaming sean tan fáciles que ya ni siquiera necesita cerrar las páginas que todavía funcionan porque nadie quiere desperdiciar tres horas yendo de página en página para ver cuál funciona. Y en tercer lugar, que esta canción sigue siendo la mejor:

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