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mes que un club

Que se joda España... ¡Nos vamos a la Premier!

¿A dónde va el Barcelona con la lucha independentista de Catalunya?
Foto: Alex Caparros

"El Barça es el ejército simbólico y desarmado de Catalunya", Manuel Vázquez Montalbán

Con la cantidad de títulos que ha ganado el Barcelona en los últimos años, es común escuchar la frase: "Visca el Barça" por todo el mundo. Sobre todo por los villamelones que muchas veces no saben qué significa. ¿Qué quiere decir? Viva el Barça. Es simple. La expresión está en catalán, idioma oficial de Catalunya, país del cual es capital Barcelona, ¿qué? ¿Cómo? Si Barcelona está en España, ¿no? Calma, calma, para allá vamos.

"Uno no puede negar lo que siente, lo que uno ama. Y yo me siento muy legado a mi país, a Catalunya. Un país que hace 800 años tiene su propia lengua", son las palabras de Josep Guardiola. Cuestionado por qué jugaba con la Roja si se sentía más catalán que español llego a responder: "Las leyes decían que tenía que jugar con la Selección Española. Que la Selección Catalana no estaba legitimada para jugar competiciones europeas o internacionales y que si el seleccionador me convocaba, yo, jugador de la liga española, tenía que asistir. Y yo encantado de hacerlo, pero no puedo negar lo que siento, soy catalán y estoy muy orgulloso de ello". El sentir de Pep es parecido al de muchos catalanes.

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Pues ahí les va. Resulta que hace más de 300 años, se desató la guerra de sucesión por el trono tras la muerte de Carlos II de España, último representante de la casa de Habsburgo. Una guerra que duró casi quince años y que dio como vencedora a la Monarquía Borbónica, partidaria del modelo centralista francés, con Felipe V a la cabeza. ¿Qué quiere decir esto? Que había una guerra entre media Europa, contra la otra media. Ojo que no era España contra Catalunya. La razón de ésta eran dos modelos diferentes de gobierno: el centralista, de la Monarquía española, y el federalista de los Austracistas o partidarios del archiduque Carlos de Austria. En pleno siglo XVIII, Catalunya ya tenía instituciones de gobierno, optaba por un modelo parlamentario; mientras los Borbones querían un rey, y nada de parlamento. Fue hasta 1714 cuando los borbónicos apoyados por la Corona de Castilla se unieron para "masacrar Barcelona", como cuenta Javier Q., locutor de radio en L'Hospitalet, Catalunya, a Vice Sports. El pueblo catalán quedó sometido a la Monarquía Borbónica.

Foto: Thomas Peter / Reuters

Se vivió más o menos en paz, entre el pueblo catalán y el español, durante muchos años, hasta la llegada al poder de Miguel Primo de Rivera, quien en una muestra de poder mandó a cerrar el campo del Barcelona por pitidos al himno de España. Pues resulta que el 14 de junio de 1925 se jugó un partido amistoso entre el Barça y el CD Júpiter en Les Corts, sede del equipo blaugrana, en homenaje a Orfeó Catalá. En el entretiempo, la banda de la marina inglesa entonó el himno británico, "God Save the Queen", aplaudido por los 14 mil espectadores que se dieron cita al cotejo; para después interpretar la Marcha Real, himno español, que fue pitado de principio a fin. El acto desató la furia de Joaquín Milans del Bosch, gobernador civil de Barcelona, quien informó al dictador Miguel Primo de Rivera sobre lo acontecido. El presidente decidió cerrar Les Corts por seis meses por "desafecto al patriotismo", aunque una apelación de Joan Gamper redujo el castigo a la mitad. El gobierno de Primo de Rivera fue duro con Catalunya, como lo reconocen diversos historiadores, entre ellos Julián Casanova.

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Con Franco en el poder, las cosas no cambiaron mucho, e incluso prohibió el catalán. Olvídense del "Visca el Barça" ¡válgame! Incluso el Generalísimo pasó por las armas a Josep Sunyol i Garriga, presidente del Barça y diputado del partido Esquerra Republicano, en 1936. Año en que estalló la Guerra Civil, duraría hasta 1939. Exilió a muchos jugadores a nuestro continente, entre ellos a toda la selección vasca. Aunque pocos saben que tras los constantes enfrentamientos de las tropas franquistas en la capital de España, el Real Madrid, por entonces Madrid Club de Futbol, sin el Real que después le otorgó Franco, pidió jugar en la Liga Catalana, donde el sindicato de jugadores de Barcelona le abrió las puertas, sólo el Barça se negó, según cuenta Ezequiel Fernández.

Los primeros años de Franco fueron malos, en lo futbolístico, para el Madrid: cero títulos; mientras el Barça ganaba cinco ligas. Todo cambió en 1953, cuando Alfredo Di Stéfano fichó por los merengues, pese a disputar un encuentro amistoso con el Barça, con quien se planteó la posibilidad de jugar. Lo cierto es que hubo muchas presiones para que los directivos culés desistieran de fichar al delantero, así como una serie de negociaciones entre el Madrid y el entonces jugador de Millonarios. Con la Saeta Rubia la historia fue otra: en 11 años, ganó ocho títulos de Liga, cinco Copas de Europa, una Copa de España y una Copa Intercontinental.

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Foto: FC Barcelona

Hasta ahí había más o menos cordialidad pese a que ganar una Liga para el Barça era extrañamente complicado. El Generalísimo apoyó la construcción del Camp Nou, eso sí, con el nombre castellanizado, con un presupuesto inicial de 125 millones de pesetas, de la época, pero que al final se elevó hasta 228 millones más 15 millones de gastos financieros. Esto debido a diversos desvíos de dinero en favor de la burguesía catalana, todos ellos simpatizantes del franquismo, gastos que no fueron justificados. El Barça estaba quebrado, y dicha situación económica desembocaría en la venta de Luis Suárez al Inter de Milan, pues no podía mantener su plantilla, donde posteriormente ganaría el Balón de Oro.

El estadio se convirtió en el consultorio de los catalanes, podían ir a desahogarse, hablaban de política y lo hacían en catalán. Fue en 1968 cuando el entonces presidente Narcís de Carreras soltó una frase para la eternidad en un discurso cualquiera: "El Barça es más que un club", misma que sirvió para que Agustí Montal Costa llegara a la presidencia posteriormente. Sí, era más que un club, pero menos que un equipo. Eran años de madridismo, y el mismo se burlaba del presidente blaugrana.

En aquellos años, se decía que el arbitraje le echaban una mano al Madrid. Existe una anécdota de Guruceta que pasó a la historia: se jugaba un Clásico en el Camp Nou cuando el árbitro Emilio Carlos Guruceta Muro marcó un penal a favor del Madrid, en una falta que había ocurrido como un metro fuera del área. La acción desató la furia catalana, provocando el lanzamiento masivo de almohadillas al campo y la suspensión del mismo. Agudizando el enfrentamiento Madrid-Barcelona, que para los catalanes también es un España-Catalunya.

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Aunque también hay que decirlo, para el madridismo, el Barça recibió una mano en aquella. Copa que ganó en 1968, no sólo por cómo derrotó al Burgos en la semifinal donde le anularon un gol a Enrique Collar por fuera de lugar y un penal dudoso a favor de equipo culé. Dicho partido lo pitó Antonio Rigo, quien también pitó la final contra el Madrid en el Bernabéu, donde un autogol le dio el título al Barça. Dicho encuentro estuvo marcado por a furia merengue, que exigió dos penaltis no pitados, que lanzó todo tipo de botellas al campo desde las gradas, pese a la presencia de Franco, quien se limitó a ver el penoso espectáculo desde el palco de honor. El partido pasó a la historia por este hecho y es conocido como: "la final de las Botellas".

Foto: FC Barcelona

El enfrentamiento tiene 300 años, pero hasta ahora la independencia de Catalunya es una realidad.: "Estamos cerca del 50% de votos para ganar la independencia. Si sólo votaran los universitarios ganaríamos con un 60%. Por suerte en las calles no hay confrontación violente o fractura social por las elecciones. Es muy civilizado todo, menos el gobierno de España, parecen del siglo XIX", comenta para Vice Sports Xavier Solé Gasset, maestro en Alta Función Directiva y miembro del gobierno en Lleida, Catalunya.

Mientras en Madrid se dice que Catalunya sin España no podría subsistir: "no habría como pagar las pensiones y en general la seguridad social", nos platica Paloma Díez. Mientras Xavier replica: "El dinero lo aporta Catalunya a España, y no al revés. Pagamos más a la Unión Europea que lo que recibimos en ayuda, porque somos más ricos que la media europea".

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Y Solé continúa: "Con España es imposible negociar, tendrá que actuar la Unión Europea. Europa y Estados Unidos saben que si no hay acuerdo entre ambas partes, España no puede pagar su deuda ni los salarios de los funcionarios. Los catalanes queremos pactar, pero en igualdad de condiciones".

Javier Q. es más mesurado: "Bueno, son muchas cosas. Familias que vienen de generaciones que lucharon contra el franquismo. Gente que es catalana y se siente española por igual; y también quien no, pero no tiene nada contra el resto de España y sólo quiere vivir en su propio Estado".

En cuestión de futbol, las tensiones no son menores. Javier Tebas, presidente de La Liga avisa: "si se rompe España, se rompe La Liga. El Barça y el Espanyol no podrían jugar en el futbol español porque lo prohíbe la Ley del Deporte", comentó, tanto en redes sociales como preguntado por el diario ABC de España.

Foto: LFP

Aquí hay una contradicción, pues hay que recordar que diversos equipos de Andorra, un país vecino, juegan en ligas españolas, tanto en las menores del futbol como el equipo de basquetbol Moraban Andorra que disputa la Liga ACB, máximo circuito de España. Daniel Riobóo hace un repaso de los diferentes equipos que participan en ligas de otros países, como el Monaco, Toronto FC, Wellington Phoenix e incluso los países que compiten en otras confederaciones como Australia, por ejemplo.

Las cosas se ponen serias y Xavier, declarado proindependentista, no se asusta, sino todo lo contrario. Pero ¿qué pasaría con el Barcelona? Algo que todos los futboleros del mundo nos preguntamos en los últimos días; "si no hay acuerdo, pues el Barça va a jugar a la Premier League o a la Liga Francesa".

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"Hay mucho interés en el que el Clásico no se rompa. Al aficionado culé fuera de Catalunya le da igual el tema político. Pero al independentista catalán le da igual si se llega a romper el futbol, porque la prioridad es su país, su futuro", dice Javier Q. "Si gana Junts Pel Sí -continúa- se inicia el proceso de Independencia. Que es lo más probable siempre y cuando no se manipulen los resultados. España pondrá trabas".

El sentir en Madrid es diferente, piden por la unidad: "No estoy de acuerdo, para nada, en la independencia de Catalunya. Me parece algo fuera de lugar y egoísta, creo que tienen más qué perder de lo que podrían ganar. No son autosuficientes y la Unión Europea no los aceptará", cierra Paloma.

Dos pueblos hermanos que tienen mucho en común, pero que necesitan su espacio. "Estoy convencido que todos los españoles que somos de izquierda, les vamos a desear muy buena suerte. Soy nacionalista español, me gusta España como está. Bueno, más o menos. Estoy convencido de que las naciones que la componen, la catalana, la vasca y todo lo que Dios diga que es nación, tiene que estar voluntariamente. Porque no es una nación, un grupo de gente que obliga a otra a aceptarla como suya cuando no lo es. Porque la nación no es un concepto sino un sentimiento, y no hay manera de obligar a la gente a tener un sentimiento distinto del que tiene", platica Ramón Cotarelo para el canal 33 de Madrid.

Foto: AOP Press

"Los catalanes tienen derecho a decidir lo que quieren ser en el futuro. Igual que los vascos, y el resto de las naciones españolas. Si la historia es que los catalanes se vayan, pues que se vayan y nada de tomar venganza después diciendo 'pues los vamos a vetar cuando quieran entrar'. Pues yo no. Yo admitiré a Catalunya libre en la Europa unida", concluye.

Las opiniones están divididas y el futuro de ambos pueblos es incierto. Los independentistas ganaron en las urnas, este domingo, y la independencia podría comenzar su proceso. Junts Pel Sí, apoyado por Pep Guardiola, se llevó las elecciones de calle y obtuvo 62 escaños, aunque el objetivo eran 68 para tener la mayoría absoluta. Se gana en las urnas, pero no sale victorioso en el plebiscito, suman 47% de votos, y Artur Mas no podrá ser investido como presidente de Catalunya. Salvo que el partido radical Candidatura d'Unitat Popular (CUP), con 10 escaños, lo apoye en dicho proceso. Hasta el momento de escribir estas líneas ha decido no hacerlo tras no haber logrado el objetivo del 50% de votos a favor de la independencia.

Como sea, tendrá que existir una convivencia pacífica, más o menos en armonía. Son vecinos y no lo pueden evitar, además de compartir muchas cosas en común, entre ellas la pasión por el futbol.

"Los catalanes saben que no todo será bonito con la independencia. Pero es más una cuestión de orgullo y de respeto, que no antiespañol o económico", cierra Xavier Solé.