Dos globos negros, uno lleno de helio y el otro con sulfuro de hexafluoruro, conectados por cuerdas. Los gases causan que el globo con helio flote mientras el del sulfuro se mantiene abajo, creando una estructura paralela vertical: así es la instalación de Tadao Cern, Black Balloons. Cuando Tadao se dio cuenta de la forma en que esto funcionaba, comenzó a jugar con dimensiones y efectos, combinando cientos de globos en un experimento espacial. Usar globos, algo muy asociado con la infancia, evoca un sentido de descubrimiento y exploración que es esencial en su filosofía de trabajo.
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Quizás lo más destacable de la instalación es su efimeridad. Los globos viven poco, pero la pieza es infinita. La interacción es fundamental, independientemente de si los espectadores llegan tarde, los factores externos como temperatura y tacto, también afectan esta creación.
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