Once festivales del mundo que nos sorprendieron en este 2015

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Música

Once festivales del mundo que nos sorprendieron en este 2015

Desde California hasta Australia, estos festivales marcaron la diferencia con propuestas alternativas.

Probablemente en un futuro lejano, cuando nuestros amos extraterrestres revisen nuestros libros de historia para saber cómo era la humanidad en los primeros años del milenio, se salten el pedazo del calentamiento global, la amenaza internacional de terrorismo, y los sistemas financieros en crisis por el miedo a deprimirse. Lo que sí verán será una de las pocas buenas cosas con las que los humanos ocupan su tiempo ahora: festivales de música.

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Vamos a muchos festivales. Incluso nos podemos considerar expertos en pararnos en un campo mientras música dance suena a todo volumen. Desde los transformadores en la costa oeste hasta las encantadoras fiestas de jardines en el Reino Unido, festivales boutique experimentales y rages underground en Sur América les presentamos, sin ningún orden en particular, los once festivales que cambiaron el panorama en el 2015 de acuerdo con nuestros colaboradores alrededor del mundo.

1. Decibel Festival, Seattle, Washington

El desafiante e independiente festival Decibel de Seattle ha estado liderando el movimiento de boutique desde antes de que hubiera un movimiento boutique. Durante la última década el evento, que dura una semana, ha dejado una marca indeleble en el techno del noroccidente del pacífico y del resto del estado en general, tallando una identidad que forja el ethos de una comunidad tanto como a la música electrónica progresiva y experimental.

Liderado por el ejército de voluntarios de Sean Horton, Decibel marca tendencia entendiendo que lo más grande no siempre es lo mejor, y que presentaciones íntimas de Nicolas Jaar, Daniel Avery, Marcel Dettman, y actos en vivo de ESKMO y Tim Hecker fueron destacados durante la temporada de festivales más ocupada de todos los tiempos. En medio de rumores de que Decibel se movería un poco al sur, a Los Ángeles, es un momento apropiado para canonizar a Decibel como el festival que cambió las reglas del juego, no solo este año sino para siempre.—Jemayel Khawaja, Editor-at-Large, THUMP

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2. Desert Hearts, Reserva india Los Coyotes, California

Foto por Jamie Rosenberg

Establecido en contra del repleto mercado californiano de "festivales transformadores"—por ejemplo, campamentos con escenarios íntimos, indumentaria cósmica que se consigue en una tienda de segunda mano, independencia radical y sesiones de baile al amanecer— el fin de semana de noviembre organizado por el crew de San Diego no falló en ningún beat, ni ninguna una línea de bajo hipnótica

En la fría, más escabrosa edición otoñal de la maratón bi-anual de 100 horas de house y techno, el fin de semana contó con un escenario, una pista de baile con una excelente acústica, y por lo menos un millón de momentos de buena vibra.

Incluso con sets profesionales de artistas como Claude Von Stroke, Marc Houle y Doc Martin desplegados detrás de una bola de espejos con forma de corazón, el enfoque del festival fue hacer más visible la expresión sin esfuerzo o la excentricidad vertiginosa de los hermosos hippies que se hicieron la fiesta, y dejaron que la música fuera, a ratos, un potenciador para el buen ambiente. ¿Te parece un poco intrépido un viaje a la playa? Ve a Los Coyotes este año y se te va olvidar que Black Rock City existe. —David Garber, Editor, THUMP

3. Symbiosis Gathering, Reserva Woodward, California

Es difícil catalogar el Symbiosis Gathering del norte de California como un festival. Como el Burning Man, su modelo a seguir que ha estado moldeando la cultura de los festivales alternativos en la costa oeste durante años, Symbiosis es un proyecto social y artístico que cuenta con bookings sobresalientes. Nicolas Jaar, Four Tet, Justin Martin, Damian Lazarus, GRiZ, Tipper, y un enorme escenario de psytrance que sonó toda la noche y le hizo guiños al pasado y al futuro de una escena que está evolucionando velozmente desde sus raíces Humboldt-bass hacia el centro de la vibrante escena underground del house y techno en California.

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También hubo un lago "dank-ass" (lleno de barquitos) que rodeaba la península que formaba el terreno del festival, y que se transformó en un enorme baño nudista y de ambiente familiar. La energía era lánguido y abundante, la producción folclórica y extraña y el resultado fue una de las experiencias de festival más encantadoras del año. —Ross Gardiner, Periodista de música dance/Aspirante a hippie

4. Unsound Festival, Toronto, Canadá

Poco después de la edición inaugural en Norte América del adorado Bestival del DJ inglés Rob da Banks, los ciudadanos de The 6 tuvieron la oportunidad de experimentar la curaduría experta y con visión al futuro del festival Unsound de Polonia—otro acto dentro de la creciente tendencia de importar festivales europeos.

Unsound, que data del 2003 en Polonia, es conocido por utilizar lugares impensados como venues, como un hotel de la era comunista o una mina de sal, como hicieron en su reciente edición del 2015 en Cracovia. Para su año debut en Canadá, predeciblemente escogieron la locación perfecta para su evento de dos días: una planta de energía abandonada. ¿Puede haber algún lugar mejor para ver tremendo line-up de pioneros del sonido experimental y futuras promesas como Stars of the Lid, Ben Frost, Tim Hecker (quien hizo el debut de su proyecto Ephimera) y Helena Hauff? A pesar de la reputación que tiene la ciudad de hacer que obtener las licencias y permisos para vender licor sea la peor pesadilla de los organizadores, el fin de semana pasó sin ningún contratiempo y se comprobó que hay una audiencia para los festivales en los que se toman altos riesgos. —Max Mertens, Editor, THUMP Canada

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5. Gottwood, Anglesey, Gales, UK

Foto cortesía de Gottwood.—Martin Gutteridge-Hewitt, Colaborador, THUMP

Gottwood es la oda que Anglesey, Gales, le hace al libertinaje puro, y es difícil imaginar otros festivales en el mundo que tengan una ubicación tan hermosa: con vista a una cueva en Gales, con íntimos escenarios ubicados en medio del bosque, atravesados por un lago central que facilitó la navegación entre los escenarios. Claro, el lugar y el staff relajado cuenta. Pero también necesitas tener el espíritu, y también hay un pequeño factor a considerar: la música—en este caso, un montón de artistas expertos en comenzar la fiesta como Move D, Hunee, Marcellus Pittman y una sesión b2b de siete horas de Ben UFO y Craig Richards.

6. Born In México, Varias locaciones, México

Cortesía de Marco Arce y Born in Mexico. Héctor en las tornamesas.

Born in México está hecho por mexicanos y para mexicanos, y este año el proyecto vio su luz más brillante. Presentando hasta doce eventos al año por todo el país con talento exclusivamente local , la organización le dio a los locales y extranjeros por igual una dosis buenas fiestas de tech house durante el 2015 que incluían los nombres de Hector, Rebolledo, Balcazar & Sordo, Andre VII y Betoko—todos quienes han ayudado a dar forma al ADN de la música dance underground en ciudades como Guadalajara, Playa del Carmen y la Ciudad de México. —Trino Trevino, Editor, THUMP México

7. Paradise, Resort alpino Lake Mountain, Victoria, Australia

Cortesía de Paradise Music Festival

Con su tercera edición en el 2015 el Paradise Music Festival, en el resort alpino Lake Mountain en Victoria, continúa con con racha de exhibir a los productores australianos que están a la vanguardia y de establecer luminarias del underground. El atractivo del festival no es solo su line-up fuerte sino también su ubicación y época–escondido en la región alpina en el mejor momento del verano, y el devastador paisaje del esqueleto de los árboles que dejó un incendio en el 2009.

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Paradise tiene dos escenarios: el main para las bandas que está al aire libre y en el que este año se destacaron Jaala, Black Vanilla, Black Cab y My Disco; y el interior Club Land, un playroom a las alturas en el que tocaron Amateur Dance, Null y Friendships. El festival tiene lo fundamental, tienes opciones de llevar tus propios alimentos, comodidades decentes y una atmósfera respetuosa y relajada para todos. —Lachlan Kanoniuk, Editor, THUMP Australia

8. Monticule Festival, Domaine de Gayfié, Francia

Cortesía de Monticule Festival

La primera vez que escuchamos sobre el Monticule Festival, nos pareció una idea para una fiesta mucho más ridícula que la de esos niños en la película Project X. ¿Siete alemanes desde Múnich organizando un festival en un baldío en Francia y bookiando DJs underground como Gerd Janson y Ame, y ofreciendo también clases de yoga y tennis? En serio, ¿tennis?

Para volver ese sueño realidad, el crew bávaro declinó el patrocinio y se enfocó en seleccionar el ambiente perfecto: un claro solitario cerca a Domaine de Gayfié al pie de los Pirineos. Incluso hay un espacio llamado "Le Gouffre de Lantouy" que, por la poca contaminación lumínica, ofrece el mejor lugar para observar las estrellas de toda Europa central. Monticule es como un paraíso, pero con mejor música.—Andreas Meixensperger, Editor, THUMP Alemania

9. Freedom Festival, Medellín, Colombia

El Freedom Festival se ha convertido en una fuente de luz en su país, Colombia, después de haber comenzado como una fiesta gratuita en el 2008 que buscaba llevarle un poco de paz a esta ciudad que se ha visto marcada por la violencia. Sus primeras ediciones se hicieron en locaciones fuera de lo común, como en un centro comercial o hangares en el aeropuerto, pero ahora, aunque se cobra la entrada, el festival ha ido evolucionando con mejores y más grandes escenarios, y una audiencia en crecimiento que reúne alrededor de 5000 personas no solo de Colombia sino del mundo.

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El line-up que presenta el grupo de promotores locales, MedellinStyle, también ha estado creciendo, invitando a Mr. G, Juan Atkins, Todd Terry y Matthew Dear para tomarse las tornas en la ciudad de la eterna primavera. Para la edición del 2016 ya está confirmada la participación de los Zenker Brothers y Eddie 'Flashin' Fowlkes, al igual que la ampliación de las fechas y nuevos escenarios. La luz del Freedom seguirá brillando. —Juan Pablo Lopez, Editor, THUMP Colombia

10. SP na Rua, São Paulo, Brasil

En los últimos años la escena clubbing de Sao Paulo se tomó las calles. Con el movimiento de la reapropiación del espacio público como guía espiritual, muchos colectivos que usualmente organizaban las fiestas en lugares alternativos, abandonados y peligrosos en el centro de la ciudad comenzaron a organizar fiestas a plena luz del día en parques, viaductos cerrados y cualquier espacio con electricidad y que fuera lo suficientemente grande para bailar. En el 2014 la alcaldía organizó el festival SP na Rua, que contó con 20 de esos colectivos renegados que se tomaron distintas locaciones de la ciudad hasta altas horas de la mañana. Este incluyó una versión compacta del famoso festival callejero Virada Cultural, que este año ocurrió solo una vez en septiembre, sin embargo, su significado creció debido a la falta de fondos que tantos problemas le representó. El SP na Rua es una buena manera de mantener prendida la llama del civismo en la ciudad más importante de Brasil en la que la cultura del club está sufriendo una seria crisis política, financiera y de identidad. —Eduardo Roberto, Editor, THUMP Brasil

11. FORM: Acrosanti, Arizona

Este año pasé tres días durmiendo en una carpa en el desierto de Arizona. El sitio era una una utopía urbana en proceso, un experimento comenzado por el arquitecto de los setenta Paolo Soleri, y el evento era la segunda edición anual del FORM, un fin de semana de festival de música electrónica con la curaduría de la banda de psych rock Hundred Waters. Los días eran largos y calientes y enmarcados en la arquitectura laberíntica e inspirada en la naturaleza de la ciudad de los sueños de Soleri, creada como modelo para una expansión urbana con más alternativas ecoamigables y menos fragmentadas socialmente que Los Ángeles. Las noches eran frías y corría el viento, y se pasaban acurrucándote con tus amigos alrededor del anfiteatro e estilo romano de la ciudad, mirando un cielo lleno de estrellas y empapándote de los sonidos de Holly Herndon, Jacques Greene, Pharmakon y How To Dress Well.

La energía era tan suave y relajada que la gente no se molestaba en pararse a bailar—excepto cuando inundaron el escenario para una presentación sorpresa de Skrillex que, con una audiencia de solo 1000 personas, se llevó lo que hizo al festival tan único. Si Acrosanti tuvo éxito en convencer muchos de los presentes de que la vida en la ciudad sería mejor si estas fueran diseñadas en una escala menor y más humana, FORM probó que ese mismo punto es válido para los festivales. —Emilie Friedlander, Editora jefe, THUMP