Cinco cosas que componen un buen soundtrack

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Si cuando escuchas las palabras "banda sonora" piensas en una banda de metales, tarola y tambora originaria de Sonora, te recomiendo que le des una buena leída a este artículo. Una "banda sonora" no es únicamente la selección de tracks que acompañan y exaltan a las imágenes en movimiento en películas o series, sino toda la información en sonido que se manifiesta a lo largo de la película. Funciona como toda una herramienta narrativa, pero para poder llegar a eso, tiene que fungir y comportarse como un lenguaje.

Como ya hemos mencionado, gran parte de la responsabilidad de meter al espectador en contexto depende del audio. Si este se pasa por alto, como en muchas producciones amateur, los resultados nunca serán buenos, sin importar la pericia de la cámara, la exquisitez del cinefotógrafo o la dirección y el talento actoral. El espectador no podrá sumergirse en lo que está viendo por estar pensando en los problemas de audio y de la misma manera todas las fallas que de otra manera hubieran sido imperceptibles empiezan a saltar como palomitas.

Así como la imagen se vale de todo tipo de técnicas y trucos para comunicar, el sonido se vale de sus propios recursos para poder comunicar algo. Si bien es cierto que dichos recursos se han adquirido en gran parte por la mezcla de referentes culturales, es importante mencionar que también se ha generado de manera arbitraria gracias a sus cualidades intuitivas, sensoriales y emotivas.

Si me atrevo a hablar del sonido como lenguaje es porque he encontrado que posee características muy similares a las del lenguaje verbal, como el que estoy usando para comunicar todo esto. El tema de las características del lenguaje es bastante clavado pero considero hay algunos puntos que pueden ilustrar muy bien la idea de la banda sonora como un lenguaje. No hablaremos de todas porque son muchas, algunas un tanto controvertidas y no todas aplican, pero vamos a enfocarnos en cinco:

La doble articulación: El lenguaje está compuesto por dos tipos de unidades fónicas: las que poseen significado por sí mismas y las que no. Dentro de las que no poseen significado podemos encontrar ambientes, pasos, roces, puertas, etc. Son elementos que aislados no tienen ningún sentido pero en conjunto son capaces de construir cualquier tipo de escena o situación. Por otro lado, hay elementos que poseen significado por sí mismos. Son casos más evidentes como diálogos, narradores, e incluso la música diegética, cuya fuente es perceptible también por los personajes en escena. Puede ser música que sale de un radio o una banda tocando en vivo. Esto ocurre en todas las películas de músicos (Ray, Whiplash, Berlin Calling, etc.) pero el ejemplo más emblemático es sin duda la banda de alienígenas en Star Wars: A New Hope (1977).

Video: Escena de Star Wars: A New Hope (1977)

Desplazamiento: El sonido es el recurso más discreto y directo para llevarnos a tiempos y espacios diferentes a los que vemos en pantalla. Por ejemplo, una voz con mucha reverberación nos puede llevar a un sueño, un recuerdo o incluso al interior de la cabeza de un personaje. Con cambios muy sutiles se logra ir y venir entre una perspectiva y otra sin necesidad de irrumpir con el ritmo narrativo, sobre todo visual, que lleva la historia. Podemos oservar esta cualidad en el siguiente video de la serie Mr. Robot.

Video: Escena de Mr. Robot (2016)

Arbitrario: Hablando de los cambios de perspectiva, es importante mencionar que no tiene que existir una relación expresa entre la realidad que designa y la manera en que suena. Como dije anteriormente, es más una cuestión de intuición y sensorialidad. En el mismo video anterior es el sonido oscuro y hondo que entra junto con el discurso de Elliot. No indica nada abiertamente pero sugiere que algo está pasando. Finalmente se corta cuando salimos de la cabeza de Elliot y nos damos cuenta de que no estaba diciendo nada, mas que dentro de su cabeza.

Es decir, no hay nada que indique que una voz dentro de la cabeza suene de tal o cual forma, sin embargo al espectador le resulta comprensible en parte gracias al contexto pero también por la sensación que genera. Lo mismo ocurre con la música, pues no hay nada en ella que exprese de manera directa o más bien de manera verbal que "ésta es música de tensión" o "ésta es música triste", a menos que lo estemos viendo con close captions y así lo indique.

Convencional: A casi 90 años de haber trascendido el cine mudo, el lenguaje sonoro en el cine ha adoptado ciertas normas o convenciones que han servido como referencia y metareferencia para obtener y repetir distintas reacciones entre la audiencia. De esta manera sabemos que cuerdas disonantes y estridentes in crescendo nos anuncian que algo terrible está por suceder o el típico swing cachondo que de manera casi infalible nos da a entender que hace mucho calor y hay poca ropa. Aunque esto ha resultado en una infinidad de clichés, también ha sido transgredido en muchas ocasiones, logrando resultados asombrosos en torno a la respuesta del espectador. Uno de los ejemplos más famosos ocurre en Se7en (1996), donde el contraste en fotografías de asesinatos horrorosos con música clásica resultan en una marejada de emociones encontradas que funcionan de manera muy eficaz en pro de la narrativa. Saquen sus propias conclusiones al respecto.

Video: Escena de Se7en (1995)

Lineal y temporal: Finalmente, valiéndose de todos los elementos anteriores, la banda sonora se puede secuenciar y superponer en una línea de tiempo de forma muy similar a un enunciado del leguaje verbal. En lugar de lexemas y morfemas, la banda sonora acomoda todos sus elementos en sincronía con las imágenes en movimiento. En un inicio puede recrear ambientes completos, situaciones e interacciones para finalmente contar una historia. Desde la música hasta un roce o la voz de un personaje, la banda sonora tiene capacidades narrativas únicas que sin duda alguna cambiaron para siempre la manera de contar historias en el cine.

Gerardo Barrera está en Twitter.

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