Conversamos sobre "Atlas" de Branko y la apropiación cultural de la música club global

_Kalaf Ângelo es miembro de Buraka Som Sistema y co-fundador del sello Enchufa con su compañero de banda _João "Branko" Barbosa.

El primer álbum solista de Branko, "Atlas", llega esta semana al sello Enchufa. Para quienes ya escucharon los sencillos "Let Me Go (feat. Nonku Phiri & Mr. Carmack)" y "Take Off (feat. Princess Nokia)", así como el reciente "Louca (feat. MC Bin Laden & Marginal Men)" y "On Top (feat. Zanily, Capadose & The Ruffest)" estoy seguro que estarán de acuerdo en que "Atlas" no es sólo un gran disco, también es importante, representa la cultura no política y su fusión con la música club global, de la mejor forma en que pueda lograrse.

Branko es mi compañero de banda en Buraka Som Sistema y en muchas aventuras musicales, incluyendo la creación de Enchufada en el 2006. En los últimos meses he presenciado como Atlas comenzó a tomar forma en cuartos de hotel, en los backstages de festivales y en los lounge de aeropuertos de todo el mundo. El álbum fue grabado en cinco ciudades diferentes (Ciudad del Cabo, Nueva York, Sao Paulo, Amsterdam y en nuestro lugar natal Lisboa) y los 20 artistas que contribuyeron a su creación podrían formar un comité de las Naciones Unidas.

La otra cara de un disco como este es que es imposible no involucrarse en largos debates sobre el estado de la música electrónica en la actualidad, los adornos de los privilegios étnicos y la apropiación cultural cuando un artista está predispuesto a crear música global.

A nadie le gustan los buitres culturales, gente que está feliz con agarrar lo que está en la superficie sin molestarse en ir más allá, como un turista sin curiosidad que visita una ciudad y tras caminar por las avenidas principales y comprar un par de souvenirs cree que se ha hecho una opinión sobre la cultura local. Es importante tener sensibilidad por el contexto sociológico en el que una cultura o subcultura se origina. Es tan importante preguntar dudas como es importante saber cuando callarse y observar, porque no todo puede ser explicado.

Me gustaría tomar esta oportunidad para discutir algunas ideas sobre cuando debería ser musicalmente celebrada o condenada la apropiación cultural o la intersección cultural. ¿En qué situaciones es legitimo sentir que una linea se ha cruzado? ¿Y dónde está esa linea?

"Todo se ha inventado ya" es una sentencia que ya hemos escuchado muchas veces. Sin embargo, aún hay lugar para sorpresas. En la última década, con la masificación del internet, hemos visto como la cultura se alimenta de todos como nunca antes.

¿Quién hubiera pensado que los Estados Unidos serían líderes económicos, gracias a su constante recreación de géneros que eran exclusivos de productores europeos no mucho tiempo atrás? Hoy podemos encontrar ráperos de hip-hop en Japón y en Alemania la cultura reggae es tan fuerte que lo nombraron "Germaican". Tampoco podemos olvidar el impacto que los géneros como el house, techno y rap están teniendo en muchas capitales africanas. Azonito, kuduro, kwaito y el afro-house le deben su existencia a esa cosa inevitablemente llamada apropiación cultural, puede ser visto como una forma de resistencia a la sociedad dominante, especialmente cuando los miembros de un grupo marginado toman y alteran aspectos de la cultura dominante para afirmar su propia agenda.

No puede haber secretos. No podemos permitirnos esconder nuestras fuentes si lo que estamos haciendo está siendo directamente influenciado por algún lugar remoto. Es vital revelar que elementos culturales nos han influenciado y si puedes conectar al artista de esa escena con el mercado al que tu perteneces, mucho mejor. Incluso si son monjes budistas encerrados en las montañas, dales el crédito. Un ejercicio importante que debemos hacer antes de apropiarnos de una cierta cultura es tomarnos el tiempo para preguntarnos: ¿Cuáles son nuestras fobias? ¿Qué problemas tenemos con ciertos grupos étnicos? ¿Que problemas nos causa la orientación sexual de algunas personas?

Es reprensible apropiarnos de aspectos culturales mientras marginamos o segregamos a sus creadores, necesitamos entendernos a nosotros mismos tanto como necesitamos entender las culturas a las que nos estamos acercando.

Incluso cuando es algo ingenuo, uno puede devaluar la opinión popular. UB40, una banda británica formada mayormente por músicos blancos, hizo una carrera cantando música reggae y fueron bienvenidos y respetados por la comunidad jamaiquina. Lo mismo pasa con figuras como David Rodigan, el DJ inglés de radio que es uno de los más grandes embajadores en el oeste de la cultura jamaiquina. Gente como Brian Shimkovitz de Awsome Tapes From Africa están trayendo a la luz mucha música africana que nunca hubiera logrado funcionar en los grandes canales de distribución.

Estos días la definición de identidad va más allá de las fronteras. Hoy en día un joven nacido en Lisboa de padres Portugueses es un ciudadano europeo en todos los aspectos. Sin embargo, la cultura que lo define es muy distinta a la de los países al norte de Europa. En realidad, este joven está expuesto a maneras de mirar el mundo que están a tono con las que comparte un joven afroamericano, debido a la omnipresencia del hip-hop. También ha dado forma a su sentido del humor con las repeticiones de Seinfeld y entusiasmadamente celebra la legalización del matrimonio gay en los Estados Unidos adoptando una foto de perfil con los colores del arcoíris en Facebook, incluso cuando no hizo lo mismo en el 2010 cuando una ley similar se aprobó en Portugal. Este joven no ha dejado de ser portugués, obviamente, pero es innegable que su identidad ha sido formada por muchas fuentes.

En otras palabras, no hay pureza cultural. Más allá de las peculiaridades históricas como la tribu recientemente descubierta de gente Sentinelese en la Bahía de Bengala que ataca a cualquier extraño que se atreva a acercarse, hay pocas culturas que puede asegurar no haber sido influenciadas por, o haberse apropiado de aspectos de, otra cultura. Para simplificar, esto es ampliamente producto de la conquista, la expansión y el colonialismo, de cientos de años en el pasado hasta los tiempos modernos. Incluso si el oeste es indudablemente la cultura dominante, nadie puede negar que creció y se desarrollo mayormente por lo que tomó de las culturas asiáticas y africanas, de la religión, las matemáticas, la agricultura y la música.

Ninguna cultura debería imponerse para marginar otra a un punto que la última necesite hacerse más grande para afirmarse a sí misma. Todos hemos robado algo de alguien, así que ayudaría que admitiéramos este hecho y comenzaremos a dar los pasos necesarios para abolir de una vez y por todas todos los bordes culturales que nos imponemos. Adoptemos a Atlas como el soundtrack de nuestro viaje.

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