Cómo sobrevivir una década luchando contra el mainstream

Cuando comenzó la Convención de OBEY de Halifax en 2017, ha estado en un constante movimiento detrás de artistas y sonidos que existen a lo largo de la periferia. A pesar de estar en una ciudad relativamente aislada del Atlántico canadiense, mejor conocida por sus contribuciones a la música celta e indierock, y contar con bandas que están de gira casi todo el año, el festival celebrará su décimo aniversario del 25 al 28 de mayo.

Lo que comenzó como un showcase para el sello discográfico de Darcy Spidle, DIVORCE Records, se ha convertido en una reunión anual multi-local que ha visto actuaciones de artistas canadienses e internacionales como Mykki Blanco, Tim Hecker, Julianna Barwick, Le1f, RP Boo, entre otros. Para la edición de 2017, los organizadores han reunido otro increíble lineup con la productora de Filadelfia Moor Mother, la artista experimental Virginia Elysia Crampton, el compositora vanguardista de Montreal Kara-Lis Coverdale y el dúo industrial de Nueva York Uniform.

Recientemente hablamos con Spidle por teléfono, y el director creativo Andrew Patterson y el director ejecutivo Kat Shubaly vía Skype, para saber más acerca de los humildes comienzos de OBEY y los secretos de su éxito.

El festival nació de DIVORCE Records, el sello experimental y de punk de Spidle, comenzó en 1999, como un lugar para " weirdos to converge". "Cuando OBEY empezó fue el vestigio de Halifax en Seattle. Habían grandes actos como Sloan y Thrush Hermit y todos los que representaba esta cultura en Halifax", dice Patterson. "Creo que la escena punk underground rica en bandas como Be Bad y Torso estaban respondiendo a esa cultura".

Aunque la música experimental a menudo tiene un mal nombre por ser demasiado académica o elitista, señala Spidle, el objetivo de la convención era presentar otro lado del género. "Con el festival quería mostrar cosas que eran emocionantes y extrañas, no cargadas o aburridas", explica. "OBEY estaba tratando de presentar el otro lado de eso: gente haciendo música rara en sus dormitorios, no en universidades".

Después de cuatro años del festival, Spidle tomó un descanso y admite que no estaba seguro de que iba a volver. Pero motivadopor un amigo, registró a OBEY como una organización sin fines de lucro, y comenzó a entregar las riendas a personas como Patterson y Shubaly, quienes se involucraron alrededor de 2013. Él dice que todavía ayuda donde es necesario, pero dice que "estoy muy, muy agradecido con ellos y su apoyo con el proyecto, estoy emocionado de ver a hacia dónde va el festival".

A lo largo de los años, Spidle dice que OBEY ha evolucionado de un festival de punk y noise a un espectáculo más grande y suave, graduándose de lugares como el Pub de Gus a Fort Massey United Church. "Hemos tenido a gente como [el saxofonista del jazz] Peter Brötzmann. Veo la conexión entre lo que hace, la música punk y la músicael noise", dice. "Ya sea un ejecutante de cítara de la Nueva Era o [un acto de electrónica potente] En el ruido, hay un elemento subversivo, lo veo como parte de un rechazo similar al de la corriente principal.

Incluso después de construir su reputación, todos los organizadores admiten que puede ser difícil hacer actos para tocar en el festival. "Hay un riesgo también, es una trampa 22. ¿Puedo gastar el dinero en un artista, sabiendo que voy a obtener la mitad de ganancia? Si viene este artista, ¿tengo el suficiente dinero para atenderlo como es debido?" Dice Shubaly. "Tratas de que todos los artistas estén satisfechos con su estadía aquí".

"Debido a que no tenemos muchas bandas que de gira, hay mucho apoyo para la música local y la barra no está tan alta", dice Patterson. "Nunca vas a ver a Brian Eno, pero puedes ver a Laraaji, y eso es bastante increíble". Spidle explica el tamaño de la ciudad y el tamaño de la escena experimental no limita en nada al festival, ya que "la mitad de nuestra audiencia es de otros lugares". "Logísticamente es un festival muy difícil de conseguir, pero es un trabajo de amor en muchos sentidos", dice.

"Hay muchos festivales", dice Patterson. "Muchos de los festivales más importantes de aquí, e incluso algunos de los indie tienen a los mismos headliners, cada año. Tienen esta escuadrón de artistas porque saben que van a vender boletos, es un negocio seguro. Con nosotros es el costo de la estética o la experiencia de la audiencia, alguien siempre dice "Dios, ¿quién más llevaría esa banda?' Creo que tenemos un papel y estamos obligados de alguna manera, pero también nos sentimos agradecidos de mantener ese espacio ".

Patterson admite que al menos varias de las mejores ideas de los organizadores han venido de las profundidades de su imaginación. El año pasado, hicieron OBEY gratis para todos menores de 19 años, un objetivo que llegó al fundador en un sueño. "Comenzó con Darcy llamándome y diciendo 'tuve un sueño anoche donde hicimos esto, y me desperté y lo posteé en Twitter'", recuerda Patterson, quien agrega que esperan continuar con la política en los próximos años.

"Este año pudimos realizar uno de los sueños que Kat y yo tuvimos, los hemos tenido por un tiempo, consiguiendo que nuestros carteles del festival se imprimieran en múltiples idiomas", dice Patterson. A través de un amigo en Common Roots Urban Farm, un jardín comunitario de Halifax que atrae a nuevos inmigrantes canadienses como dueños de parcelas y voluntarios, pudieron arreglar la traducción de un volante de muestra a árabe, swahili y nepalí. El director creativo ve llegar a estas comunidades -que tal vez no estén familiarizadas con la música- como oportunidades sin precedentes para llegar a nuevos públicos.

"Hay algo especial acerca de OBEY sucediendo en esta ciudad que no está totalmente sintonizado con lo que estamos haciendo", dice. "Si puedes convencer a alguien de que entre en un espectáculo de Moor Mother, vas a volar su mente."

Para obtener boletos y más información sobre OBEY Convention X, ve a su sitio web. Michael Rancic está en Twitter.