Detrás del Mutek en Colombia: riesgos, desarrollo y futuro

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Música

Detrás del Mutek en Colombia: riesgos, desarrollo y futuro

Hablamos con Diana Torres, una de las personas que le dio vida a la versión colombiana del festival, para discutir sobre el reto que tiene Mutek en nuestro país al presentarse como un escenario poco común.

Por allá en 2005, durante el III Encuentro de Sonidos Electrónicos e Industriales del Teatro Gaitán, Sylvia Ospina (por entonces directora del Teatro) y José Enrique Plata (curador del festival) lograron que Mutek Canadá invitara a grandes nombres para realizar un Micro Mutek que recuerdo muy bien: Tim Hecker, Scott Kolger y Crackhaus, tres artistas que llenaron de luz mi vida. Ellos vinieron y nos conectaron a su universo inteligente, pulcro y elevado. Pero también recuerdo que, en lo que sería el primer intento de realizar una adaptación criolla y más pequeña de lo que se hace en Montreal, el teatro estuvo casi vacío.

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Luego de hablar con Damián Romero del Mutek.mx, quise profundizar sobre lo que ha pasado con Mutek.co. Hablé con Diana Torres, una contadora pública que terminó enfocando su vida profesional a la promoción cultural y producción de eventos musicales. Diana produjo Conectados durante varios años, un programa de conciertos de música electrónica y arte digital que comenzó en la Fundación Gilberto Alzate Avendaño y que finalizó en el Planetario Distrital. Junto a Daniel Casas, gestor cultural y director de Rock Al Parque en alguna ocasión, con quien también trabajó en este proyecto, se encontraron con la oportunidad de darle vida a uno de los sueños de cualquier amante de la música electrónica de avanzada y empezaron un gran reto: darle vida a la versión colombiana de Mutek.

Logré concretar una cita telefónica con Diana para hablar, reflexionar y aclarar algunas cosas que me rondaban por la cabeza.

¿Cómo llegas a liderar Mutek acá?

Desde el 2014 dirijo Mutek.co y llegué porque a través de la Fundación Arca, logré en 2012 que la dirección general de Mutek, en Montreal, Canadá, me permitiera hacer una versión simplificada del festival en Colombia. Hicimos inicialmente unos intercambios culturales a través de Conectados y a raíz de ese programa comenzamos a hablar con la organización de Mutek por intermedio de Logique, otra organización canadiense que apoya a jóvenes empresarios de las Américas para contribuir al desarrollo cultural entre artistas de Quebec y Colombia. Comenzamos esos diálogos en 2008 y los concretamos en 2011. Hicimos el primer intercambio Canadá-Colombia en 2012, para 2013 Colombia-Canadá y en ese mismo año cerramos la conversación con ellos para poder hacer una versión simplificada del festival a partir de 2014. De esa forma le dieron el aval a la Fundación Arca para poder desarrollar el festival aquí en Colombia.

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Ya que hablas de una versión simplificada, ¿cuál es la diferencia entre Mutek Colombia y Mutek Canadá?

La diferencia es abismal. En términos de producción están años luz de nosotros, con este comentario no le quito mérito al talento y nivel técnico que tenemos aquí en Colombia, especialmente en Bogotá, pero ellos están muy adelante de nosotros.

En cuanto a cantidad y calidad artística la diferencia también es enorme. Allá pueden tener entre 80 y 100 artistas. Un Micro Mutek tiene menos días de programación, un número reducido de acciones. En Montreal pueden tener entre 8 o 12 sesiones diferentes y nosotros solo tuvimos cuatro de ellas. También tienen más alianzas estratégicas con otros festivales, organizaciones y entes gubernamentales (pues allá es poderoso el apoyo del gobierno). Tampoco tienes problema a nivel estatal, por ejemplo, con le tema de bebidas alcohólicas o el consumo de cigarrillo. Los espacios físicos están diseñados a la perfección para los eventos que se realizan, ya sean académicos, formales o informales.

Allá la comunidad electrónica es mucho más fuerte, no solo a nivel de músicos, productores, interpretes, compositores sino todo lo que incluye la parte técnica, logística y la parte de comunicaciones, que también está a otro nivel. El Micro Mutek es el 1% y debe llegar máximo al 10% de lo que es el panorama general de Mutek Canadá.

Claro, ahí se entiende a la perfección el término simplificado. España ya va por siete versiones, México llega a la edición 12, Colombia ya ha tenido dos versiones oficiales. ¿Para Canadá la intención real era hacer un piloto o definitivamente estaba pensado como una versión integral de Mutek Colombia?

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Inicialmente comenzamos como un piloto, pero un piloto bajo una sombrilla para que pudiera crecer tanto como Barcelona, que es realmente nuestro primer referente a nivel de organización por las cifras de arranque, la metodología y la dinámica. En segunda instancia el ejemplo a seguir, por la cercanía geográfica, es México y en última instancia lograrlo a la altura de un Montreal. Sin embargo esas cosas cambian por el camino. Cada proceso tiene su tiempo, tiene su forma y estructura. Este camino se va construyendo paso a paso, lo ideal es potencializarlo. Sin embargo, los resultados del año pasado nos dejaron en stop y estamos viendo cómo se replantean y re-evalúan varias de las características, tanto internas como externas del festival para continuarlo.

Hablabas del impacto que finalmente no ha sido el esperado, teniendo en cuenta que Bogotá es una de las escenas electrónicas más fuertes y notables de América Latina. Hay varios festivales en el panorama: Baum Festival, Sónar Bogotá, Radikal Styles, y bueno, cada fin de semana en el circuito de los clubes capitalinos la cosa se mueve bastante bien. ¿Qué crees que ha hecho falta para que el Mutek.co cobre ese sentido y significado para la ciudad?

Pues mira, son varias cosas. Por un lado se requiere más fuerza en la gestión local a nivel gubernamental, que aunque fue buena el año pasado, y también sucedió lo mismo con las entidades privadas que participaron en Mutek.co, no fue lo suficiente para que el inversionista privado y el propio gobierno asimilara que Bogotá debe entrar en una dinámica de vanguardia, mucho más fuerte y poderosa a nivel tecnológico de lo que en apariencia tenemos ahora.

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Por otro lado, en el mundo de la producción técnica y logística a nivel nacional también se necesita mucha fuerza. Básicamente formación, no solamente en lo académico y en lo interpersonal, también en el sentido humano de hacer las cosas y del propender. Hace falta compromiso humano. Los músicos no sólo tienen que preocuparse por su presentación o por su producción musical, sino por que ese producto se pueda triplicar y masificar. Hemos visto que ciertos músicos solo se quedan en hacer la puesta en escena pero no dimensionan que existe todo un universo de posibilidades. Creo que todo se queda en los clubes, en los grandes artistas que vienen momentáneamente a estos grandes festivales pero hace falta formación, hace falta crecimiento y creerse el cuento por parte de muchos de los promotores y productores de estos eventos.

Tocas temas importantes. Hablas de lo gubernamental, de la técnica, la formación y de un circuito para crear un público. Pero ¿cómo hacer para que vayan a Mutek? Más allá de tratar de hacer las cosas desde un discurso o con una dinámica cultural ¿Cómo hacer para seducir a este público y por qué crees que no ha pasado?

Hay una palabra fundamental en todo esto, que hizo posible que Mutek pisara el suelo bogotano como un futuro escenario para las artes digitales y la música electrónica, y es arriesgarse. El músico necesita arriesgarse más allá del escenario que se le presente y también a tocar en escenarios no convencionales. Debe crear a partir de sus raíces y este es un punto fundamental para México, que ha prosperado hasta el nivel que actualmente tienen, porque no se olvidan de sus raíces.

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Nosotros quisimos traer la idiosincrasia y la cultura de Montreal a Bogotá, plasmarla tal cual. Pero al estar ya aquí, nos dimos cuenta de que no se puede traer un producto extranjero olvidándose de sus propias raíces. Es por esto que también llevamos tres artistas colombianos a Canadá. No puedo decir a quién le ha servido más o menos la experiencia pero sé que a cada uno de ellos les ha generado una expectativa que los lleva a tomar riesgos. Hay que arriesgarse a buscar no sólo este tipo de escenarios, hay que arriesgarse a coproducir y también a compartir el conocimiento, pero hay mucho miedo en hacerlo colectivo. Tenemos que salir a explorar mas allá del nombre de festival, de la convocatoria de público. Y es un punto importante que va de la mano con la formación. Pero para mí la palabra principal es el riesgo. Hay que arriesgarse a hacer las cosas.

El público es, obviamente, un elemento importante en este tipo de actividades. ¿Cuál sería el paso a seguir para que esas, tal vez, 20.000 personas que salen cada fin de semana a buscar alternativas, se interesen por este tipo de propuestas. ¿Cuál sería el foco de trabajo en el cual desarrollarías tu propuesta para convencerlos?

Hace poco hablábamos con Damián Romero y él me decía en este mundo se necesita compromiso, pero ¿cómo lo manifiestas para que un tercero se identifique contigo? Lo manifiestas no solo en la forma como te expresas en relación al producto, artista o etc. sino también en cómo lo visualizas. Es complicado ir a los clubes y contarle a la gente que está bailando y explicarle de qué se trata el festival pero sí es muy fácil llegar a mostrarles otras propuestas si se cambia de escenario, si se invita a otros lugares y se le da a entender en otras circunstancias. Puede ser por redes sociales o voz a voz, que hay otro mundo en la música electrónica, más allá de la fiesta, de la rumba. Este es un mundo maravilloso en donde puedes ver a un artista como James Holden haciendo música para rumba y luego lo encuentras en algo más experimental con lo que puedes quedar atónito. Muchas personas no saben eso, no saben que hay otros ambientes a nivel sonoro y visual que ellos desconocen.

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Jonas Reindhart en el Micro Mutek.co 2015

Ya que mencionas a Damián, hace unas semanas hablamos con él, que ya tiene un experiencia basta con el significado del festival y el entorno. Aquí en Bogotá el festival no ha funcionado hasta el momento y él nos hablaba de algo muy importante, decía que había que conectar Mutek con la ciudad, con su entorno, ¿cuál sería tu apuesta para lograrlo?

Mira, encontrar colaboradores y socios 100% comprometidos con la causa es la manera en la que se logran los grandes cambios y transformaciones a todo nivel, que la gente con la que trabajas esté completamente comprometida con el ideal y todos miren hacía el mismo horizonte. En esa medida se logra . Esto es lo que necesitamos para continuar.

¿Cuáles han sido las fortalezas y los puntos desfavorables de Mutek.co?

Algunas de las fortalezas han sido que las empresas públicas creen más y los organismos extranjeros en Colombia también lo hacen. La política cultural distrital confió mucho más y esto se notó el año pasado. También el interés de los artistas extranjeros por el festival nos ha ayudado mucho a generar ese diálogo con los artistas nuestros. Los músicos locales se han interesado y han planteado mejor sus propuestas. Y las debilidades han sido que infortunadamente a nivel de comunicaciones, aunque se tuvieron los apoyos, faltó fuerza. También a nivel de patrocinadores locales. Porque Mutek no es el festival tradicional de música electrónica en donde todo es fiesta, hay otros componentes y creo que para los inversionistas y patrocinadores no es tan llamativo.

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¿Hay tercera edición de Mutek.Co?

Lo estamos conversando, lo estamos conversando …

¿Depende básicamente de Canadá?

Depende de la política pública, de recursos económicos y de esos socios estratégicos que deben llegar a la propuesta. Hay interés de todas las partes, de Canadá, de México también. Debemos llegar a la esencia de unir las tres fuerzas para lograrlo mucho mejor.

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