¿Está bien salir de fiesta solamente para acostarse con alguien?
Welcome to Debate Club, a new column from THUMP UK where they'll be posing club culture's biggest conundrums to an expert panel. The crew over the pond will be dealing with everything from the ethics of flirting to the spatial-politics of dancing, the joy of a French exit, and the horrors of ketamine.

FYI.

This story is over 5 years old.

Música

¿Está bien salir de fiesta solamente para acostarse con alguien?

Un debate sobre este gran dilema que ataca a la cultura club.

Los panelistas de esta semana son Josh Baines y Angus Harrison, de THUMP Reino Unido, junto a Michelle Lhooq, editora de THUMP EEUU.

La pregunta es: ¿Está bien salir solo para acostarte con alguien?

Angus Harrison: Antes que nada, quiero establecer la diferencia entre salir esperando poder acostarte con alguien, y salir con la sola intención de acostarte con alguien. No tengo ningún interés en detener el cotorreo inaudible del área de fumadores, los besos apasionados, los Ubers llamados apresuradamente ni las noches de mal aliento desenfrenado y camas rechinando –es un baile tan viejo como el tiempo. Coger es bueno, especialmente cuando lo llamas "coger", en mi opinión.

Publicidad

Sin embargo, cuando el sexo en una noche de fiesta se convierte en un algo más que un potencial tácito y se transforma en un juego estratégico, creo que comienza a causar problemas.

En el verano del 2015, cuando los datos demostraron que Bretaña había perdido más de la mitad de sus clubes nocturnos en espacio de un año, comenzaron a circular opiniones en secciones de comentarios y en hilos de Reddit, diciendo que el Reino Unido estaba perdiendo sus clubes gracias al feminismo. La teoría básicamente era que los clubes nocturnos eran para conocer chicas. Si no conoces y tienes sexo con una chica luego de ir a un club, entonces, de plano no tiene sentido salir. Además, ahora que las chicas están tan interesadas en el feminismo, ya ninguna de ellas quiere tener sexo, lo cual, en caso de que no te hayas dado cuenta, es la razón por la cual los clubes nocturnos siguen cerrando.

A pesar de que estas son obviamente las incoherencias de los principales misóginos de internet, sus ideas resaltan una mitología ampliamente aceptada en la cultura popular con respecto a la función de los clubes nocturnos. Aunque tal vez vivamos en una burbuja que considera que los clubes nocturnos son espacios de expresión artística o, como mínimo, algún tipo de escape de la semana, mucha gente cree que son áreas designadas para ligar. Ligar chicas en el club es un cliché tan propio del hip hop de principios del 2000 como de las películas de Judd Apatow. Desde artículos de opinión desinformados hasta manuales de citas, los clubes nocturnos han sido sistemática y efectivamente renovados en nuestra imaginación compartida como sitios de rituales de emparejamiento.

Publicidad

No obstante, cuando el sexo es la principal preocupación –cuando no tienes siquiera un ligero interés en la música o en tus amigos, cuando se convierte en una "caza"– es ahí cuando comienza a causar problemas. Es esta cultura la que genera los cupos de género y los porteros que para dejar entrar evalúan a las mujeres en base a su raza o contextura. Es también eso lo que dota a los hombres de la sabiduría equivocada de que tienen derecho al sexo, de que porque están en un club nocturno, han entrado a un espacio en el que las mujeres quieren ser abordadas. Como lo dijo uno de los usuarios de Reddit con el que me encontré, "Cuando voy a un club, siempre tengo la intención de tener sexo, y si no pasa, me decepciono".

Así que sí, pienso que, obviamente, conocer a alguien en un club y luego tener sexo es uno de los grandes placeres de la vida, pero me gusta pensar en ello más como como un potencial tácito y no como una intención torpemente planificada.

Via Flickr.

Michelle Lhooq: Salir siempre se ha tratado de ligar –cualquiera que te diga lo contrario está en negación o es asexual. Históricamente, los clubes nocturnos siempre han sido lugares donde los grupos marginados buscan a los de su tipo, y parece inocente –o peor, privilegiado– el negar que algo de esa construcción comunitaria tiene que ver con coger. Los clubes nocturnos son donde las personas ejercitan su libertad de dormir con quien quieran. Las fiestas LGBTQ+, por ejemplo, son espacios esenciales para los que quieren celebrar su sexualidad fuera de la persecución, especialmente en países donde la intolerancia sistemática está escrita en la ley. Dado a lo que representan, los clubes nocturnos también han sido blancos de tanto terroristas como troles de extrema derecha, quienes los ven como semilleros de una peligrosa moral liberal. Entonces, desestimar la práctica de salir para acostarse con alguien no solo es esnobista, sino que es la negación del significado político que tienen los clubes nocturnos como símbolos de libertad sexual.

Publicidad

Pienso que la respuesta en contra de la cultura de ligue viene de lo asqueroso que es la excesivamente agresiva atmósfera sexual. Así que la pregunta real para mí es: ¿Cómo creamos ambientes pro-sexo fundados bajo consentimiento? Literalmente cada mujer que conozco, incluyéndome, ha sido agredida o abusada sexualmente en clubes, y aunque los hombres gay no hablen mucho sobre eso, ellos también lidian con situaciones similares.

También me pregunto si acaso los clubes son los mejores lugares para intentar conseguir sexo. Hay demasiadas cosas pasando. Muchas veces, he ido a una fiesta con una mentalidad de "Dispuesta a tener sexo", solo para abstraerme por horas con la música, y salir cuando todos los guapos se han ido. En lugar de disfrutar pasar tiempo con mis amigos, termino molestándome con ellos por bloquearme un pito accidentalmente, o por hacer incluso más vergonzosos mis ya incómodos intentos de coquetear con un extraño. Sin embargo, cuando sí ocurre, encuentro algo muy especial en seducir al alguien cara a cara en lugar de usar una app. El sexo, como la música, se experimenta mejor en carne viva.

Via Flickr.

Josh Baines: Todo este comentario cultural está bien, pero hasta ahora estamos ignorando el hecho de que ligar, en cualquier lado, está lleno de peligros, dificultades y probablemente decepciones—ese coctel embriagador en un oscuro club nocturno es la receta perfecta para un desastre instantáneo. Apenas puedo concebir un mundo en el que le hablo a una persona del sexo opuesto en un club, y mucho menos que hablar con ella vaya tan bien que terminemos comiendo pizza casi en silencio la tarde siguiente.

Publicidad

Lo más cercano que he llegado a un jugueteo con todo en el club fue hace un par de años. Debido a mis amigos poco confiables, me encontraba solo parado en las afueras de un club. Debo haberme visto un poco sospechoso, porque un tipo se me acercó preguntándome si estaba vendiendo algo. No lo estaba. Luego me explicó que una de sus amigas me había estado mirando y quería hablarme. Asumiendo que me estaba chingando, me alejé un poco y murmuré una disculpa, pero él se ofreció a comprarnos un trago a los tres para suavizar las cosas.

Una hora después estoy sentado en el área de fumadores demoliendo un paquete de Mayfair Smooth a una velocidad alarmante. Ambos tenemos latas en la mano y estoy tomando y fumando mientras escucho a esta extraña contarme en detalle el viaje que hizo a Auschwitz. El solo pensar en un campo de concentración había desterrado cualquier idea que hubiera tenido de una noche inolvidable de amor desenfrenado. Las horas pasaron, el sol comenzó a asomarse y yo quería irme a casa. Quería una hamburguesa con queso y estar en mi cama. No quería hablar de Auschwitz.

Sí me fui, pero no a mi cama, ni al banco. Fui a su casa. Nos sentamos en la sala, molestos y desorientados. Me estaba dando shots cuando llegó su compañera de depa, a quien, como me enteré, habían dejado esa noche. Me senté allí, totalmente en silencio, bebiendo mi shot y preguntándome qué tan rápido podía salirme de esa situación que se sentía cada vez más como una pesadilla.

No me fui. Fui escoltado hacía el piso de arriba. Me metí en la cama. Ella se metió en la cama. Mi nueva amiga decidió crear el ambiente comiendo lentamente –muy lentamente– una barra de chocolate en ropa interior. Me acosté en la cama totalmente vestido, y luego ella, por razones que no entendí al momento, y que aun no entiendo, comenzó a rapear para mí. Estaba completamente vestido y ella estaba dormida junto a mí, en ropa interior, apretando un envoltorio de chocolate. Me fui. Tomé tres camiones hasta llegar a casa. Me sentí mal por días. La vi unos meses después en el metro, una noche de domingo. Se evitaron las miradas y el trayecto terminó temprano.

Creo que este episodio nos puede enseñar mucho. Angus, estoy de acuerdo con que el que la gente vea los clubes nocturnos meramente como lugares de ligue los ha hecho más hostiles para muchas personas, pero Michelle también tiene razón en que no nos podemos poner esnobistas al respecto –la libertad sexual es gran parte de la herencia de la cultura club. Creo que todos concordamos en que queremos que los clubes nocturnos sean más abiertos al sexo, pero también seguros. Habiendo dicho todo eso, creo que lo más importante que nos llevamos es recordar que cuando sale el Double Decker, probablemente sea el momento de la retirada.

Angus, Michelle y Josh están en Twitter.

,

Tagged:debateSexo