​Guía práctica para asistir a festivales de música (sin morir en el intento)

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Las estrategias de Reducción de Daños pueden servirnos para sacar el mejor provecho de la escena festivalera, mostrándonos cómo reducir o evitar por completo el daño a nuestro cuerpo mientras maximizamos las experiencias memorables. No cabe duda de que la escena de los festivales se encuentra en un proceso de expansión exponencial, tanto en México como en el resto del mundo. Hace un par de décadas había festivales pero nada como lo que presenciamos hoy en día. Los eventos al aire libre, de asistencia masiva, con line-ups internacionales y duraciones de 2 o 3 días se han vuelto imprescindibles en la cultura recreativa de muchos países. En general, los festivales presentan múltiples ventajas frente a los conciertos en foros o clubes: Son espacios al aire libre en donde las y los asistentes pueden habitar por varios días en tiendas de campaña, con carteles enormemente variados, con muy diversas selecciones musicales y un cierto aire de permisividad frente al consumo de alcohol y otras drogas.

Sin embargo, no todo es la tierra prometida en los festivales de música. Encontrarse en espacios a la intemperie, en donde miles de personas están a la merced del calor o el frío, con recursos limitados y en un ambiente de consumo de drogas o psicoactivos, puede conllevar ciertos riesgos. No son pocas las personas que tienen algún incidente en festivales relacionado con el uso indiscriminado de sustancias. En ocasiones son sólo malas experiencias, ya sean internas (estados de ansiedad, paranoia o nerviosismo) o externas (problemas con la seguridad del festival o con otras personas). Sin embargo, también hay casos en donde ocurren situaciones más graves, desde ataques de psicosis, pánico o la pérdida de consciencia, hasta problemas con la ley o violencia física entre los asistentes. En pocas palabras, los festivales también tienen su dark side y es común que ese lado oscuro se relacione con el uso excesivo de drogas. Por esta y otras razones existen las estrategias de Reducción de Daños en festivales, que apuntan a minimizar los riesgos y a generar conciencia sobre el hecho de que es posible cohabitar en una cultura de consumo inteligente y responsable.

Como se ha escrito en artículos anteriores de esta columna, la Reducción de Daños es una filosofía que aborda el tema del consumo de drogas desde una perspectiva de derechos humanos: Consumir es una decisión personal, y no debería de ser criminalizado por la ley. Así mismo, la reducción de daños se conforma como un cúmulo de estrategias orientadas a minimizar los riesgos que pueden originarse en los espacios en donde se consumen sustancias psicoactivas como el alcohol, la marihuana, el LSD, el éxtasis, la cocaína y otras drogas. A continuación se exponen importantes estrategias de reducción de daños para asistir a festivales sin poner en riesgo nuestra salud, nuestra integridad o nuestra seguridad.

Esta es posiblemente la reina de las estrategias de reducción de daños. La mayor parte de los problemas de salud relacionados con consumo de sustancias en festivales tienen que ver con la deshidratación. Una gran parte de las sustancias psicoactivas son procesadas a través del hígado, el cual necesita de buena hidratación para metabolizar con mayor facilidad los psicoactivos. Además, muchas personas cometen el enorme error de quitarse la sed con cerveza o bebidas alcohólicas, lo cual es un movimiento muy poco inteligente considerando que el alcohol deshidrata al cuerpo con rapidez.

No importa la sustancia que consumas, se recomienda que tomes un vaso de agua o 250 ml. cada hora para mantenerte bien hidratado. Si te es posible, cada 4 horas bebe un vaso de agua con limón, agua de coco o electrolitos, para restituir los niveles de potasio, sodio y demás minerales. Nunca consumas de una botella de agua o contenedor que tú o alguien encontró en el festival, ya que es relativamente común que las personas diluyan algunas sustancia en agua y que uno pueda encontrarse con sorpresas inesperadas y potencialmente peligrosas, lo cual ya es un riesgo en sí. En caso de que estés bebiendo alcohol, procura que por cada bebida alcohólica ingieras un vaso de agua. Por desgracia algunos festivales venden el agua más cara que la cerveza, y aunque admitimos que esto realmente es lamentable y que muchos festivales deberían estar obligados a proveer de agua gratuita, no debería servir como excusa para olvidar el H2O y atascarse de alcohol. Otro consejo importante para recordar: También existe la intoxicación por exceso de agua o la hiperhidratación, que en algunos casos puede llevar incluso a la muerte. Especialmente al consumir estimulantes como éxtasis o la metanfetamina, el cuerpo aumenta su temperatura y puede darnos la sensación de necesitar más agua de la que realmente necesitamos. Por eso se recomienda no beber más de un litro o litro y medio de agua por hora.

Cuando se habla sobre drogas, una buena alimentación tiene que ver con el antes y el después. Antes de consumir cualquier sustancia –especialmente alcohol- es importante haber consumido alimentos, de preferencia ligeros, bajos en grasa y altos en glucosa y proteínas. Para evitar que las sustancias caigan pesadas al estómago, te recomendamos ingerir alimentos entre una y dos horas antes del consumo. Luego viene el después. Muchos de los psicoactivos nos hacen olvidar el hambre, a veces pasando horas sin probar un bocado. Es importante que al menos 6 horas después de haber comenzado el consumo de cualquier psicoactivo, consideres comer algo ligero que te ayude a reponer nutrientes, poniendo especial énfasis en alimentos ricos en vitaminas, calcio, magnesio, hierro o triptófanos, tales como las semillas, los tubérculos, los frutos secos, plátano, aguacate y carnes blancas.

Antes de consumir cualquier sustancia, es muy importante que te cuestiones si realmente sabes lo que estás tomando. La mayor parte de las sustancias psicoactivas contienen adulterantes o no son lo que dicen ser. Por este motivo, los proyectos de análisis de sustancias in situ se han vuelto una parte esencial de los festivales, de tal modo que los asistentes pueden analizar la mayor parte de las sustancias químicas por medio de varios tests que no llevan más de 15 minutos y que pueden determinar la composición de una sustancia. El Programa de Análisis de Sustancias (PAS) en México, conformado por miembros de las asociaciones civiles Espolea, ReverdeSer y CUPIHD, ha brindado este servicio en festivales como el Bahidorá, Ceremonia, Ometeotl y Kupuri de manera gratuita. En caso de que no exista un servicio de análisis de sustancias en donde puedas asegurarte de que lo que vas a consumir es lo que piensas, y aún así piensas consumir, es importante comenzar por dosis muy pequeñas (menos de la mitad de una dosis) para saber que esta sustancia no es peligrosa o no producirá un efecto desagradable en nosotros. Esta recomendación aplica tanto para las sustancias químicas como para las naturales, ya que estas últimas pueden tener diferentes niveles de alcaloides psicoactivos, por lo que es una buena idea comenzar con dosis pequeñas para saber qué tan potente es lo que pensamos consumir.

La mayoría de los festivales se llevan a cabo al aire libre, en lugares en donde el sol y las altas temperaturas, o el frío y la lluvia, pueden hacer de tu experiencia algo especialmente desagradable. Ir bien preparado a un festival es una estrategia esencial de reducción de daños, tomando en consideración las condiciones climáticas del sitio a donde vas. Para lugares calurosos es imprescindible el bloqueador solar, ya que es probable que pases algunas horas bailando bajo la luz del sol, así como ropa cómoda y ligera. No es mala idea llevar un abanico o un rociador de agua pequeño para refrescarse, así como evitar pasar mucho tiempo debajo del sol –es bueno buscarse una sombra de vez en cuando, y como en algunos festivales puede haber escasez de sombra, llevar una sombrilla puede ayudar. En el caso de festivales en lugares fríos, es importante no tener pereza de cargar cobijas y llevar unos buenos calcetines y calzado para el frío.

Aunque sabemos que el sonido en los festivales puede escucharse maravilloso y te dan ganas de bailar junto a las bocinas durante toda la fiesta, no es una buena idea. Es relativamente fácil causar una lesión en los oídos después de los 100 dB y en los festivales, cerca de las bocinas, hay hasta 120 dB. Esa intensidad de sonido puede dañar tus oídos en menos de una hora, por lo que tener tapones para los oídos, para cuando sean necesarios, es una excelente estrategia para reducir daños. Además, también es importante dormir en algunos momentos, y los tapones para los oídos pueden ayudar enormemente a apagar tu cabeza bajos los efectos de una sustancia.

Para consumir sustancias psicoactivas, en muchas ocasiones es necesario utilizar parafernalia como pipas, bongs, instrumentos de inhalación o de inyección. En algunas ocasiones estos instrumentos pueden tener restos de sustancias nocivos, o bacterias o virus de otras personas que las han usado. Una medida de reducción de daños importante es el uso de material limpio y seguro. En caso de fumar con pipas, hitters o bongs, asegúrate de limpiar bien estos instrumentos para evitar los residuos de la combustión. En el caso de inhalar alguna sustancia nunca utilices billetes, ya que portan enfermedades y bacterias. Es mejor utilizar popotes o algún cartón limpio que puedas convertir en un pequeño cilindro (lo ideal es que sea de uso personal). Finalmente están las inyecciones, las cuales son poco recomendadas en general debido al daño físico que pueden llegar a provocar, pero en caso de que pienses hacerlo, nunca compartas el equipo de inyección y asegúrate de utilizar equipo nuevo, limpio y estéril para evitar contagios peligrosos.

Una de las actividades más riesgosas en el consumo de drogas en festivales es la mezcla de sustancias. Muchos de los grandes accidentes, sobredosis o malviajes en este tipo de eventos tienen que ver con que hay sustancias que no deberían mezclarse. Por esto es importante conocer los riesgos específicos asociados a cada distinto tipo de mezcla, pero si parece muy complicado, al menos puede seguirse una cierta matemática básica. En primer lugar, mezclar casi cualquier sustancia con alcohol es una mala idea, en unas ocasiones porque los efectos se potencian de formas desagradables (como en el caso del cannabis que produce una pérdida de presión), y en otras porque esto produce un daño específico al cuerpo (como en el caso de la cocaína que produce un compuesto dañino en el estómago llamado coca-etileno). Aunque en dosis bajas hay muchas combinaciones que pueden resultar divertidas, debes recordar que muchas sustancias se potencian mutuamente, por lo que tomar dosis normales de diferentes sustancia puede resultar en efectos sumamente potentes que pueden resultar desagradables o peligrosos.

Cuando estás bajo los efectos de sustancias psicoactivas eres generalmente más voluble y más vulnerable. Es importante que cuides tu compañía y te abstengas de hacer cosas que puedan ser peligrosas, desde conducir algún vehículo (siempre procura que la persona que conduzca de vuelta a casa se encuentra descansada y libre de los efectos de psicoactivos) hasta meterte en algún pleito. Dos personas peleando bajo los efectos de alcohol o metanfetamina pueden hacer cosas bastante estúpidas y peligrosas, así que es buena idea no involucrarte en ningún incidente de este tipo. También es importante tomar muchas precauciones en cuanto a lo legal. Nos guste o no, muchas de las sustancias psicoactivas que las personas buscamos usar son ilegales y aunque los festivales pueden tener cierta tolerancia, hacerlo frente a un personal de seguridad puede tener consecuencias desastrosas. Cuida muy bien en dónde consumes las sustancias para evitar meterte en problemas. También te recomendamos no llevar sustancias contigo y esperar a adquirirlas en el festival, aunque esto también tiene sus riesgos. En caso de que pienses trasladarte al festival con tus sustancias, procura que cada persona lleve lo correspondiente a los límites marcados bajo la ley de narcomenudeo. Así, si son sorprendidos por el peso de la ley, estarán bajo los límites legales de portación de sustancias para uso personal.

Las actividades sexuales de alto riesgo son más comunes bajo el efecto de sustancias psicoactivas. Ya sea por el calor del momento o por mera distracción, existen más posibilidades de que decidan no usar condón. Esto, además de los obvios riesgos de contagio, puede conllevar riesgos de infecciones provocadas por el calor, el sudor o la fricción sin lubricación, por lo que además de condones, llevar contigo lubricante puede ser una excelente idea.

Antes de consumir cualquier sustancia psicoactiva, es importante conocer los principales riesgos asociados a esta. Informarse sobre los tipos de efectos, las dosis recomendadas o las medidas de seguridad para cada sustancia es una manera maravillosa de sobrevivir a un festival, por lo que acudir a los stands de información sobre psicoactivos o informarte por medio de sitios web como el Universo de las Drogas o Energy Control puede ser una gran herramienta para maximizar el goce y minimizar los riesgos, recordando siempre que los festivales son rituales de la modernidad en donde el consumo de drogas llega a adoptar el papel de un sacramento que debe practicarse con respeto, responsabilidad y conocimiento.

Gabriel (Soma) Amezcua es antropólogo de profesión, músico de corazón y terapeuta de espíritu. Especialista en temas de política de drogas y reducción de daños; está ciertamente obsesionado con el potencial de los usos medicinales, psicoterapéuticos y espirituales de las sustancias psicodélicas. Es consultor en el programa de Reducción de Daños de Espolea, miembro del Programa de Análisis de Sustancias (PAS), de la Red de Investigación, Medicina y Cultura Psiquedélica y del colectivo Mind-Surf , y cofundador del centro cultural Casa-Kan. A veces también trabaja en cosas normales, pero que hueva hablar de eso.

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