En alguna ocasión escribí lo que se siente escuchar a Chromeo. Mi descripción hablaba sobre las semejanzas que hay entre el funk electrónico que hacen estos canadienses y la sensación de adrenalina que se experimenta al subirte a la montaña rusa más grande del mundo.Jugar a morir cuando sabes el cinturón de seguridad (el que te puso el hombre con playera estampada que hace referencia a "algo-landia") esta destrozándote las tripas de la presión y gracias eso será imposible que salgas disparado, el terror que todos tenemos a extinguirnos, desaparece. Tirarse al vértigo con arneses incluso resulta divertido. La seguridad que hay detrás del "no pasa nada" se manifiesta de la misma manera en la música de Chromeo.Pero con su más reciente material "White Women" pude darme cuenta, que escucharlos también representa revivir la primera etapa del enamoramiento pendejo. El estómago duele, se baila sin pena y nuestra piel libera una cantidad exorbitante de hormonas por cada uno de nuestros poros. Y aunque sabemos que estamos en un lugar seguro, nuestros músculos se siguen tensando por el aumento de frecuencia cardiaca. En resumen, las canciones de este grupo musical mitad árabe, mitad judío, los van a teletransportar una dimensión en donde podrán sentir cómo se les revientan las venas mientras experimentan la felicidad hasta su punto más alto.Esta es una colaboración que hicieron con Toro y Moi para su disco "White Women"Para que la adrenalina no se les quede en la cabeza, vayan el 18 de septiembre a mover el cuerpo a Kiss My Vans junto con Chromeo. Estén pendiente de nuestras redes porque estaremos regalando boletos.Conoce más detalles sobre HOV:House of Vans te invita a que bailes como en tu casa
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