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Música

Los dolores de DJ: estragos de mezclar sets larguísimos

Nadie dijo que fuera fácil, pero no te puedes llamar DJ si no has sufrido estos malestares.
Steve Aoki On The Road / YT

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Antes que nada, extendemos una profunda felicitación para todos aquellos que se sientan identificados con esta nota. Porque si lo haces, es porque te has aventado sets de una longitud lo suficientemente larga como para que comience a ser un reto físico el continuar. ¡Aplausos a 250 bpms!

Los verdaderos guerreros de las tornamesas, sabemos que una hora o dos no son suficientes para demostrar nuestro poderío musical; y sabemos que nos encanta cumplir las expectativas de la banda clavada que también se ha comprometido con el dancefloor para bailar hasta que el cuerpo aguante.

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Después de las 3 horas, una sesión de mezcla pasa de ser un DJ set ordinario a un hermoso rito de resistencia y mutuo honor entre DJ-música-Ravers, en el cual ambos bandos cumplen una función primordial para el fiestón.

En ese momento, todo es hermosura músical y tú, como DJ, seguramente también estás sacudiendo el cuerpo cual pajarillo primaveral; sin complicación alguna aparente. Regresas a la realidad al bajar del DJ Booth, cuando te das cuenta de que tus chamorros te están matando de brincar por 6 horas seguidas. No te preocupes, no estás solo. Pues muchos hemos pasado por este dulce tormento físico que implica el sentir que diste realmente todo en tu set.

Los 'dolores del DJ' más comúnes son:

- Dolor de rodillas y chamorros: por el constante brincoteo.
- Dolor de espalda baja: porque la mesa donde está el equipo es demasiado baja y tienes que estar agachado mezclando
- Dolor de cuello: por la misma razón que el de espalda baja. Además por el constante movimiento de la cabeza mientras monitoreas tu público.
- Dolor de cadera: por el meneo descontrolado de tu cuerpo por tan buenas rolas que estás poniendo.
- Dolor de ojos: por tener que presenciar los estragos de algunos entes fantasmagóricos del after hours que a veces hacen presencia en la pista.
- Dolor de corazón: por tener que acabar tan hermoso y largo rito musical.

Esta nota va a la salúd de todos esos guerreros músicales que alguna vez han sufrido estos 'Dolores de DJ'. Un motivo más para que aseguremos con toda certeza, que ser DJ no es cosa fácil ni es para cualquiera; solo los más aptos en el pesado mundo de la celebración y la bailada pueden sobrevivir.

Por esto, si no eres DJ, te exhortamos a que cada que veas bajar de la cabina a uno, le invites un trago en honor al buen bailón… te lo puede retribuir con otras cuantas horas de fiesta y sabroseo.

¡No pain, no gain!