​Los LOWERS: ¿A qué suenan 10 mil asesinatos en la frontera de México?

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Música

​Los LOWERS: ¿A qué suenan 10 mil asesinatos en la frontera de México?

Algo así como el narcocorrido de la música electrónica.

Ciudad Juárez.- Barrio Alto es en realidad un barrio bajo. Desde aquí se puede ver una buena parte de Ciudad Juárez y otra de El Paso, Texas. Se llama así por ser un barrio asentado en lo alto de una colina en el centro de la ciudad. Aquí, se sabe, es donde se reúne lo que ha estigmatizado a esta ciudad por años: drogas, sicarios, homicidios y prostitución.

En enero de 2015 conocí el Centro Cultural Barrio Alto, una casa convertida en un estudio artístico, un punto neutral para las pandillas, los sicarios y los jóvenes con el fin de que logren expresar en distintas disciplinas artísticas sus sueños y frustraciones, en lugar de hacerlo poniendo balas en algún desdichado o polvo en sus narices. Era el recinto de Los Lowers, un colectivo de jóvenes productores que buscan donde enfiestarse. Lo que sucedió aquella noche de enero -con todo y que hay polvo en las narices de casi cada individuo en la fiesta-, fue un acto de resistencia contra la cultura del narco que acecha allá afuera.

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En 2010, Ciudad Juárez fue bautizada por la prensa internacional como la más violenta del mundo. No sin merecerlo. Tan solo en los 12 meses de ese año, las autoridades locales contaron más de 3 mil 100 asesinatos violentos relacionados al narco. El año anterior fueron 2 mil 900 y un año antes cerca de 2 mil. Las autoridades atribuyeron los homicidios a una guerra por el territorio entre el Cártel de Juárez y el Cártel de Sinaloa. Ante esto, unas 250 mil personas huyeron de la ciudad a EstadosUnidos o a otros estados de la República. Cerca de un 20 por ciento de los bares y antros cerraron sus puertas. Ciudad Juárez era una ciudad fantasma apenas caía el sol.

Los Lowers, la generación del bajón, crecieron con esos 10 mil asesinatos a cuestas. Hoy tienen entre 20 y 24 años. Son apáticos, callados y con un discurso crítico que no he escuchado en otras generaciones. Mock The Zuma, Nesstrak, Crocat, Wyno y el Pájaro Sin Alas son la generación del narco. La consecuencia directa del encierro, de no tener opciones de esparcimiento. Ahí, en el encerrón, Los Lowers propusieron un nuevo sonido. Un ritmo consecuencia de las balas y la maquiladora. Algo así como el narcocorrido de la música electrónica.

Nesstrak, Pájaro sin Alas & Mock The Zuma | Fotografía: Axel Pedraza para THUMP México

Mock The Zuma, el joven oblongo de 23 años, tiene varios adjetivos calificativos para lo que hacen: "Rolas maquileras, música industrializada. De baja frecuencia. Oscuras".

Mock The Zuma se llama Kevin Santana, nació en Ciudad Juárez y es uno de los fundadores de Los Lowers. Cuando le pregunto que cómo nació la firma, da un trago a la cerveza que tiene en la mano, apenas sonríe, responde: "Nació de la pregunta, ¿Qué hago?".

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Relacionado: Mock the Zuma revela los secretos de su nuevo EP, GAUSS

Los Lowers se formaron en 2012, apenas la ola de violencia se comenzó a calmar en la ciudad. Pero sus producciones empezaron desde 2010. "Estábamos aburridos, no había a donde ir ni nada, la ciudad estaba hecha una mierda. Nos pusimos a producir, nomás de cotorreo, y luego pensamos en hacer una firma y salió Los Lowers, como el bajón, de barrios bajos, frecuencias bajas, de bajo perfil…", me cuenta Mock The Zuma, Kevin.

En la música de Mock The Zuma los bajos son cruciales: definen, redundantemente, la música del bajón, el Barrio Alto, las balas, el dub-step agresivo de una ciudad que alberga sicarios. Pero además, los tracks de Mock The Zuma tienen una propuesta que los une. Una complejidad de una ciudad importante, de una "frontera triste", como surgió en broma durante la fiesta rebautizar a Ciudad Juárez.

"Por más que quiera mis rolas no son felices. No me sale, no está en mi", me dice Kevin.

La parte industrial de la ciudad se define en Nesstrak, Ángel. Los Lowers definen su electrónica-londinense como "electrónica-maquilera", se burlan del londinenense. Crocat, Roberto, pone la frontera: va del gringo R&B al Hip-Hop mexicano.

Wyno, otro nombre derivado del "fronterismo" -en Ciudad Juárez se le llama Güaino a una persona alcohólica, por wine (vino en inglés)-, se define como "viajado, tripeado", una música con mucha más melodía que el resto, más introspectiva. Y Pájaro Sin Alas, Rodolfo, se encarga del transporte público. Lo que él produce se graba en las calles, en la "rutera" (autobús). Él mismo dice: "Es música de rutera, pero al mismo tiempo es una expresión de resistencia".

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Hoy Ciudad Juárez pasa por mejores tiempos. El total de asesinatos en lo que va del 2016, de acuerdo a la Fiscalía del Estado de Chihuahua, es de 153, un diminuto porcentaje comparado con los años nefastos del 2008 al 2012. Además, un 90 por ciento de todos los bares y antros que cerraron sus puertas volvieron a abrir, según la Cámara Nacional de Comercio en Ciudad Juárez.

De noche las calles regresaron a ser las conocidas bulliciosas de años atrás, se construyeron tres corredores de bares y antros en la ciudad, vigilados por rondines de la Policía Municipal. Los 'gringos' se vuelven a ver mezclados entre los locales, las nuevas generaciones comienzan a salir por primera vez a un bar, los empresarios locales y extranjeros han recuperado la confianza en la ciudad y la inversión se nota en las apantallantes fachadas de los antros.

Pero hay una cosa que no ha cambiado: la memoria de toda una generación, la de Los Lowers entre ella.

Los Lowers en Ciudad Juárez, 2016 | Fotografía: Axel Pedraza para THUMP México

Arturo Chacón, investigador en temas de violencia y juventud de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, explica que Los Lowers son una generación dolida. "En este colectivo desde luego que se ve que la violencia les afectó, puesto que estaban en la adolescencia, una etapa donde están desarrollando su identidad y atestiguaron asesinatos, la muerte", dice Chacón, quien cuenta con una investigación en jóvenes sicarios en Ciudad Juárez.

A los ojos del investigador, Los Lowers son "un colectivo que no deja de ser productivo pero a partir de algo negativo".

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"Ellos tienen que manifestar su inconformidad, en este caso mediante la música, y ellos son además el preámbulo de lo que vamos a seguir viendo: jóvenes deprimidos", agrega.

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Las consecuencias en Los Lowers pueden ser, a pesar de todo, de las más positivas. Al final de cuentas nos han ofrecido buenas fiestas, una propuesta musical única y un discurso crítico. Pero tras ellos yacen las malas noticias: durante todo 2015 más de 530 jóvenes se quitaron la vida en Ciudad Juárez, y unos 10 mil más lo intentaron, según estadísticas del Instituto Hispanoamericano de Suicidología en Ciudad Juárez. En lo que va del año se han contabilizado ya más de 33.

Hasta donde sé, Los Lowers están lejos de intentar suicidarse. Mock The Zuma quiere seguir haciendo música. Igual el resto del colectivo. Aún así, para ellos Ciudad Juárez es una ciudad ansiosa, deprimida.

"Yo definiría a esta ciudad como ansiosa, fatalista", dice Kevin. "Deprimida", agrega Rodolfo, el Pájaro sin alas.

Ciudad Juárez.- Barrio Alto es en realidad un barrio bajo. Desde aquí se puede ver una buena parte de Ciudad Juárez y otra de El Paso, Texas. Se llama así por ser un barrio asentado en lo alto de una colina en el centro de la ciudad. Aquí, se sabe, es donde se reúne lo que ha estigmatizado a esta ciudad por años: drogas, sicarios, homicidios y prostitución.

En enero de 2015 conocí el Centro Cultural Barrio Alto, una casa convertida en un estudio artístico, un punto neutral para las pandillas, los sicarios y los jóvenes con el fin de que logren expresar en distintas disciplinas artísticas sus sueños y frustraciones, en lugar de hacerlo poniendo balas en algún desdichado o polvo en sus narices. Era el recinto de Los Lowers, un colectivo de jóvenes productores que buscan donde enfiestarse. Lo que sucedió aquella noche de enero -con todo y que hay polvo en las narices de casi cada individuo en la fiesta-, fue un acto de resistencia contra la cultura del narco que acecha allá afuera.

En 2010, Ciudad Juárez fue bautizada por la prensa internacional como la más violenta del mundo. No sin merecerlo. Tan solo en los 12 meses de ese año, las autoridades locales contaron más de 3 mil 100 asesinatos violentos relacionados al narco. El año anterior fueron 2 mil 900 y un año antes cerca de 2 mil. Las autoridades atribuyeron los homicidios a una guerra por el territorio entre el Cártel de Juárez y el Cártel de Sinaloa. Ante esto, unas 250 mil personas huyeron de la ciudad a EstadosUnidos o a otros estados de la República. Cerca de un 20 por ciento de los bares y antros cerraron sus puertas. Ciudad Juárez era una ciudad fantasma apenas caía el sol.

Los Lowers, la generación del bajón, crecieron con esos 10 mil asesinatos a cuestas. Hoy tienen entre 20 y 24 años. Son apáticos, callados y con un discurso crítico que no he escuchado en otras generaciones. Mock The Zuma, Nesstrak, Crocat, Wyno y el Pájaro Sin Alas son la generación del narco. La consecuencia directa del encierro, de no tener opciones de esparcimiento. Ahí, en el encerrón, Los Lowers propusieron un nuevo sonido. Un ritmo consecuencia de las balas y la maquiladora. Algo así como el narcocorrido de la música electrónica.

Nesstrak, Pájaro sin Alas & Mock The Zuma | Fotografía: Axel Pedraza para THUMP México

Mock The Zuma, el joven oblongo de 23 años, tiene varios adjetivos calificativos para lo que hacen: "Rolas maquileras, música industrializada. De baja frecuencia. Oscuras".

Mock The Zuma se llama Kevin Santana, nació en Ciudad Juárez y es uno de los fundadores de Los Lowers. Cuando le pregunto que cómo nació la firma, da un trago a la cerveza que tiene en la mano, apenas sonríe, responde: "Nació de la pregunta, ¿Qué hago?".

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Los Lowers se formaron en 2012, apenas la ola de violencia se comenzó a calmar en la ciudad. Pero sus producciones empezaron desde 2010. "Estábamos aburridos, no había a donde ir ni nada, la ciudad estaba hecha una mierda. Nos pusimos a producir, nomás de cotorreo, y luego pensamos en hacer una firma y salió Los Lowers, como el bajón, de barrios bajos, frecuencias bajas, de bajo perfil...", me cuenta Mock The Zuma, Kevin.

En la música de Mock The Zuma los bajos son cruciales: definen, redundantemente, la música del bajón, el Barrio Alto, las balas, el dub-step agresivo de una ciudad que alberga sicarios. Pero además, los tracks de Mock The Zuma tienen una propuesta que los une. Una complejidad de una ciudad importante, de una "frontera triste", como surgió en broma durante la fiesta rebautizar a Ciudad Juárez.

"Por más que quiera mis rolas no son felices. No me sale, no está en mi", me dice Kevin.

La parte industrial de la ciudad se define en Nesstrak, Ángel. Los Lowers definen su electrónica-londinense como "electrónica-maquilera", se burlan del londinenense. Crocat, Roberto, pone la frontera: va del gringo R&B al Hip-Hop mexicano.

Wyno, otro nombre derivado del "fronterismo" -en Ciudad Juárez se le llama Güaino a una persona alcohólica, por wine (vino en inglés)-, se define como "viajado, tripeado", una música con mucha más melodía que el resto, más introspectiva. Y Pájaro Sin Alas, Rodolfo, se encarga del transporte público. Lo que él produce se graba en las calles, en la "rutera" (autobús). Él mismo dice: "Es música de rutera, pero al mismo tiempo es una expresión de resistencia".

Hoy Ciudad Juárez pasa por mejores tiempos. El total de asesinatos en lo que va del 2016, de acuerdo a la Fiscalía del Estado de Chihuahua, es de 153, un diminuto porcentaje comparado con los años nefastos del 2008 al 2012. Además, un 90 por ciento de todos los bares y antros que cerraron sus puertas volvieron a abrir, según la Cámara Nacional de Comercio en Ciudad Juárez.

De noche las calles regresaron a ser las conocidas bulliciosas de años atrás, se construyeron tres corredores de bares y antros en la ciudad, vigilados por rondines de la Policía Municipal. Los 'gringos' se vuelven a ver mezclados entre los locales, las nuevas generaciones comienzan a salir por primera vez a un bar, los empresarios locales y extranjeros han recuperado la confianza en la ciudad y la inversión se nota en las apantallantes fachadas de los antros.

Pero hay una cosa que no ha cambiado: la memoria de toda una generación, la de Los Lowers entre ella.

Los Lowers en Ciudad Juárez, 2016 | Fotografía: Axel Pedraza para THUMP México

Arturo Chacón, investigador en temas de violencia y juventud de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, explica que Los Lowers son una generación dolida. "En este colectivo desde luego que se ve que la violencia les afectó, puesto que estaban en la adolescencia, una etapa donde están desarrollando su identidad y atestiguaron asesinatos, la muerte", dice Chacón, quien cuenta con una investigación en jóvenes sicarios en Ciudad Juárez.

A los ojos del investigador, Los Lowers son "un colectivo que no deja de ser productivo pero a partir de algo negativo".

"Ellos tienen que manifestar su inconformidad, en este caso mediante la música, y ellos son además el preámbulo de lo que vamos a seguir viendo: jóvenes deprimidos", agrega.

Relacionado: El Club 15, un refugio en Ciudad Juárez

Las consecuencias en Los Lowers pueden ser, a pesar de todo, de las más positivas. Al final de cuentas nos han ofrecido buenas fiestas, una propuesta musical única y un discurso crítico. Pero tras ellos yacen las malas noticias: durante todo 2015 más de 530 jóvenes se quitaron la vida en Ciudad Juárez, y unos 10 mil más lo intentaron, según estadísticas del Instituto Hispanoamericano de Suicidología en Ciudad Juárez. En lo que va del año se han contabilizado ya más de 33.

Hasta donde sé, Los Lowers están lejos de intentar suicidarse. Mock The Zuma quiere seguir haciendo música. Igual el resto del colectivo. Aún así, para ellos Ciudad Juárez es una ciudad ansiosa, deprimida.

"Yo definiría a esta ciudad como ansiosa, fatalista", dice Kevin. "Deprimida", agrega Rodolfo, el Pájaro sin alas.

En Barrio Alto, aquella noche de 2015, la fiesta duró tres días. Ciudad Juárez dormía y despertaba. Iba del sueño de los fronterizos al trabajo duro, mientras Los Lowers seguían tocando. Casi nadie recuerda lo que fue antes de los peores años de la ciudad. Probablemente la palabra que flotaba sobre Ciudad Juárez estaba entre "prosperidad" y "fiesta". Durante finales de 2008 y hasta 2012 esas palabras seguro se convirtieron en "miedo" y "horror". Al final de la fiesta Los Lowers comenzaron a repartir stickers con un fondo blanco y la palabra "Nada" en letras negras con la fuente gótica. Probablemente esa palabra vacía y al mismo tiempo tan llena (¿de nada?) es la que flota hoy sobre Ciudad Juárez.

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En Barrio Alto, aquella noche de 2015, la fiesta duró tres días. Ciudad Juárez dormía y despertaba. Iba del sueño de los fronterizos al trabajo duro, mientras Los Lowers seguían tocando. Casi nadie recuerda lo que fue antes de los peores años de la ciudad. Probablemente la palabra que flotaba sobre Ciudad Juárez estaba entre "prosperidad" y "fiesta". Durante finales de 2008 y hasta 2012 esas palabras seguro se convirtieron en "miedo" y "horror". Al final de la fiesta Los Lowers comenzaron a repartir stickers con un fondo blanco y la palabra "Nada" en letras negras con la fuente gótica. Probablemente esa palabra vacía y al mismo tiempo tan llena (¿de nada?) es la que flota hoy sobre Ciudad Juárez.

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